Leía hace pocos días en un diario de tirada nacional un reportaje que narraba las bondades de la soltería y la necesidad de "vivir ese camino con actitud positiva" (sic). El problema de este tipo de artículos es que, en su moraleja final, siempre se tiende a subrayar que la vida en pareja es mejor pero que mientras llegua la media naranja lo más acertado es crear y sentir múltiples experiencias. Como si la ausencia de pareja o lo contrario impidiese hacer lo mismo. En pleno siglo XXI, que este tipo de noticias tengan cabida en periódicos que se presuponen serios me parecen una soberana estupidez. Dejémonos de chorradicas, tradiciones e imposiciones varias. Que cada uno pase su tiempo con y como quiera y que, sobre todo, prime la tolerancia, la empatía y el respeto. Y menos fisgones en lo personal, con perdón.
Creía que me había librado este San Valentín de las clásicas preguntas respecto al tema novios, pero es que te persiguen hasta en los cumpleaños infantiles, cuando una madre, entre mordisco y mordisco a un bocadillo de Nocilla, te suelta eso de "no puedo entenderlo, con la cantidad de gente que conoces y que sigas sin pareja". A esa misma pregunta, una buena amiga contestó en su día aquello de "conociendo a tu marido, lo que no entiendo es como aún puede seguir siéndolo". Yo fui más educada y solo puse cara del gatito de Shrek. Prefiero dar lástima que ponerme a justificar cuál es el estilo de vida que he decidido tener. Al menos, la que puedo controlar.
Sí, nos toca resumir en esta crónica dominical lo que ha dado de sí la semana del amor. Cupido ha estado ajetreado, de evento en evento lanzando flechas. Si ha habido acierto, pronto lo sabremos. Es lo que tienen "conocer a tanta gente", que coincides en muchos lugares y descubres nuevas parejas antes de que ellos mismos sepan que lo son.
Dejándonos llevar
Es lo que se suele decir en los comienzos de una relación. Cuando aún no se sabe muy bien dónde acabará aquella historia, si es que tiene que acabar. En este caso, el cuarteto de cuerda David Oistrakh String propuso un idilio mágico entre público y los grandes clásicos de la música clásica. Andrey Baranov, Fedor Belugin, Rodion Petrov y Alexey Zhilin reparten paz en cada nota, y en ese ambiente, claro, quién no se deja llevar y acaba enamorándose. Vimos muchas parejas entre el público, como la formada por Daniel Mulet y Mercedes Fuentes, o Mariana Chacón y Bernat Vidal; la agente consular de los Estados Unidos, Kimberly Marshall junto a Enrique Carbonell o a Alejandro Sáenz de San Pedro, director general de ASIMA, junto a su mujer, Patricia de Luque. Y así, un largo etcétera de invitados, amigos, queridos, familia, que apostaron por la música para la noche más romántica del año.
Díselo con flores
Otra de las fases del amor llega con el primer conflicto y la primera reconciliación. Y eso siempre tiene a unas mismas protagonistas, las flores. Claro, que en este caso, la propuesta es de nuestra florista de cabecera, Joana Maria Cerdà -Tinons-, y la segunda edición del Sant Francesc Flower Market. Es imposible no perdonar.
El patio mallorquín del hotel se convirtió en un jardín con variedades únicas, flores frescas de temporada y el homenaje que la de Sencelles hace siempre a la isla: poppies, ranúnculos rizados, brezo y mimosa. Sí, la primavera está a punto de llegar. La fiesta se completó con un cóctel a cargo de Alvar Albadalejo, con la flor comestible como eje central de la propuesta. Lo disfrutaron, no solo los propietarios del establecimiento, Andrés Soldevila y Nuria Ferrer Klein, sino los cientos de invitados que no faltaron a la cita. Nos encontramos con Pep Pinya y Eva Mulet, de Pelaires; con los diseñadores Juan Peralta y Mauricio Barrio, Aina Piña, de Forum y Suivi) o la fotógrafa Pernilla Danielsson. Por cierto, detrás de todo, la sensibilidad de Tania Baides.
La alternativa
Vale. Ni flores ni música clásica pero, ¿qué tal una cita a ciegas y, quién sabe, una velada a la luz de las velas? Esa fue la idea del hotel Can Bordoy Grand House & Garden que dio un paso más allá y, además de reservar un rincón a parejas, pensó en eso de organizar un cóctel de solteros y, aquellos que hicieran match, pasaran a disfrutar de una cena en el gran salón de la casa. Solo por probar elmenú de Andrés Benítez, de Botànic, ya merecía la pena el intento. Y fue un interesante ejercicio, una público variopinto y de todas las nacionalidades. Ya sabemos que el corazón no entiende de fronteras. Entre los asistentes al cóctel, las amigas Caroline, Anne Sofie y Nathalie o Gustavo y Diego Erdozain.
Y claro, ¿cómo se sella el amor? Con joyas. Así que Isabel Guarch rodeó sus diseños de pétalos de rosa y propuso a sus invitados, entre ellos, Gema Muñoz, Cati Llompart, Anuska Menéndez o Pedro Vidal que escribieran en un papel el significado del amor. #quierecomoquieras, dijo. Y yo añado, pero quiere bien.
Los dentistas de Baleares celebran su patrona
El nuevo presidente del colegio de dentistas de baleares, ignacio garcía moris ejerció de perfecto anfitrión en la que fue su primera fiesta por Santa Apolina, patrona del colectivo. En una velada en la que hubo tiempo para la reflexión y analizar el papel del colegio profesional, se homenajeó también a los doctoes Catalina Bennasar, Manuel Zaragoza, Andrés Font y Vicente Platón, por su excelente y dilatada carrera profesional.
A la velada también asistieron Andrés Mesquida, Laura Garcinuño, Ignacio Forteza Rey, Joan Frau, Patricia Capablo, Guillem Roser o Marta Moragues.
Inauguración de Àncar Studio
El estudio creativo especializado en branding, diseño gràfico y web, abrió hace unos días su nueva sede en Palma. Lo hizo con una fiesta en la que amigos y compañeros del sector pudieron intercambiar opiniones y disfrutar de un aperitivo. Nos encontramos con Ana Cazador, Carlos y Moncho Quintana, cofundadores de Àncar, y con Alicia Gómiz, del equipo de diseño.
