Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Ópera prima

Sol, playa y un resucitado

La primera novela de Patricia Font es una fantástica historia llena de intrigantes recovecos sobrenaturales

Patricia Font.

El agua de la intriga llega hasta el cuello desde la primera zambullida: a Hernán se le aparece su hermano una mañana de resaca. ¿Y? Bueno, es que su hermano está muerto. Y ahí empieza el primero de los vaivenes inesperados y rompedores con los que Patrícia Font agita una novela que se titula Inundación y, según su autora, va de "cómo nos sentimos cuando estamos fuera de todo y somos conscientes de que aquello que quisiéramos -para nosotros mismos, para los nuestros- es algo imposible: qué sentimos. ¿Tenemos rabia? ¿Miedo? Qué valores, qué dioses, en resumen, qué cosmología nos tenemos que inventar para asimilar que nunca vamos a entrar en un círculo que está cerrado para nosotros". La historia arranca "con un resucitado en un pueblo de sol y playa, en un verano flojo porque hace mal tiempo y no hay tantos turistas como debería haber. La historia la protagonizan dos hermanos; uno vivo, Hernán, y el otro muerto, Julio, que vuelve resucitado, en chandal y sin ningún problema, encantado, se podría decir, de la vida o de lo que sea que hace que respire, hable, se mueva€ Para Hernán este retorno sobrenatural es un problema porque, ahora, como único hijo vivo, se sentía liberado, sin la competencia de Julio, el hijo listo. Entre los ámbitos en los que había substituido al muerto está el tema económico. Sacar a flote el chiringuito de playa que está en la ruina, que regenta el padre y que no confía en absoluto en que Hernán pueda ser ni la décima parte de solvente que el hermano muerto, que para colmo, estaba estudiando Económicas. En definitiva, competir debilita. A Hernán no le ocurre como a los grandes jugadores de fútbol, que la competencia los fortalece. O eso dicen sobre ellos. Uno no sabe realmente".

Font apuesta por "teatralizar" la historia en un espacio concreto; el pueblo turístico encarna los sentimientos del protagonista; la ansiedad por tener que superarse constantemente -un objetivo ahora inalcanzable; ¿Cómo va a superar un hermano vivo a un hermano resucitado?-, y la perspectiva de cómo entender esa ansiedad. Si fuera una escalera, estaríamos en el escalón de abajo y todo estaría en el de arriba. Nunca se ha estado arriba. No se ha perdido nada porque nunca se ha conseguido". El pueblo como personaje, "y en el pueblo, la playa, y en la playa, el mar. El mar y la lluvia que fastidia el verano. El agua de la lluvia no es salada para disimular que viene del mar. Y así todo el universo de hamacas, discotecas, apartamentos y cadenas de heladerías se convierte en un escenario místico, lejos de la parodia o la crítica social". Después de leerla, "el lector podrá pensar que lo menos fantástico de todo será la resurrección de un chico y, por el contrario, una bolsa de patatas fritas, un bloque de apartamentos a medio construir, una baldosa rota del paseo marítimo, todo eso será lo verdaderamente sobrenatural".

Compartir el artículo

stats