Un cohete que vagó sin rumbo por el espacio durante años se estrelló finalmente contra la Luna el viernes 4 de marzo: aunque en principio se pensó que se trataba de parte de un cohete de SpaceX, ahora todo indica que sería una etapa de la nave Chang'e 5-T1, lanzada en 2014 como parte del programa de exploración lunar de la agencia espacial china. 

El viernes 4 de marzo, aproximadamente a las 13:25 hora española, un cohete de 4 toneladas se estrelló contra la Luna y abrió un nuevo cráter en la superficie de nuestro único satélite natural, que tendría entre 10 y 20 metros de ancho. Se trata del primer impacto no planificado por el ser humano de una nave espacial contra la Luna, porque previamente se habían estrellado naves intencionalmente, como durante las misiones Apolo para generar sismos y estudiarlos.

Confusiones y polémicas

Según un artículo publicado en Science Alert, en primer término se pensó que la estructura que colisionó contra la luna era parte de una nave del proyecto SpaceX. Sin embargo, el astrónomo Bill Gray, que ha creado un software de cálculo orbital utilizado por la NASA, sostuvo posteriormente que se trataría de una etapa de la nave Chang'e 5-T1, lanzada por China en 2014. 

Sin embargo, el gobierno chino negó su responsabilidad y dijo que el propulsor del Chang'e 5-T1 que habría chocado contra la Luna ingresó previamente y de manera segura en la atmósfera terrestre, siendo completamente incinerado. Vale recordar que la primera predicción conocida del impacto lunar y su posterior corrección provinieron precisamente del programa Pluto Project, dirigido por Gray y dedicado a rastrear objetos perdidos en el espacio.

El nuevo cráter artificial producido por la colisión se encontraría en el lado oscuro de la Luna, cerca del cráter Hertzsprung, formado naturalmente y que presenta un ancho de 570 kilómetros. Al momento del impacto, el cohete perdido en el cosmos se trasladaba a una velocidad de aproximadamente 9.300 kilómetros por hora, impulsado únicamente por las fuerzas de la gravedad y la luz solar. 

¿La Luna como depósito de basura espacial?

Ahora, solo el Orbitador de Reconocimiento Lunar (LRO) de la NASA y la misión Chandrayaan-2 de la India, que también orbita la Luna, podrán obtener imágenes del cráter creado e identificar con seguridad los restos pulverizados del cohete. Más allá de la procedencia de la nave o de los responsables directos, la realidad marca que los escombros de este tipo son cada vez más habituales en el espacio, ya que las etapas de los cohetes se liberan al cosmos después de cumplir su propósito de lanzar naves espaciales.

De acuerdo a un artículo publicado en Scientific American, el hecho abre nuevamente el debate en torno a la basura espacial y sus consecuencias, dado el incremento de las misiones hacia la Luna proyectado para las próximos años. Según los especialistas, de aquí a 10 años podrían estar activas al menos 50 misiones lunares, tanto organizadas por las agencias espaciales como a través de proyectos privados. 

Al mismo tiempo, ya en las próximas décadas podrían llegar a habilitarse bases, asentamientos y colonias humanas en la Luna, como lo sugiere el proyecto Lunar Gateway de la NASA e iniciativas de otras agencias espaciales. Frente a esta realidad, resulta preocupante la falta de un sistema integral de seguimiento de desechos lunares, como lo deja en claro la confusión en torno a la procedencia de la nave que impactó en la superficie lunar. 

Vale destacar que la Luna no posee una “capa protectora” como la Tierra: la mayoría de los objetos con destino a colisionar con nuestro planeta se prenden fuego y son eliminados previamente en la atmósfera terrestre. La Luna no dispone de esa ventaja, por lo tanto cualquier escombro errante en el espacio podría chocar contra su superficie y destruir, por ejemplo, el sitio de aterrizaje de la Base Tranquilidad del Apolo 11, donde el ser humano dio sus primeros pasos fuera de la Tierra.