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Rompiendo los corsés del pensamiento lógico

El entreno que propone esta obra del pensamiento lateral no sustituye al pensamiento vertical, de hecho uno y otro son necesarios y complementarios

Ilustración creatividad.

Es común hoy en día encontrar manuales de todo tipo para un amplio espectro de aspectos. Lo no tan común es descubrir una guía de navegación que además de acertada sea creativa. Esta obra de 1970 explora con original enfoque cómo potenciar alternativas al pensamiento hiperespecializado. Si Edgar Morin -el filósofo francés- ya advertía hace décadas de los peligros de la especialización, en este caso Edward de Bono abunda en esta idea: "Cuando las ideas ejercen una función rectora de la información en vez de constituir simples subproductos de la misma, el progreso experimenta una aceleración."

La creatividad es principalmente la capacidad de hacer brotar ideas y conceptos novedosos, estableciendo soluciones insólitas. Uno de los puntos clave de la creatividad es la imaginación, esa potencialidad de visualizar internamente caminos alternativos: el pensamiento lateral.

La inercia académica de los últimos siglos ha propiciado un pensamiento vertical, lógico y unidireccional. SI bien este proceso es muy exitoso para determinados problemas, es estéril para campos del conocimiento poco trillados. Allí hace acto de presencia la creatividad, la necesidad de imaginar opciones diferentes. Para este giro de tureca, se requiere de los procesos mentales de la perspicacia, la creatividad y el ingenio. Esta perspicacia se puede cultivar, y es gracias a la confrontación de los enfoques rígidos.

En síntesis: el entreno que propone esta obra del pensamiento lateral no sustituye al pensamiento vertical, de hecho uno y otro son necesarios y complementarios, uno es creativo y generador, el otro es selectivo y sistemático. No obviemos que la mente humana es un elaborador sistemático y rígido de modelos arquetipos, estas improntas conceptuales conforman el pensamiento. Superar esta tendencia inercial debe hacerse deliberadamente, y en este sentido la liberadora función del pensamiento lateral es trascender las limitaciones encorsetadoras del pensamiento lógico.

Imaginen que somos un vehículo, la dirección viene dada por la potencia creativa, es la que nos dirige a nuevos rumbos, la tracción es posible por el movimiento y potencia del motor sistemático. El volante de este vehículo imaginario es el pensamiento lateral, y el motor es el pensamiento vertical. Uno requiere del otro.

No olviden que la analogía (el pensamiento lateral se promueve con el uso de metáforas perspicaces) nos ayuda a visualizar el sustrato conceptual de la propuesta que De Bono explora. La creatividad como la capacidad de dirigir la sorpresa y la curiosidad, y este libro como una creativa hoja de ruta.

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