Durante las Cruzadas, algunas vasijas pueden haber sido utilizadas como granadas de mano antiguas, según ha revelado un nuevo análisis de vasijas de cerámica de Jerusalén de los siglos XI y XII. Estos artefactos arqueológicos redondeados, con una base en forma de cono, se encuentran en museos de todo el mundo y se han relacionado con todo tipo de acciones realizadas por el ser humano en el pasado, desde transportar líquidos hasta servir como una pipa para fumar.

Un nuevo estudio realizado por investigadores de la Universidad de Griffith, en Australia, ha concluido que durante las Cruzadas algunas vasijas pueden haber cumplido el papel de granadas de mano medievales: estos recipientes, empleados para diversos usos a lo largo de la historia humana, incluían una sustancia explosiva que aún no ha logrado identificarse. 

Según una nota de prensa, el hallazgo se concretó al realizar nuevos análisis de cuatro tiestos de cerámica encontrados en el Jardín Armenio de la Ciudad Vieja amurallada de Jerusalén, entre 1961 y 1967. Las vasijas fueron conservadas en el Museo Real de Ontario, en Canadá: ahora, los expertos pudieron observar los residuos en su interior y descubrieron que uno de los tiestos contenía lo que parece ser material explosivo.

Ruidos y destellos de luz

El grupo de científicos, liderado por Carney Matheson, logró demostrar el uso diverso de estas vasijas de cerámica, que incluían artefactos explosivos antiguos. De acuerdo a los especialistas, estas “granadas” han sido reportadas durante la época de las Cruzadas como recipientes lanzados contra las fortalezas, que producían intensos ruidos y brillantes destellos de luz. Los investigadores creen que estos testimonios están directamente relacionados con las vasijas descubiertas.

Algunas investigaciones anteriores habían propuesto que los recipientes se usaron como granadas, pero que contenían pólvora negra, un explosivo inventado en la Antigua China y que se sabe que se introdujo en el Medio Oriente y Europa recién en el siglo XIII. En esos estudios se había planteado que en realidad la pólvora negra podría haber sido introducida previamente en el Medio Oriente, ya que las vasijas datan de los siglos XI y XII.

Sin embargo, en la nueva investigación se ha demostrado que no es pólvora negra y que probablemente sea un material explosivo inventado localmente. Según un artículo publicado en Science Alert, podría tratarse de una mezcla conocida como fuego griego, pero no hay consenso sobre cuál es realmente la receta para su fabricación. Además, sus creadores nunca documentaron el proceso de elaboración.

Más detalles sobre las Cruzadas

Los arqueólogos australianos indicaron que luego de múltiples análisis químicos sobre las vasijas lograron establecer la presencia de varios compuestos, incluidos ácidos grasos y niveles notables de mercurio, azufre, aluminio, potasio, magnesio, nitratos y fósforo. A partir de los residuos de estos tiestos, fue posible caracterizar las probables funciones de las cuatro vasijas

Según concluyen en la investigación, publicada recientemente en la revista PLoS ONE, uno de los recipientes contiene residuos que indican que fue empleado para resguardar aceites. El segundo recipiente, en tanto, presenta materiales perfumados, mientras que un tercero probablemente contenía material medicinal

Pero la sorpresa llegó en el cuarto tiesto: este recipiente de gres con paredes muy gruesas y sin decoración se utilizó para almacenar ingredientes químicos destinados a crear un dispositivo explosivo, similar a una granada medieval. El hallazgo permitirá descubrir nuevos detalles en torno a cómo se llevaron adelante las contiendas durante las Cruzadas, una serie de guerras religiosas impulsadas por la Iglesia católica durante la Plena Edad Media, que se iniciaron en el año 1095 y finalizaron sobre el año 1291.

Referencia

Composition of trace residues from the contents of 11th–12th century sphero-conical vessels from Jerusalem. Carney D. Matheson, Cory R. Vickruck, Chris J. McEvoy, Kim K. Vernon and Robert Mason. PLoS ONE (2022). DOI:https://doi.org/10.1371/journal.pone.0267350