Una sola molécula cerebral decide cuándo un recuerdo es bueno o malo y cómo debe archivarse en la memoria. Explica por qué algunas personas no pueden superar los sentimientos negativos y los miedos, como es el caso de la depresión o el trastorno de estrés postraumático, y puede ayudar a su tratamiento.

Investigadores del Instituto Salk de Estudios Biológicos de California han identificado una molécula cerebral que es la responsable de asociar los buenos o los malos sentimientos con un recuerdo.

El estudio, publicado en la revista Nature y del que es primer autor el neurocientífico Hao Li, revela cómo la asignación de recuerdos positivos y negativos (valencia emocional) se relaciona con la memoria.

Todo depende de un neurotransmisor llamado neurotensina, que actúa en el sistema nervioso central y es en gran parte responsable de tomar la decisión de si un olor, un sabor o un sonido, debe clasificarse como bueno o malo.

Por lo tanto, la diferencia entre los recuerdos que provocan una sensación agradable y los que provocan una irritación la establece una pequeña molécula peptídica.

A medida que el cerebro juzga las nuevas experiencias, las neuronas ajustan su liberación de neurotensina, y ese cambio envía la información entrante por diferentes vías neuronales para codificarla como recuerdos positivos o negativos, explica al respecto la revista Quanta.

Experimento con ratones

Para llegar a estas conclusiones, los investigadores enseñaron a ratones de laboratorio a asociar un tono con una golosina o una descarga. Descubrieron que los niveles de neurotensina aumentaron en la amígdala después del aprendizaje de recompensa, y que disminuyeron después del aprendizaje de castigo.

Luego alteraron genéticamente las neuronas talámicas de los ratones y pudieron controlar cómo y cuándo las neuronas liberaban neurotensina. La activación de las neuronas que liberan neurotensina en la amígdala promovió el aprendizaje de recompensa, mientras que la eliminación de los genes de neurotensina fortaleció el aprendizaje de castigo.

También descubrieron que la asignación de valencias emocionales a señales ambientales promueve respuestas conductuales activas hacia ellas.

Por ejemplo, cuando los investigadores impidieron que la amígdala recibiera información sobre la valencia positiva o negativa eliminando las neuronas talámicas, los ratones tardaron más en recoger sus recompensas. En situaciones amenazantes, los ratones incluso se paralizaron en lugar de huir.

Mayor comprensión

Los hallazgos permiten avanzar en la comprensión sobre el circuito del miedo y el papel de la amígdala, destacan los investigadores: están aprendiendo más sobre sustancias químicas, como la neurotensina, que son menos conocidas que la dopamina, pero que también desempeñan funciones críticas en el cerebro, añaden.

Aunque los neurocientíficos todavía están lejos de entender exactamente cómo nuestros cerebros codifican y recuerdan los recuerdos, o los olvidan, la asignación de valencia se considera una parte esencial del proceso de formación de recuerdos cargados de emociones.

Los recuerdos que vinculan ideas dispares, como bueno o malo, se denominan recuerdos asociativos y, a menudo, están cargados de emociones. Se forman en una pequeña región del cerebro con forma de almendra llamada amígdala.

La nueva investigación ha establecido que la neurotensina es un neuromodulador fundamental que orquesta la asignación de valencia positiva y negativa en las neuronas de la amígdala:  extiende la plasticidad específica de la valencia a escalas de tiempo relevantes desde el punto de vista conductual, escriben los investigadores en su artículo.

Papel del miedo

El nuevo descubrimiento también sugiere que, en su creación de recuerdos, el cerebro puede estar predispuesto a recordar cosas con miedo, una peculiaridad evolutiva que puede haber ayudado a mantener a nuestros antepasados vivos y cautelosos.

Sin embargo, todavía falta información sobre el papel que juegan las asignaciones de valencia emocional en la ansiedad, la adicción o la depresión, ya que, además de la neurotensina, hay muchos otros neuropéptidos en el cerebro que podrían estar implicados.

No obstante, los hallazgos ayudan a ampliar la comprensión de las funciones de la memoria en el contexto de la enfermedad mental, concluyen los investigadores: allanan el camino para comprender mejor por qué algunas personas no pueden superar los sentimientos negativos y los miedos, como es el caso de la depresión o el trastorno de estrés postraumático

No obstante, los científicos advierten que hay que ser prudentes a la hora de hacer extensivas sus conclusiones a los seres humanos, dado que el estudio se ha desarrollado con ratones de laboratorio que se crían en ambientes muy pobres y tienen antecedentes genéticos muy particulares.

Referencia

Neurotensin orchestrates valence assignment in the amygdala. Hao Li et al. Nature, volume 608, pages 586–592 (2022). DOI :https://doi.org/10.1038/s41586-022-04964-y