Lector apasionado y escritor agradecido a sus maestros, Diego Prado ofrece en Libros dedicados semblanzas muy personales de diecinueve autores de destino dispar, algunos que viven un reconocimiento inalterable y otros que bordean el olvido. "Por alguna extraña razón que no me queda más remedio que relacionar con la sospecha de mi propio fracaso", explica, "siempre he sentido una atracción, que quizás habría que adjetivar como malsana, por aquellos artistas que, teniendo el talento de su parte, jugaron al escondite con el éxito, siempre esquivo. Dado que éxito o triunfo son conceptos hoy día trivializados y, en su mayor parte, de naturaleza etérea, cabría especificar que desde muy joven lo que me interesó realmente fue lograr comprender el mecanismo interno por el cual un artista de valía (y, concretamente, un escritor) se veía abocado irremediablemente al fracaso, al olvido o al silencio (voluntario o no) más férreo".
Por supuesto, en ello intervienen "muchos factores, algunos ajenos al propio individuo. Sin embargo, la legión de autores con tendencia al abismo, a la sombra o a la renuncia, es abrumadoramente numerosa. Algunos de ellos, es cierto, gozan hoy de una gloria póstuma que les fue ninguneada en vida. Otros alcanzaron altas cumbres para caer de ellas casi de inmediato. Los más, no obstante, se mantuvieron en ese estrecho margen entre la mala suerte y la indiferencia del resto. Evidentemente, sea cual sea la causa, todos ellos poseen para mí un gran interés"
¿Por qué Kafka quiso que se destruyeran sus obras póstumas? ¿Por qué Rulfo dejó de escribir "tras alumbrar dos obras maestras? ¿Por qué, a pesar de haber ganado el Planeta, Ángel Vázquez apenas publicó un par de libros más, sin éxito, y murió olvidado y en la miseria? ¿Por qué Antonio Rabinat, a la altura del mejor Marsé, pasó casi inadvertido por el público y está hoy olvidado? ¿Por qué alguien santificado como Bolaño no logró publicar en condiciones hasta siete años antes de su muerte? ¿Por qué Miguel Hernández tomó la fatídica decisión de regresar a su pueblo una vez perdida la guerra? ¿Por qué un extraordinario fabulador como Cunqueiro se aisló en provincias hasta casi desaparecer? ¿Por qué, pese a tener varias obras maestras en su producción, José Donoso es el autor más olvidado del 'boom'? Preguntas todas complejas de responder sin conocer la peripecia vital y la obra de cada uno de los autores".
Aquel homenaje a autores que le marcaron como lector y escritor dio paso a artículos publicados hace una década. La recopilación de algunos da como resultado una obra "primorosamente editada por Anexo e ilustrada por Fernando Ferro, que ha hecho del libro un objeto digno de regalarse". "Libros dedicados" habla "no sólo de autores, sino también de sus obras, muchas de las cuales yo quisiera tener dedicadas por sus autores y, al tiempo, dedicar a aquellos que no saben qué leer. Si hablar de lecturas y autores que fueron importantes para uno en su día es, en el fondo, hablar de uno mismo, el lector no sólo encontrará en estas páginas una posible guía de lecturas, sino también un pedazo de mi propia biografía".
