Aunque no estemos viendo una aurora boreal, sus sonidos fantasmales pueden estar igualmente bailando en el aire: un nuevo estudio sugiere que tienen lugar en lo alto de la atmósfera incluso cuando no podemos escucharlos. Según los científicos, tal vez están presentes también cuando no podemos ver el espectáculo boreal.

Un nuevo estudio realizado en la Universidad Aalto, en Finlandia, ha comprobado que los fenómenos acústicos relacionados con las auroras son mucho más comunes de lo que se creía y que ocurren incluso en ausencia de auroras visibles en el cielo. 

De acuerdo al ingeniero acústico Unto Laine, autor del estudio publicado en ResearchGate, el hallazgo permite verificar que los sonidos de las auroras no son extremadamente raros y que las auroras boreales no deben ser excepcionalmente brillantes y animadas para que las emisiones sonoras se concreten.

Descifrando el sonido de las auroras

Según una nota de prensa, Laine y su equipo vienen trabajando desde hace más de una década sobre este fenómeno. En 2012, comprobaron que el sonido emitido por una aurora boreal es semejante al chasquido de la electricidad estática o al que se produce cuando caminamos sobre un terreno repleto de hojas secas. 

Sin embargo, muchos de estos sonidos no son audibles por los seres humanos, debido a que se producen lejos de la superficie terrestre, en las capas más altas de la atmósfera. En 2016, Laine logró vincular grabaciones de crujidos y estallidos durante un evento auroral con perfiles de temperatura medidos por el Instituto Meteorológico de Finlandia (FMI). 

Los datos demostraron nuevamente que las auroras están relacionadas con sonidos, pero también respaldaron la teoría sostenida por el especialista finlandés en torno a que estas emisiones acústicas son el resultado de descargas eléctricas que se producen en el cielo, generadas por variaciones en el campo magnético de la Tierra. 

Cambios geomagnéticos

Ahora, en la nueva investigación presentada en la Conferencia Conjunta de Acústica EUROREGIO/BNAM 2022 en Dinamarca, Laine logró capturar cientos de sonidos aurorales mediante grabaciones nocturnas realizadas cerca del pueblo de Fiskars, en el sur de Finlandia. Cuando se compararon los registros con las mediciones de actividad geomagnética realizadas por el Instituto Meteorológico de Finlandia, se hizo evidente una fuerte relación entre ambos fenómenos. 

Es así que pudo comprobarse que 60 sonidos registrados por Laine estaban todos relacionados con cambios en el campo geomagnético terrestre. El científico concluyó que usando los datos geomagnéticos, que se midieron de forma independiente, es posible predecir cuándo ocurrirán los sonidos de las auroras en las grabaciones con un 90% de precisión.

En resumen, el análisis estadístico sugiere un vínculo causal entre las fluctuaciones geomagnéticas y los sonidos de las auroras. Sin embargo, el hallazgo más sorprendente es que los sonidos de las auroras ocurren incluso en ausencia de auroras boreales visibles. 

Esto significa que los sonidos son mucho más comunes de lo que se pensaba hasta el momento, sobretodo en condiciones de buen tiempo: sin embargo, ante la imposibilidad de apreciar el fenómeno en el cielo, pueden confundirse fácilmente con otros sonidos naturales, como por ejemplo los emitidos por animales. 

Referencia

Sound producing mechanism in the temperature inversion layer and its sensitivity to geomagnetic activity. Unto Kalervo Laine. Researchgate (2022).