Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Poesía

Zagajewski y la totalidad del mundo

El autor polaco, premio "Princesa de Asturias" de las Letras, se muestra en Asimetría como el poeta claro que no renuncia a la revelación

Zagajewski y la totalidad del mundo

Pocos poetas contemporáneos poseen el don de la dicción cordial que sabe evitar las trampas de la grandilocuencia, incluso de aquella que atiende a los requerimientos más exigentes de la retórica. El polaco Adam Zagajewski (Lwow, ahora perteneciente a Ucrania, 1945), último premio "Princesa de Asturias" de las Letras, es uno de ellos. Lo ha enunciado él mismo en una de las páginas de "Observaciones acerca del estilo sublime", incluidas en En defensa del fervor, ese libro que todo aprendiz de escritor debería leer: "Soy muy sensible a las acusaciones de grandilocuencia; para alguien que escribe poesía no hay reproche más temible". Y sin embargo, no hay muchos autores actuales con su aguzado sentido para acoger el "misterio del mundo" a través del destello de unas pocas palabras o de una imagen reveladora. En esa tensión, que transita desde la modulación del tono creíble al hallazgo de la expresión incontaminada, está la originalidad de una de las voces fundamentales de la actual lírica europea. Cierto, cada época ensaya distintas maneras de decir las cosas; el tiempo dirá.

Los cuarenta y ocho poemas que componen Asimetría, volumen que acaba de publicar Acantilado con traducción de Xavier Farré, son un buen ejemplo de la poesía que Zagajewski viene escribiendo desde los años ochenta, cuando por razones sentimentales y políticas deja la Polonia comunista para instalarse, en 1982, en París. Abandona entonces una poesía de corte social, inspirada en la "espartana sobriedad del lenguaje" de Tadeusz Rozewicz, entre otros, para empezar a escribir otra de carácter meditativo, elegíaco, en la que caben las estampas cotidianas, familiares, pero también las historias de la Historia.

La vida y la cultura (son muchas las referencias a escritores, músicos, pintores, pensadores, que hay en los versos del autor polaco) son filtradas al lector desde una intimidad que no renuncia a la comunicación, pero que tampoco desatiende la "cuestión esencial": "mantener a salvo de los asaltos de un omnipresente periodismo charlatán y desalmado y de una igualmente omnipresente ciencia popular -o pseudociencia-" todo cuanto constituye "el misterio que yace en el corazón de la poesía".

Es uno de los asuntos que trata en Releer a Rilke, ensayo publicado también este año por Acantilado (traducción de Javier Fernández de Castro): "Sabemos que el ámbito fundamental de la poesía es la contemplación, a través de la riqueza del lenguaje, de las realidades humanas y no humanas, en sus divergencias y en sus numerosas coincidencias, trágicas o felices". En este recordatorio de la potencia lírica del autor de las Elegías de Duino hay admiración, claro, pero también la confesión de alguien que no ha renunciado al encuentro con lo desusado y tampoco a la factura clara de sus versos. En ese raro e intenso funambulismo, casi siempre logrado, está la grandeza de este poeta de eficientes imágenes e ideas que apelan, a través de lo vivido o de lo que otros vivieron, al matiz de la complejidad del mundo. Es heredero, en muchos sentidos, de la línea crítica con el estalinismo de las mal llamadas democracia populares que el premio Nobel Czeslaw Milosz abrió con El pensamiento cautivo.

Dividido en tres secciones sin título, sólo numeradas, Zagajewski prosigue en Asimetría la emocionada y emocionante meditación que viene realizando desde libros anteriores: Xavier Farré ha traducido para Acantilado Tierra del fuego, Deseo, Antenas y Mano invisible; Elzbieta Borttkiewicz ha vertido al español Poemas escogidos, en edición de Pre-Textos, una selección de composiciones hecha por Martín López-Vega, que escribe también un esclarecedor prólogo. La palabra "asimetría" (esa falta de correspondencia que hay entre el todo y una o más de sus partes) aparece en el poema "Studniówka" (fiesta estudiantil polaca que se celebra cien días antes de la conclusión de los estudios de Secundaria). El poeta recuerda en este texto a su madre, cómo se avergonzó por unas intrascendentes palabras de ésta. Y cómo ese sentimiento perduró "durante muchos años, incluso décadas", impidiéndole atinar con un retrato más justo, más exacto ("y también la guerra, como todo parece indicar/ la pasó con buena nota") de su progenitora. La existencia entonces como una grieta expandiéndose, como esa feroz y trágica asimetría que no nos permite ver con generosidad, "bajo la intensa luz de la verdad/ intensa e intrincada/ intrincada y justa,/ justa e inalcanzable,/ inalcanzable y espléndida".

Como todo poeta auténtico (entiéndase el sentido de la reiteración), Zagajewski vuelve en Asimetría a los temas que ha ido desgranando en los poemarios arriba citados y en algunos de sus ensayos más conocidos (En defensa del fervor, Dos ciudades, Solidaridad y soledad; son muy recomendables, asimismo, las páginas de memorias y diario de En la belleza ajena), pero con alumbramientos nuevos a partir de un mismo impulso generador: "Cada poema tiene que hablar/ de la totalidad del mundo", aun cuando "Los poetas son presocráticos. No entienden nada". De ahí las metáforas, las elipsis, símiles que se tallan en la retina: "como un cartero en medio de la ventisca"; "solitario como el piloto de un avión transportando el correo/ a países extranjeros"; "como un alpinista que hace vivac en altas montañas".

Y cuál es el "misterio" que Zagajewski trata de acercarnos en este libro, donde conversa con Maldestam, Brecht, Bach, Rajmáninov, Chopin, Manet o Delacroix, pero donde también habla de sus padres, de la muerte de un oscuro peluquero de nombre señor Wladzio o de la inquietante visita que Werner Heisenberg, el formulador del principio de incertidumbre, realizó en 1943, en la martirizada Cracovia, al sanguinario nazi Hans Frank. Pues que "la muerte y la salvación" siguen ahí, junto a nosotros, y que la poesía es siempre la búsqueda de un resplandor.

Compartir el artículo

stats