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La Arquitectura como arte

De la necesidad virtud

Diversas publicaciones analizan el valor de la arquitectura como parte del arte actual

Eden Project.

Nicholas Grimshaw es el galardonado con el premio RIBA (Instituto Real de Arquitectura Británica) de 2019, una de las mayores distinciones de la especialidad. Grimshaw es uno de los pilares de lo que conocimos como "high tech", la alta tecnología en Arquitectura, junto con Foster, Rogers y Piano fundamentalmente. Foster y Piano figuran ya en la nómina de ese galardón, a la que ahora se incorpora Sir Nicholas Grimshaw con su dilatada carrera.

De algún modo, el "high tech" viene de hacer de la necesidad virtud. El clima inglés, tan lluvioso, propició la creación de las primeras "arcades" galerías acristaladas, abuelas de nuestros centros comerciales, y también la creación de los invernaderos que reducían la estructura gracias al hierro y sustituían las paredes por cristal para, merced al efecto térmico, conseguir grandes espacios habitables. Estos aprendizajes agrícolas se trasladaron en la Exposición Universal de 1851 al gran Crystal Palace de Paxton y desde entonces no pararon. Precioso, también de aquellos pioneros, el museo de Historia Natural de Oxford (financiado por Ruskin) con todo el techo central acristalado y, más reciente, el cubrimiento del British por Foster.

La primera obra por la que todos conocimos a Grimshaw en España fue en la Expo- 92 en Sevilla. Él firmaba aquel maravilloso Pabellón Británico, con el que entraba en nuestro país este tipo de arquitectura, que allí se pintó de blanco y dejaba bajar una cortina de agua por los cristales para enfriar la locura de calor sevillano. El techo se protegía del sol con unas piezas onduladas, como olas, (muy parecidas a lo que luego presentó Foster para el concurso del Kursaal de San Sebastián, que finalmente se llevó Moneo) y otra de las fachadas se curvaba como una vela (recurso que también vimos después en muchas ocasiones).

Otra obra conocida se localiza en Cantón Grande, en La Coruña, como continuación de todas aquellas fachadas con galerías, un muro cortina inclinado y un centro cultural especial para la Fundación Caixa Galicia. No es la virtud más importante del "high tech" su integración en cascos históricos. Al estar hecho este tipo de arquitecturas con materiales más afines al coche ( cristal, acero, neopreno€) da la impresión a veces de que son proyectos allí aparcados pero que en cualquier momento, como los automóviles, echarán a rodar. Sin embargo en esa obra gallega se percibe la contención, y la voluntad, mediante fraccionamiento de las carpinterías, de buscar una escala acorde con el sitio.

Los laboratorios de la escuela de Dulwich, quizá su proyecto que más me gusta, se sitúan junto a un edificio de ladrillo patrimonial y el arquitecto cubre sus fachadas con cerámica y para no destacar con su novedad utiliza un programa para cambiar el color de las piezas con un pixelado en referencias a imágenes de árboles. Al final el protagonista sigue siendo, gracias a la elegancia de nuestro protagonista, el edificio histórico.

También conocerán, aunque quizá no sepan su autoría, a través de películas algunas de sus obras. La estación de Waterloo en Londres, que recibió en 1994 el premio Europeo de Arquitectura Mies Van der Rohe, aparece en la película "The Bourne Ultimatum". Es el lugar en el que Matt Damon se reunía con un periodista y se caracteriza por un nuevo uso del cristal, como una oruga vítrea que va acompañando a las vías en su llegada al centro de la ciudad. Es, cómo no, también una evolución de las grandes estaciones de Arquitectura del Hierro del XIX.

Aunque quizá el proyecto más conocido últimamente sea el Eden Project que culmina la tradición inglesa que comentamos de los invernaderos, y es una especie de desarrollo enorme de las estructuras de Buckminster Fuller, creando grandísimas redes esféricas (poliédricas en realidad) transparentes que crean espacios ajardinados interiores enormes y que dan forma al sueño de las novelas y series postnucleares en un mundo futuro (y también las hasta ahora utopías de arquitectos como Niewenhuis y su New Babylon Concert Hal). Y como los ingleses aprovechan todas sus películas, pero en especial las del agente 007, para dar propaganda a sus logros, en la entrega "Muere otro día" la gran estructura polar en la que acaba Pierce Brosnan, entrando con la mano cortada de un enemigo, es en realidad esta pacífica estructura ajardinada que está en Cornualles, finisterre sur de Inglaterra, llena de vegetación. Además, y siguiendo con esta sensibilidad que muestra dentro de la arquitectura tecnológica, todo este complejo medioambiental se ha creado sobre lo que era una enorme cantera abandonada de grandísimo impacto visual, convirtiendo una vez más la solución a un problema en la virtud de un proyecto. Pura sostenibilidad.Luego están los aeropuertos, pero esos ya juegan en otra liga.

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