Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Exploración

Más allá del Misuri

Más allá del Misuri

A principios de la década de 1960 todavía estaban de moda las novelitas baratas del Oeste que, firmadas, entre otros, por Silver Kane, M. Lafuente Estefanía o José Mallorquí, llenaban las estanterías de los quioscos de prensa y, con sus ecos de pólvora, cabalgadas y aventuras, colmaban la imaginación de un público lector, poco exigente, que intentaba huir de la oscura realidad de un país aun herido por las secuelas de la posguerra. En algunas ocasiones suelo recordar a esos hombres apagados, taciturnos, que se me antojan tristes, leyendo en el tranvía, a la puerta de un comercio donde trabajaban como dependientes o en la soledad de un banco del parque, este tipo de literatura barata cuyos libros cabían en el peto del mono de trabajo o en el bolsillo desbocado de una chaqueta de verano. Eran novelitas de usar, tirar o cambiar. Un sueño breve, un relámpago de enajenación y, tal vez, de felicidad: como el disparo de un winchester 73, o un colt 45, iluminando un atisbo de justicia en la noche tenebrosa de aquellos días en que nadie pudo matar a Liberty Valance.

Ahora, en pleno siglo XXI, ojeando el catálogo de la colección "Frontera", editada por Valdemar, pienso lo que hubiesen disfrutado aquellos lectores pudiendo acceder a títulos clásicos del género que, a la pasión por la aventura, añaden una contrastada calidad literaria y, en ocasiones, una sólida documentación histórica. A títulos como Centauros del desierto de Alan Le May, La diligencia de F. Haycox y D. Nichols, El árbol del ahorcado de Dorothy M. Johnson o Bajo cielos inmensos de Jr. AB. Guthrie y así hasta los catorce que integran la colección, más el número quince con que la editorial ha querido celebrar la buena acogida de la serie: Más allá del ancho Misuri de Bernard DeVoto, un clásico sobre el Oeste americano que, en 1948, obtuvo el Premio Pulitzer en la modalidad de Historia.

Más allá del ancho Misuri recoge la historia de la exploración y primeros asentamientos de los hombres blancos en el área de las Montañas Rocosas y la época dorada, entre 1820 y 1840, del comercio de las pieles de castor que, ascendiendo el Misuri y sus afluentes, atravesando las praderas y desiertos, abrió los caminos y los puntos estratégicos -fuertes y factorías, ferias y lugares de encuentro- para la colonización masiva del territorio que tuvo lugar años después. El periodo romántico, salvaje, de los "tramperos", aquellos hombres libres y osados que, con los mismos escrúpulos que las grandes compañías peleteras -es decir, ninguno- depredaron los ríos, convivieron o lucharon contra los indios y acabaron dando origen a la doctrina del "Destino Manifiesto", según la cual el Oeste americano debía ser para el pueblo elegido de los Estados Unidos en nombre de unos principios difíciles de cumplir: la democracia, la libertad y la justicia.

El libro de Bernard DeVoto reúne el rigor histórico y una sólida documentación con el placer de narrar; el análisis de una forma de explotación capitalista con el retrato costumbrista de la vida cotidiana de indios y tramperos; la dinámica de sus luchas y conflictos con el crepúsculo de sus dos formas de existencia, dando lugar a un relato donde se cumple a rajatabla el tópico de que la realidad, casi siempre, supera a la ficción. Pienso que si este libro, antaño, hubiese sido un magnífico punto de referencia para situar aquellas novelitas del pasado en el marco de la Historia, ahora lo es, también, para volver a revisar algunos westerns que adquieren esta categoría. De la obra de DeVoto arrancan, por ejemplo, películas memorables como Más allá del Misuri de William A. Wellman, Horizontes azules de Rudolph Maté o Río de sangre de Howard Hawks. Lecciones plásticas de épica que debían estar presentes en escuelas e institutos como corolario para enseñar el pasado del Imperio USA, para recordar a aquellos anónimos lectores del pulp español y para saber por qué los viejos rockeros seguimos diciendo aquello de "nunca debimos abandonar el tranquilo Mississippi".

Compartir el artículo

stats