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Ensayo

La literatura se somete a examen

El volumen aborda los entresijos visibles (y menos visibles) entre la joven literatura y la vanguardia artística a principios del siglo XX

La literatura se somete a examen

Del mismo modo que nos encontramos -en ocasiones- con frases por las que daríamos un mundo, también existen libros por los que daríamos una vida. Y este comienzo, a todas luces abrupto, tiene mucho más que ver (de lo que a primera vista parece) con ese fantasma, ya demasiado familiar para la literatura, que es el compromiso. La reciente aparición del estudio titulado Los compromisos de la joven literatura. Años veinte y treinta en España, incluido en la prestigiosa editorial Anthropos, viene a confirmar la brillante madurez investigadora de su autor, el profesor de la Universidad de Granada Miguel Ángel García, así como la ingente tarea que resta por delante (como bien recuerda citando a Brecht) a la hora de someter a investigación la literatura misma.

Como indica el título de esta publicación, García aborda los entresijos más visibles (y menos visibles) entre la llamada joven literatura y la vanguardia artística surgida en nuestro país durante las primeras décadas del pasado siglo. Dicho volumen, dividido en doce capítulos, recoge un conjunto de trabajos realizados por el docente andaluz entre los años 1999 y 2016. Justo ahora que -dentro de poco tiempo- se cumplirán veinte años de la aparición de dos títulos de su firma, Vicente Aleixandre, la poesía y la historia (2001) y El Veintisiete en vanguardia (2001), fundamentales para leer esa generación de escritores encabezados por un grupo de prodigiosos poetas que conocemos bajo el nombre de Veintisiete. Si bien estos dos primeros libros establecieron las bases de una crítica radicalmente histórica contra el esquema tradicional mediante el que nos habían enseñado a leer la vanguardia española, ahora se propone cuestionar todas aquellas verdades sustanciales que giran alrededor de la práctica ideológica de la joven literatura y su utilidad, por ejemplo, para apropiarse de ese inicial empuje antiburgués de la vanguardia poniéndolo al servicio del proyecto liberal y constructivo de Ortega y Gasset. Los compromisos de la joven literatura rinde tributo en sus primeras páginas a Vanguardismo y crítica literaria en España, libro publicado por Andrés Soria Olmedo en 1988 y que ha sido reeditado recientemente, y al cual -reconoce Miguel Ángel García- debemos el desvelamiento de una norma literaria y cultural moderna soterrada bajo la tutela orteguiana en Revista de Occidente y algunos títulos como La deshumanización del arte y Meditaciones del Quijote.

A lo largo de sus trescientas páginas, nos topamos con Vicente Aleixandre y su propia relectura, García Lorca entre Nueva York y la frontera de la vanguardia, Alberti rasgándose sus vestiduras poéticas, así como otros nombres claves para historizar esta coyuntura literaria como Rosa Chacel, Antonio Marichalar, el teatro del Veintisiete y José Díaz Fernández con su Nuevo Romanticismo. Se trata, en definitiva, de poner sobre la mesa una lógica objetiva en la producción de aquellos textos que reconocemos como Literatura. Porque detrás de un nombre hay simplemente una lealtad o una deslealtad, una soledad que nos piensa -en el silencio del discurso literario- frente al frío de la Historia. La nieve jamás es olvido

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