Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Historia

Malta y Mallorca, un pasado común

La relación entre las dos islas separadas por mil kilómetros de mediterráneo es más intensa de lo que pueda pensarse

Vista de las tres ciudades conocidas como la Cottonera desde La Valetta.

Las joyas de la abuela que heredan las familias mallorquinas incluyen con cierta frecuencia un colgante con la Cruz de Malta. Al sureste de La Valetta se encuentra un conjunto de tres ciudades que es conocido como la Cottonera, evidente evocación de un apellido ancestral de la nobleza isleña. Una de las capillas de la barroquísima catedral de San Juan de Malta está profusamente adornada con la flor del algodón -cotó, en catalán- y en ella se encuentran las tumbas de dos hermanos Cotoner. El maltés lo hablan poco más de 400.000 personas, pero si se afina el oído resulta fácil distinguir palabras familiares para los catalanoparlantes.

La relación entre las dos islas mediterráneas separadas por mil kilómetros de mar es más intensa de lo que pueda parecer a los mallorquines de hoy. El nexo se establece a través de la Soberana Orden Militar y Hospitalaria de San Juan de Jerusalén, de Rodas y de Malta, que es su nombre oficial. Mallorca aportó miles de miembros a las filas de una organización que durante siglos conjugó la labor asistencial con la militar. Pero, sobre todo, le dio tres grandes maestres, un trío de gobernantes que se encuentran entre los más destacados.

Los orígenes

La orden nace en torno a 1048, cuando un grupo de comerciantes de la Costa Amalfitana crean un hospital en Jerusalén. En 1113 reciben el reconocimiento canónico por parte del Papa Pascual II. Con el tiempo, y debido a la situación geopolítica, acentúa sus aspectos militares para hacer frente a la presión de los mahometanos. Primero fueron obligados a abandonar la Ciudad Santa. Posteriormente perdieron San Juan de Acre y se instalaron en Chipre. En 1310 establecen su sede en Rodas, de donde les expulsa Solimán el Magnífico en 1522.

Ocho años después, Carlos I les entrega el archipiélago formado por las islas de Malta, Gozo y Comino. El objetivo era que defendieran el Mediterráneo Occidental del avance musulmán. La relación se mantendrá hasta que los caballeros fueron expulsados en 1800 por Napoleón.

Puerto de Cospicua, entre Senglea y Vittoriosa, las tres ciudades que forman la Cottonera.

Es en este periodo se estrecha la relación entre Mallorca y Malta. "La orden hospitalaria de San Juan de Malta quedó así definitivamente estructurada de una forma peculiar, a caballo entre un instituto religioso y un principado absolutista en posesión de las mencionadas islas y de múltiples encomiendas y bailiazgos desde Portugal hasta Polonia -según escribe el historiador Óscar de Ascoz y Planes-. Pero la guerra contra los musulmanes continuó y los turcos atacaron Malta en 1565, produciéndose el Gran Sitio. Los atacantes fueron derrotados por los caballeros al mando de los cuales se encontraba el gran maestre, Jean de La Vallette, en recuerdo del cual toma la capital de la isla su nombre".

"Los hospitalarios fueron los recipiendarios de parte del patrimonio de la extinguida orden del Temple (1306), si bien de una forma desequilibrada: en Navarra y Mallorca recibieron la totalidad de las propiedades mientras que en Aragón y Castilla, en cambio, fueron mucho menores las rentas transferidas", explica el historiador.

Con la orden en Malta y la monarquía de los Austria hegemónica en Europa, se suceden los grandes maestres de los reinos hispánicos. Y, por supuesto, los mallorquines.

Dos Cotoner y un Despuig

Los hermanos Rafel (1601-1663) y Nicolau Cotoner (1608-1680) comenzaron a servir desde muy jóvenes como caballeros de Malta. El mayor de los dos fue elegido gran maestre en 1660. En los tres años que duró su breve maestrazgo, el sexagésimo de la organización, impulsó la construcción de lo que hoy es la concatedral de San Juan de Malta. A su mecenazgo se deben buen parte de las pinturas de Mattia Preti en la bóveda.

A su muerte, fuera porque Rafel había dejado buen sabor de boca entre los caballeros o por las presiones políticas con las que se decidían los equilibrios de poder, le sucedió su hermano Nicolau, que ocupó el cargo entre 1663 y 1680. "Mejoró las fortificaciones de la isla de Malta y construyó una serie de fortalezas. La más importante de ellas, la de Santa Margarita, fue llamada La Cotonera en honor a su constructor, y tenía como fin albergar a la población en caso de un ataque a la isla. Para su construcción pidió al duque de Saboya que le enviara un célebre ingeniero militar súbdito suyo, el conde de Valperga, que luego amplió las fortificaciones de la isla. En otros ámbitos, Cotoner fundó en 1674 las cátedras de Anatomía y Medicina como anexo a la Sacra Infermeria y estableció la constitución y estatutos de la orden (1674)", según Óscar de Ascoz y Planes.

Los grandes maestres mallorquines dejaron huella entre los malteses, aunque los críticos les acusan de favorecer a sus compatriotas. En cualquier caso, las carreteras maltesas orientadas hacia las Tres Ciudades -Senglea, Vittoriosa y Cospicua- tienen señales de tráfico que dirigen hacia la Cottonera y los malteses se refieren a este conjunto situado al sureste de La Valetta, en la otra orilla del Gran Puerto, con el apellido de nuestros paisanos.

Pasear por Seglea y Vittoriosa es la demostración palpable de que Malta fue una isla construida para defenderse de toda clase de enemigos. En Cospicua destaca la iglesia de la Inmaculada, barroca en su interior, pero también en la arquitectura efímera que se instala a principios de diciembre para celebrar la festividad.

Los dos hermanos están enterrados en la capilla de las lenguas de Aragón (las lenguas era el sistema de organización de la Orden) de la concatedral. El sepulcro de Nicolau es uno de los más suntuosos del templo, ubicado a la izquierda de una pintura de San Jorge, obra de Mattia Preti. Aunque el cuadro más famoso de la iglesia es La decapitación de San Juan, obra de Caravaggio.

Medio siglo después de los Cotoner, otro mallorquín alcanzó la cúspide de la organización convirtiéndose en el 67º gran maestre. Se trata de Ramon Despuig y Martínez de Marcilla (1670-1741), perteneciente a la familia de los Condes de Montenegro. Ocupó el cargo entre 1736 y 1741 y dedicó buena parte de su actividad a perseguir a los corsarios que asolaban las aguas del Mediterráneo, lo que al fin y al cabo suponía una defensa de los intereses de Mallorca.

Cada elección de un gran maestre mallorquín se celebraba en Mallorca como un triunfo y con agasajos. Las autoridades organizaban grandes fiestas religiosas y cívicas, prueba más que evidente de la estrecha relación entre la orden y la isla, lo que a su vez propició que la Cruz de Malta fuera una pieza frecuente en los joyeros de la nobleza isleña y en los retratos pintados.

Mallorca también dio tres obispos a Malta. El primero fue el palmesano a Joan Eixemeno, que ocupó la sede episcopal maltesa entre 1410 y 1420. El segundo, el pollencí Jaume Cànoves se sentó en la sede episcopal maltesa entre 1713 y 1821. El tercero fue otro natural de Pollença: Bartomeu Rull Cànaves (1691-1766) que fue elegido obispo en 1757.

Las monjas que hablaban mallorquín

Pere d'Alcántara Penya escribió un relato en el que un marinero mallorquín llega a Malta. Allí tiene noticia de que en un convento de monjas Jerónimas se habla una lengua que nadie más conoce y a la que nadie pone nombre. El marino pronto se percata de que el idioma secreto que se usa intramuros es, con cambios generados por el paso de los siglos, la lengua de su tierra. El convento habría sido fundado por monjas mallorquinas que introdujeron este lenguaje que pasaba de generación en generación y que ni siquiera conocía el confesor de las religiosas.

Se trata de un cuento, aunque basado en hechos reales. El maltés deriva del árabe, pero tiene importantes influencias del italiano -las islas están a pocos kilómetros de Sicilia-, del griego, del español, del inglés y del catalán. Basta aguzar un poco el oído para captar palabras como chiccra, tavla, gelat o mastrudaxxa. Per sobre todo, se pueden identificar los vientos -tramuntana, lvant, punent- o los nombres de pájaros -sturnell, verdun, gawwija...-

Compartir el artículo

stats