Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Discos

Propuestas al margen

Dos magníficos discos del Trío Spleen y Judith Jáuregui sirven como arranque al curso musical

Propuestas al margen

El moribundo mercado de las grandes discográficas, aferradas a lugares comunes y la reiteración de obras y artistas, ha tenido, curiosamente, efectos benéficos en la recuperación de repertorio olvidado. Los intérpretes han sabido caminar al margen, en pequeños sellos, de algunos de los cuales son copartícipes en la producción de los mismos, y se han lanzado a grabar partituras de difícil escucha o proyectos que integran obras muy diferentes según sus propios criterios artísticos y no derivados de la imposición del mercado.

Buen ejemplo de lo anteriormente expuesto es El trío Spleen -integrado por la mezzosoprano Marina Pardo, el viola Rubén Menéndez Larfeuil y el pianista Miguel Huertas- que acaba de editar un exquisito y magnífico trabajo discográfico, Les fleurs du mal en el sello "Aria classics".

Charles Martin Loeffler, compositor germano-estadounidense, el británico Frank Bridge y Johannes Brahms son los autores incluidos en un disco que tiene el hermoso aroma de un romanticismo ya avanzado y crepuscular y, a la vez, el de la apertura a un nuevo concepto musical que ya se atisba aquí. Esta música nos llega como reflejo de un mundo perdido y quizá por ello se nos muestra con inusitado esplendor áureo.

Los tres músicos se funden en la esencia de unas obras que aúnan belleza musical y literaria, estructuradas sobre poemas de Charles Baudelaire, Paul Verlaine o Heinrich Heine, entre otros. Es un legado íntimo, el de la canción recogida y mostrada en un pequeño espacio, que nos interpela desde una profundidad temática perfectamente plasmada por la excelencia interpretativa de la voz de Marina Pardo, de la viola de Rubén Menéndez o del piano de Miguel Huertas. Los tres hacen música de cámara en condiciones, con enorme solvencia técnica y expresiva. El disco se grabó en Oviedo, en el Auditorio Príncipe Felipe, lo cual viene a reforzar la idoneidad de la sala para acoger proyectos artísticos de calado y repercusión.

Si en el trío Spleen encontramos a músicos ovetenses o muy vinculados con la capital del Principado, otra intérprete muy querida por el público asturiano, la pianista vasca Judith Jáuregui también está de actualidad. Con Jáuregui nos encontramos ante una solista que viene construyendo su carrera con ritmo pausado, creciendo artísticamente en cada proyecto. Sus discos son, en este sentido, fiel reflejo de su trayectoria ascendente. El último, grabado en vivo en 2018, en Viena, y titulado Pour le tombeau de Claude Debussy -Ars Produktion- incluye obras de Liszt, Debussy, Chopin, Mompou y, por supuesto, Manuel de Falla, cuya obra Le tombeau es la que abre el disco y le da título. Jáuregui, de nuevo, se reivindica como una de las pianistas españolas más interesantes de su generación. Con sorprendente instrospección dramática va desgranando esa seriación de autores que tienen epicentro común: la figura de Claude Debussy. Unos porque le influyeron y otros porque fue él quien sirvió de guía para los que llegaron después. Y justo en mitad del recital la música del propio compositor francés a través de dos de sus grandes joyas, Estampes y L'Isle joyeuse. La versión de Jáuregui es luminosa, con mordiente expresivo, certera y se crece ante Chopin para cerrar el disco con un soberbio Mompou a través de Jeunes filles au jardín.

Compartir el artículo

stats