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La brújula

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Nietzsche, Pavese, Turín y el sufrimiento de los huérfanos

Frédéric Pajak, francés de 1955, editor, dibujante y escritor, montó cierto taco en 1995 con una biografía dibujada de Lutero cuyo título destila ecos austerianos: Martín Lutero, inventor de la soledad. Para entonces, Pajak ya estaba dándole los primeros pases a otro proyecto de gigantes, La inmensa soledad, que cuatro años después -y armado del kilométrico subtítulo Con Friedrich Nietzsche y Cesare Pavese, huérfanos bajo el cielo de Turín- lo elevaría poco menos que a la condición de inventor de un nuevo género: el ensayo gráfico.

En apariencia, los dos grandes protagonistas del volumen son el filósofo alemán Nietzsche, que en 1889, cuando contaba 44 años, enloqueció en Turín, y el poeta, novelista y ensayista italiano Pavese, quien a los 42 años se quitó la vida en la capital piamontesa cuando corría agosto de 1950. Pero esto es sólo en apariencia. De hecho, las cinco primeras viñetas del libro recrean la muerte del padre de Pajak, a los 35 años, en un accidente de automóvil. El dibujante tenía nueve años, como cinco tenía Nietzsche y seis tenía Pavese cuando quedaron huérfanos. Y la orfandad, o más bien "la soledad, la muerte, la locura, el suicidio o el horror irreparable de los huérfanos" son los verdaderos protagonistas de un volumen en cuyo reparto desempeñan un papel estelar las calles desnudas de Turín. La ciudad donde las estatuas, casi huérfanas de pedestal, miran a los ojos.

Para quienes todavía no hayan oído hablar de una obra que se ha convertido en una de las revelaciones de esta primavera, La inmensa soledad es "una interminable ensoñación" en la que, a lo largo de unas 300 páginas, Pajak despliega ante el lector más de dos centenares de espléndidas tintas a pluma y pincel. Estas ilustraciones se suelen acompañar de breves textos, aunque de tanto en tanto Pajak le suelta las riendas a la otra pluma, la de escribir, para vagabundear a su antojo por las vidas y obras del filósofo poeta y del poeta filósofo. Siempre con la intención de rondar "el hilo misterioso" que, a través de grietas que se abisman en el tiempo, enlaza el sufrimiento y la tristeza de dos personajes -rodeados de mujeres desde la infancia, mal amados por las mujeres en la edad adulta- que a primera vista tienen poco en común.

El resultado, siempre a caballo entre lo ensayístico y lo poético, acaba convirtiendo a Pavese y a Nietzsche -prorrogado este último en el pintor metafísico De Chirico- en las armas que utiliza Pajak para tratar de entender las raíces de su propia soledad y reconciliarse siquiera un tanto con la muerte. Pero ese destino final, que incluso podría pasar casi desapercibido a un lector poco atento, sólo se alcanza a través de una exploración, tan intensa como deliberadamente subjetiva, de la muy extraña encarnadura que da cuerpo a los dos imponentes atlantes sobre los que reposa el mundo en claroscuro dibujado y escrito en La inmensa soledad.

FRÉDÉRIC PAJAK

La inmensa soledad.

Con Friedrich Nietzsche

y Cesare Pavese, huérfanos

bajo el cielo de Turín

Traducción de J. del Prado e I. Antón

ERRATA NATURAE, 320 PÁGINAS, 22,90 €

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