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Ensayo

Sobre la originalidad de las copias

Luciano Canfora realiza una erudita reflexión sobre la transmisión textual frente a las ideas de autoría y originalidad

Sobre la originalidad de las copias

En una nota a su monumental estudio sobre las fuentes latinas de la literatura medieval, el romanista Curtius describe la imagen de un joven poeta moderno que, en la soledad de su habitación, pretende plasmar sus más íntimas vivencias ignorando que sus versos reproducen fórmulas rutinarias ejercitadas hace veinte siglos por los alumnos de Quintiliano. Son muchos los que, por otras vías, apelando a los prodigios autoproductivos del texto y el intertexto, han anunciado la muerte o, al menos hibernación, del sujeto. A pesar de todo, el autor, como el dragón del cuento, todavía sigue aquí, velando nuestro sueño literario. El helenista italiano Luciano Canfora inicia este breve y laberíntico ensayo sobre la transmisión de los escritos antiguos preguntándose por la identidad de ese autor y la originalidad de las obras de arte, literarias y cinematográficas. El concurso de elementos externos a la creación, sea la intransigencia de la esposa de un novelista o la terquedad de un actor principal, añade complejidad a la cuestión. Pero la cosa se complica en extremo cuando se trata de textos antiguos, donde "siempre hay un anillo de más", un otro que tiene algún escrito. Esa alteridad escritora no es otra que la del copista: una figura enojosa para los pedagogos literarios, pero indispensable, e igualmente incómoda, para los filólogos. Ellos han desplegado toda su maquinaria ecdótica para delimitar los infinitos trabajos de copia y sus desviaciones con respecto a un inmaculado arquetipo original. Canfora subraya la condición fantasmal de ese arquetipo hacia el que trepan los filólogos por el árbol de códices y rollos, descuidando la densidad histórica y semántica de sus conceptos. El juicio del copista como artífice de los textos supervivientes se sostiene en su consideración como "único verdadero lector del texto", en la medida en que la copia es el modo más genuino de apropiárselo. Desde esas premisas, Canfora sumerge al lector en los contaminados, si no venéreos, procesos de transmisión textual, cuya fertilidad se prueba en la tradición mal llamada "indirecta". De ella destaca el precioso valor de las citas, su entretejimiento con el texto "original", al que suelen estar más próximas que los posteriores y mas "directos" manuscritos. La angustia por la autenticidad es también un lamento por los incalculables libros perdidos en el tiempo cuya única huella se confía a quienes ejercieron el arte de recabar extractos. El ensayo se detiene en los frutos mayores de ese oficio: los libros-biblioteca donde los verdaderos autores de la tradición, como el historiador siciliano Diodoro y el patriarca bizantino Focio, copiaron, tradujeron y recortaron las que intuimos fueron obras completas.

Conscientes de vivir tiempos de pérdida, esos extractores continuaron la aspiración, alabada por Plinio, a componer un libro total que, como los modelos de la Biblia y Homero, rescatara el saber contenido en los volúmenes condenados a desaparecer. Se agradece que Canfora no nos evite las complejidades técnicas que entraña interpretar estos libros de libros. Ellos son el testimonio mas evidente de la condición fragmentaria y reproductiva de la tradición literaria y de su dispersa originalidad. No obstante, seguro que ese recuerdo no impedirá al literato de hoy olvidar hasta qué punto está remedando, incluso epitomando, viejos e ignorados textos al escribir los suyos, ya sean un poemario, una carta o una reseña.

LUCIANO CANFORA

El copista como autor

Traducción de Rafael Bonilla

DELIRIO, 115 PÁGINAS, 10 €

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