Se planteaba el poeta y creador de aforismos polaco Stanislaw Jerzy cómo se podía afrontar la destrucción, el dolor y la muerte sin parecer un patético títere en manos del universo y sin llegar a convertirse en un colgado. El escritor y periodista mallorquín Joan Pericàs, perecido en 2010, arranca sus memorias -aquí ahora reseñadas- con la misma cuestión. El volumen recoge sus últimas voluntades personales y literarias: una valiente lectura sobre su vida se entrelaza con recuerdos escritos meses antes del traspaso y con dos libros de poemas. Pericàs, hombre de convicciones férreas, como bien rezumaban en sus trabajos periodísticos en la prensa local, tutea a la muerte en estas más de trescientas páginas de consuelo; la inquieta incluso, mas sin dejarse inquietar por ella, lo que supone una disposición o talante que podría rescatar el lector también de otras autobiografías, como la del polifacético Adolfo Marsillach, Tan lejos, tan cerca.
Siempre con plausible entereza en torno a la muerte, Pericàs sin embargo percibe cuán quebradiza es la condición humana ("Si ahora del cielo cayese una gota, tú, / en la trampa de la yesca te creerías pájaro. / Te crees, a picos, de piedra viva, / pero en cada golpe de madre mermas, / creces, mueres, naces ... / Y no lo sabes, mezquina") y vislumbra a la "gaviota que trepa / y pierde la chaveta / por un arbotante", a la que acaso le suelte que ya conoce a la muerte, un final "que estiba de sombras las vaguadas de la piel y que cada año tumba septiembres", dejándolos "más delgados de amigos".
En los treinta y cuatro capítulos de que se compone el libro, el autor reflexiona además acerca de la historia y exclusivas del periodismo isleño y se enfrenta al fantasma de la orfandad de padre en edad infantil. Con él, nos adentramos en la Bunyola o en la Palma de su infancia, o en los peligros de una generación, la suya, que maduró o se perdió en la Transición. Licenciado en ciencias biológicas, otorga también el escritor tiempo y espacio a hablar de la divinidad, suscribiendo las palabras de Miquel Martí i Pol: "Dios es también un plano del hombre, la cuestión es escapar de la muerte y de la aniquilación completa. Entonces, el verdadero secreto es que no hay secreto". Aun con todo, nos invita a deshacer el nudo, "deshacer los silencios, abrir las cerraduras de las estancias, / desbarrar los pasillos al dolor y la pena", para a continuación sentenciar que debemos "deslastrar las palabras / y hacerlas volar", y "callar. / Callar" y
"Callar".
JOAN PERICÀS
Obra completa: poesia, memòries
Slooper, 344 páginas, 20 €
