Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Novela

Amistades adictivas

El mallorquín Andreu Ribas publica Les vides importants, una reflexión en forma de relato acerca del bucle que supone vivir

Andreu Ribas.

Durante los años ochenta, en plena salida de la vorágine franquista, un grupo de jóvenes se reúne en la casa de uno de ellos para contar, como si de un bucle vicioso se tratase, sus vivencias, logros y derrotas, y amores, historias descarnadas que solo la vida misma podría superar. El vicio irrumpe en las vidas de los personajes: la heroína engancha y degrada, convirtiéndose en el verdadero mal de toda una generación.

Arranca el libro de Andreu Ribas (Palma, 1966) con varias muertes concatenadas que dejan al lector, en página y media, en medio de una espiral de intriga, en la que un peculiar asesino deja bien a la vista su herramienta de la matanza. En esta novela de más de trescientas páginas todo se cuenta a través de un narrador que responde al nombre de Observador, un ser deambulante que cuenta con escrupuloso detalle todo lo que acontece a su alrededor y que incluso podría evocar al reciente andar solitario entre la gente de Antonio Muñoz Molina.

La mente de quien lee se recrea aquí con los sugerentes títulos que encabezan los capítulos (Això va passar, passarà o està passant). Quien observa se aferra comprometido a la realidad, la existente o a una paralela que acaso crea el autor. El relato de Ribas se visualiza como un vaivén de personas que se sinceran entre ellas, con sus aciertos y a su vez errantes, con una serie de escenas, fotogramas continuados que dan agilidad al texto, como cuando irrumpen un grupo de chicas rubias de buen ver y acto seguido el narrador atisba un circo cuyo hedor animal traslada la historia a un matadero.

En definitiva, Ribas posee una capacidad genial para contar las cosas ("como dios es bueno y sabía cómo había sufrido el observador al no percibir las piernas de las teutonas del Porsche, un Talbot Horizon se paró dos portales más allá, en un lado de la call. La conductora estuvo cerca de cinco minutos y para mitigar el calor aún insoportable de las seis de la tarde se abanicó con la faldita corta; el Observador dedicó a hacer lo que hacía siempre tomando como objetivo la entrepierna de la chica"), siendo merecedor ahora con este libro de algún premio literario, como cuando en 1998 se alzó con el Premi Entorn de Narrativa Curta gracias a L'altre Arnau.

(Comandes:andreuribas@gmail.com)

Compartir el artículo

stats