Arqueología

Un enorme cementerio de 2.000 años de antigüedad emerge misteriosamente en el centro de París

La necrópolis de "Saint Jacques", el lugar de enterramiento más grande de la ciudad galo-romana de Lutetia, había sido excavada parcialmente en el siglo XIX

Uno de los esqueletos en una tumba en el sitio.

Uno de los esqueletos en una tumba en el sitio. / Crédito: Thomas Samson/AFP.

Pablo Javier Piacente

Los arqueólogos han descubierto un antiguo cementerio a pocos metros de una concurrida estación de tren en el corazón de París: incluye 50 tumbas en una vieja necrópolis, que ofrecen una extraña visión de la vida en Lutetia, la ciudad precursora de la capital francesa, hace casi 2.000 años. Se trata del cementerio más grande de la antigua Lutetia, que comenzó a excavarse hace dos siglos pero luego se abandonó, perdiéndose en el tiempo y quedando sepultado bajo los constantes cambios urbanos.

Un equipo de investigadores franceses ha descubierto un verdadero tesoro arqueológico a pocos metros de la estación ferroviaria Port-Royal, una de las más importantes de París. El hallazgo incluye 50 tumbas que conforman la necrópolis de "Saint Jacques", el sitio de enterramiento más grande de Lutetia, la ciudad galo-romana que fue el antecedente de la actual capital francesa. Los restos tienen una antigüedad aproximada de 2.000 años, y muestran la vida social y cultural de la localidad.

Resurgiendo desde el pasado

Se dice habitualmente que los secretos, aunque se escondan por siglos, siempre salen en algún momento a la luz. Esta noción popular puede aplicarse fácilmente a este descubrimiento: excavados sobre el siglo XIX en forma parcial, los restos que conforman el cementerio más amplio y representativo de Lutetia se perdieron en la niebla del tiempo, ocultos por la desidia de las administraciones y por la vorágine de las modificaciones urbanas.

Sin embargo, la realización de nuevas obras para habilitar otra salida de la estación Port-Royal, una de las más modernas de París, trajeron al presente las vidas de personas que, hace dos milenios, construyeron una comunidad que hoy es solo un vago recuerdo. A diferencia de la excavación en el siglo XIX, el equipo del Instituto Nacional de Investigación Arqueológica Preventiva (INRAP), de Francia, planea extraer el contenido total de la necrópolis para analizarlo

Según un artículo publicado en Science Alert, que se basa en un comunicado de la Agencia France-Presse (AFP), los arqueólogos creen que el hallazgo de las tumbas de Saint Jacques les permitirá comprender la vida de los habitantes de Lutetia a través de sus ritos funerarios, además de descubrir detalles de su salud, mediante el estudio de su ADN. Hasta el momento, la historia de la ciudad precursora de París acumula muchas incógnitas y misterios sin resolver.

Hallazgos de gran trascendencia

El hallazgo clave fue, sin dudas, un esqueleto con una moneda en la boca, un elemento que permitió a los especialistas fechar rápidamente el entierro en el siglo II d.C. Las 50 tumbas fueron utilizadas para entierros y no para cremaciones, otra práctica habitual de la época. Los restos de hombres, mujeres y niños pertenecen a la comunidad Parisii, un pueblo galo que vivía en Lutetia, cuando la ciudad a orillas del río Sena se encontraba bajo el control del Imperio Romano.

Según precisaron los arqueólogos, más de la mitad de los cuerpos fueron enterrados junto a ofrendas, como por ejemplo jarras y copas de cerámica. En el caso de la moneda hallada en la boca del difunto, se trata de una práctica común en la época, denominado óbolo de Caronte. En la mitología griega, Caronte es el “barquero” del Hades: la moneda era imprescindible para llevar las almas de los muertos a través del río Estigia, una especie de “peaje” para arribar al más allá.

También se hallaron zapatos dentro de las tumbas, joyas, horquillas y cinturones, entre otros elementos que hablan de la forma de vida de la comunidad. En tanto, el esqueleto completo de un cerdo y otro animal pequeño, descubiertos en un pozo, muestran un ritual de sacrificio a los dioses. Vale destacar que un antecedente importante de estos hallazgos se registró en mayo de 2006, cuando se descubrió una calzada de 2.000 de antigüedad perteneciente a Lutetia durante la construcción de la Universidad Pierre y Marie Curie.