Toni Quiñonero (Granollers, Barcelona, 1989) nació con espina bífida e hidrocefalia. No obstante, no le ha impedido practicar deporte. Residente en Mallorca desde hace años, es el primer rider WCMX español hasta el momento. Esta modalidad es una mezcla entre BMX y silla de ruedas, de ahí su nombre: WCMX o wheelchairMX, que consiste en hacer trucos con una silla de ruedas en un skatepark. Este informático asegura que no tiene miedo y que el skate es su mundo y donde se siente muy cómodo. Participará en el Mundial WCMX & Skate Adaptado, los días 6 y 7 de abril en la ciudad de Fontana, California.
Skate adaptado, ¿sólo para valientes?
En absoluto. El WCMX, más que un deporte, que también, para mí es un estilo de ver este mundo y de vivir. No le tengo miedo a nada, además de ser un deporte y competir, ante todo es una diversión.
WCMX.
Empezó en 2009 y desde entonces ha tenido mucha acogida. Es el deporte adaptado que más crece internacionalmente.
¿Cómo se adentró en este mundo?
Durante mi infancia y juventud siempre fui una persona muy pasiva, nada que se parezca a lo que hago ahora en la actualidad. Pero un día estaba con un amigo roller de Parets del Vallès, mi pueblo natal, y ya llevábamos varios días yendo al skatepark hasta que él me sugirió que me tirara por una rampa con mi silla de ruedas. Ahí empezó todo. Le dije que sí y con su ayuda conseguí tirarme un par o tres de veces ese día. Me gustó tanto que no he parado y una cosa me ha llevado a la otra.
¿Cómo se prepara para ser uno de los mejores?
Dedico la mitad de mi tiempo a ir al skatepark y la otra mitad a hacer una combinación de levantamiento de pesas, ejercicios funcionales y salgo a hacer kilómetros con mi handbike por el Paseo Marítimo.
¿La silla de ruedas es especial?
Sí, está específicamente diseñada para el WCMX. Lleva suspensiones traseras y delanteras, llantas traseras de fibra de carbono reforzadas y ruedas delanteras de skate.
Ya fue uno de los mejores del mundo en 2015, ¿cómo fue esa experiencia?
Para mí fue un increíble placer. Era mi primera competición y estaba muy nervioso pues llevaba sólo dos años practicando WCMX. Una vez que llegué allí me lo pasé muy bien, disfruté muchísimo, y para mí eso es lo más importante.
¿Cúales son los principales problemas que tiene usted en el día a día?
Supongo que los mismos que pueda tener usted, la verdad. Nunca me he parado a pensarlo.
¿La escasez de pistas para practicar skate es un asignatura pendiente?
Sin duda, aún hoy en día el skate es un deporte que tiene un estigma no correspondido con la realidad. Espero que poco a poco, y con la ayuda del skate siendo olímpico, la gente se dé cuenta de que somos deportistas como cualquier otro, con nuestra filosofía particular, pero deportistas al fin y al cabo. Eso tiene que llevar inequívocamente a los ayuntamientos a aumentar el presupuesto que dedican a la promoción del deporte urbano.
¿A qué aspira deportivamente?
A ser feliz, no quiero nada más. Y con ser feliz me refiero a acostarme cada día sabiendo que los míos están bien, y que tengo la conciencia tranquila porque sé que lo he dado todo. No pienso en el mañana ni en el ayer, nunca me callo un "no estoy de acuerdo", un "tienes la razón", o un "te quiero". Quizá esa es una de las claves de la felicidad. En un futuro no muy lejano me gustaría poder enseñar WCMX a chavales y adultos que quieran probarlo, y quién sabe si algún día conseguimos que el WCMX sea deporte olímpico. El tiempo lo dirá.
Participará en el Mundial WCMX & Skate Adaptado en California.
Sí, será una experiencia única y muy deseada. Para ello contaré con importantes patrocinadores ya que sin ellos hubiera sido imposible poder afrontar este viaje. La empresa Urbia Services es la que más ha apostado por mí y les estoy muy agradecido.
