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Serie TV

Un capo en bermudas

Los Soprano cumple dos décadas desde su irrupción en la pequeña pantalla

Fotograma de la serie 'Los Soprano'.

El título de este artículo alude a una anécdota real, recogida en la miscelánea de IMDB. Poco después de emitir el episodio piloto de esta serie un mafioso real contactó con el actor protagonista, James Gandolfini. Le pidió que no volviera a vestir bermudas en la serie porque ellos nunca vestían de ese modo. Esa amenaza velada refleja una de las contradicciones de la delincuencia organizada. Su cabeza les incita a la discreción; sus vanidosos egos escrutan la imagen que de ellos ofrece la ficción.

El creador de Los Soprano, David Chase, nació y se crió en Nueva Jersey, ciudad al sur de Nueva York sin el glamour de la Gran Manzana. En su infancia Chase escuchó historias de familias, los Boiardo, los DeCavalcante, dedicadas a las típicas ramas del crimen.

Recordando esas historias el guionista-director decidió aplicar la banalidad del mal de Arendt a una familia de clase media norteamericana. Descartó la ambición de El padrino. Se fijó más en el Scorsese de Malas calles o Uno de los nuestros , acentuando aún más lo mundano. Mostrar que el jefe de una banda de delincuentes que extorsiona, apalea y soborna puede además ser un buen/

imperfecto (como la gran mayoría) padre de familia. Y también, premisa argumental levemente novedosa, sufrir ataques de ansiedad y acudir a una psicoterapeuta.

El reto era hacer creíble esa normalidad sin edulcorar, ni exagerar, la maldad. Lo logró con personajes pulídisimos, muy ricos en matices, y secuencias, diálogos igual de brillantes. Dos ejemplos, de las decenas que merecen citarse. 1) Livia (Nancy Marchand), madre de Tony Soprano se comía la pantalla cada vez que asomaba. Tenía demencia senil y aún así era capaz de manipular, intrigar, ordenar. O sea, la abuela mandona, al borde de lo insoportable que millones de familias del mundo sufren. No tuvo más recorrido porque la actriz falleció, por avanzada edad al final de la segunda temporada. 2) En un capítulo de la primera temporada la hija adolescente primero, y el menor a continuación, se enteran de la verdadera profesión de su padre. ¿Qué hace Tony? Cuando vuelve a reunirse con su banda les pregunta con toda naturalidad "¿Vuestros hijos saben que sois mafiosos? ¿Qué les digo a los míos?"

Otro acierto de Chase, forzado y no desdeñado, fue el reparto sin estrellas. James Gandolfini era un secundario que trampeaba en películas o series poco conocidas. Chase vio en él la mezcla de inocencia exterior y dureza interior que buscaba. Sin llegar a ser un Jeckyll/Hyde, era capaz de desarmar con una mirada de chiquillo travieso y asustar, mucho, cuando se torcían sus negocios. El resto del reparto también dio la talla; gran presencia de actores italoamericanos y excentricidades como el rockero Steve van Zandt (acompañante habitual de Springsteen).

Aún con un argumento original y sólido, el mayor reto para Chase fue convencer a alguna productora, de cine o televisión, que un equivalente (salvando las inmensas distancias) a Médico de familia con mafiosos no iba a ser pasto de las burlas de los críticos y el desdén de los espectadores.

Como explica Derek Thompson en el clarividente ensayo Creadores de Hits (Capitan Swing, 2018), la serie cumplía uno de los principios de la regla MAYA: "Para vender algo familiar [al espectador], hazlo sorprendente; para vender algo sorprendente, hazlo familiar". Como muchos ejecutivos del mundo del espectáculo desconocían esa norma tuvo que ser una cadena que tanteaba un nuevo modelo de negocio la que apostara por la serie.

Inciso. Las cadenas de televisión clásica precisan audiencias significativas de cada programa para vender la publicidad. La televisión por satélite de pago dejó de depender de esos ingresos pero al tener una oferta muy amplia de canales su presupuesto era limitado. Cuando el streaming abarató costes tecnológicos de emisión, HBO (con Netflix a rebufo poco después) tuvo su momento Cassandra apostando por series de mucha calidad, dirigidas en principio a un público restringido y exigente. Intuyeron que las buenas críticas y/o premios les proporcionarían un aura de prestigio y más suscripciones, un 'hay que pagar por ese canal para no ser menos que mis amigos.'

Los Soprano cumplió la profecía, abriendo la trampilla a series excelsas como Mad men, The Wire, Juego de tronos, Breaking bad, Black mirror y un largo etcétera.

La coda de este aniversario es curiosa. Como la serie no puede resucitar, por el triste motivo de que James Gandolfini falleció en 2013, Chase está desarrollando una precuela, para cine en principio, Los santos de Newark. Está ambientada durante unos disturbios raciales ocurridos en 1967 en Nueva Jersey, con un jovencísimo Tony Soprano como algo más que espectador de los altercados. El actor protagonista serဠWill Gandolfini, hijo del difunto.

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