Es una persona muy conocida aunque está en un segundo plano. Lleva casi toda la vida en el fútbol y los últimos veinte años en el Son Oliva y en el San Francisco, club en el que sigue en la actualidad. Es una de las personas necesarias en cualquier club por su polivalencia ya que tanto ha hecho de tesorero como ha ayudado en el mantenimiento del campo. Es Alfredo Girón (Huelva, 1949), en estos momentos delegado de campo del San Francisco juvenil en Son Bibiloni.
P Delegado de campo.
R Empezamos una nueva etapa y esperamos que nos vaya bien. La tarea no es difícil pero muy responsable. Si todo va bien no hay ningún problema. En cambio en algunos encuentros tienes que mediar y estar muy pendiente de todo. Me gusta. Todo lo que sea poder ayudar al fútbol base me apasiona y me satisface ya que ayudas a mucha gente.
P ¿Qué hace un delegado de campo?
R Tienes unos trabajos que hacer antes, durante y después del encuentro. Se sobrelleva bien. Llegas bastante tiempo antes al terreno de juego para que todo esté en condiciones para que se pueda jugar y que el colegiado dé su visto bueno. Por ejemplo, las redes de las porterías, banderines, balones, vestuarios y acompañar al trío arbitral. Durante el partido, además de comunicar los cambios al colegiado, eres el responsable de que todo discurra bien y pendiente de lo que te manden.
P ¿Intermediar entre el colegiado y la grada es la peor faceta de un delegado de campo?
R Si todo va bien no hay ningún problema pero si hay nervios tanto dentro del campo como en la grada nuestra labor ya es más difícil. Sí que tengo que decir que hasta la fecha no he tenido ningún problema por que toda la gente colabora
P ¿Cómo se inició en el balompié?
R Como muchas cosas que ocurren en la vida fue de manera casual. Siempre acompañaba a mi hijo a jugar en el Son Oliva y en aquella época me pidieron que colaborara con el club, que funcionaba a trancas y barrancas. Comencé ayudando a hacer fichas y acabé como secretario y luego tesorero.
P Y luego se fue al San Francisco.
R Me fui al San Francisco para ayudar al secretario técnico. Y también cogí la responsabilidad económica, cobrar las cuotas, encargarme del mantenimiento del campo en cuanto a suministrar al material y un montón de cosas más.
P Tesorero de un club, menudo cargo.
R Hombre... (se ríe) no es fácil, y menos en aquellos tiempos. Los clubes como se sabe subsisten gracias a las cuotas de los padres, en parte por que hay pocas entradas más. Luego está la publicidad pero tienes que tener a gente que se dedique a eso. Estos años atrás decayó y las empresas eran reticentes a aportar dinero. Tenías que conocer a la gente para que te dieran algo.
P ¿Su mejor época?
R Ahora estoy muy bien en el San Francisco, pero la época del presidente Paco Martínez fue fantástica.
P ¿Entiende la vida sin el fútbol?
R No creo, sería muy complicado. El fútbol es maravilloso por todo, en especial en las categorías base en las que la ilusión puede con todo.
P Cómo ha cambiado el fútbol.
R Mucho, y para bien. Ahora ni hay socios ni abonados, el padre paga las cuotas. Es como una empresa.
