CONXA VIDAL
Memoria en los zapatos
Performance
Día Internacional dels Museus
Museu del Calçat i de la Pell
La trayectoria artística de Conxa Vidal (Palma, 1975) tiene diversos registros artísticos que la hacen diferente a la mayoría de artistas locales. Desde su biografía académica (licenciada en Psicología y doctorada en BB.AA.) descubrimos una artista con tantos perfiles propios capaz de hacer de sus acciones un descubrimiento en cada una de ellas.
Dedicada fundamentalmente a la performance, su trabajo se sostiene con una fuerte carga teatral, unos ritmos propios de la danza y un componente simbolista debido a la pintura, al videoarte, a la escultura y una esencia poética hablada o escenificada. Todo en su trabajo amasa los perfiles de cada especialidad, para convertirlos en parábolas a veces existencialistas, otras vivenciales o memorísticas, como la que realizó para el día Internacional de los Museos en Inca, en los espacios del Museo del Calzado y de la Piel, con el apoyo del Consell en su programa "Museus hiperconnectats".
Conxa Vidal, compuso con "Memoria en los zapatos", una acción performativa sustanciada en la memoria que de cada uno de nosotros tienen los zapatos que, a lo largo de la vida, hemos ido usando, como fragmentos de una existencia anónima. No, nuestros zapatos contienen información que va desde su uso hasta los acontecimientos en los que participan calzados a nuestros pies, algunos tan terribles como un fusilamiento. Y ahí radica el principio básico sobre el que sustenta toda su intervención artística.
Con un despliegue físico hasta el agotamiento, la artista atrapa al espectador en un recorrido, primero, preludio de una acción que tiene en el baile y el movimiento, el corpus expresivo de la vitalidad y la exigencia hacia unos zapatos de claqué, percutores de un sonido rotundo y tan eficaz como la flauta del flautista de Hamelin, para conducir al público hacia la intimidad de una sala donde reposan cientos de pares de zapatos, agolpados en torno a una figura inerte, escultura blanquecina de un personaje anónimo atrapado, engullida por ellos.
Segundo, una vez dentro de la sala, desprovistos de nuestros zapatos que permanecen cerca del conjunto que figura en el centro, Conxa Vidal inicia un recitado apoyada por una proyección en la que unos pies desnudos pugnan sobre la tierra en busca de unos zapatos, ante su ausencia pierde el apoyo terrenal para, a través de la levitación, desparecer del encuadre. Luego, la artista inicia un recorrido en busca de aquellos pares de zapatos cuya historia nos va narrando. Un par de ellos de su abuela, con baile de tango incluido, otros de un fusilado republicano, ahora los de un violador y su víctima, aquellos de ella misma cuando la primera comunión, etcétera.
Perfecta en su ejecución plástica, argumentalmente bien construida y narrada, la performance deviene un recorrido sobre ese objeto cotidiano, símbolo de la comodidad, indispensable para el recorrido humano, deportivo, práctico o elegante; la vida transcurre sobre este protector elemento cuya cotidianeidad la eleva Conxa Vidal a memoria, memoria de cada instante sobre el que, en silencio, se ha construido una historia, nuestra personal e intransferible historia.
