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Movilidad

Coche compartido, la alternativa a la saturación y la contaminación

A consecuencia del colapso y la saturación de las carreteras han surgido iniciativas de 'carsharing' como la mallorquina Ecotxe, llegadas para plantear un novedoso y sostenible sistema de movilidad: compartir los coches para cubrir la necesidad de transporte

Alexandre Duran, junto a uno de los vehículos de Ecotxe, muestra su aplicación. ecotxe

Atascos kilométricos, aparcamientos abarrotados y problemas para estacionar el coche son resultado del colapso que vive Balears debido al elevado número de vehículos que circulan por sus carreteras, especialmente durante los meses centrales del verano, cuando al parque automovilístico de los residentes hay que sumar los coches y las motocicletas de las empresas de alquiler de vehículos.

Balears es la Comunidad Autónoma con una ratio más alta de vehículos por cada 1.000 habitantes y todo parece indicar que de cara al futuro estos datos podrían llegar a ser incluso peores, ya que el crecimiento del parque automovilístico ha presentado números alcistas en los últimos 15 años, con un pequeño retroceso en los años de la crisis, pero en general con subidas muy estables superiores a los dos puntos.

Ante esta creciente problemática, durante los últimos años, han nacido iniciativas colaborativas por parte de la ciudadanía que buscan paliar los efectos de la preocupante saturación de las calles y carreteras de nuestras islas.

En septiembre de 2015 vio la luz la primera cooperativa que buscaba dar solución al eterno problema de la movilidad en Mallorca. "Durante la Semana Europea de la Movilidad un grupo de personas sensibilizadas por el medio ambiente y con necesidades diversas de movilidad presentamos públicamente el proyecto de cooperativa de coches eléctricos compartidos con el objetivo de poder acceder a un vehículo, pero sin ser propietario, solo pagando por su uso", explica Alexandre Duran, presidente de la cooperativa Ecotxe, plataforma que ofrece el servicio de alquiler por horas de coche eléctrico compartido o, como se le conoce en el resto de Europa, carsharing. Así, Ecotxe nace a través de una cooperativa de usuarios sin ánimo de lucro. "Elegimos este modelo de empresa porque es el más democrático y el único que puede asegurar que los objetivos que se persiguen van en favor del bien común: la movilidad sostenible", afirman.

En Ecotxe, los vehículos no se comparten al mismo tiempo, como ya promovían otras populares plataformas que siguen funcionando de la siguiente manera: una persona va a hacer un trayecto determinado y busca acompañantes que contribuyan a los gastos de desplazamiento. En este caso, el vehículo se alquila por horas y el socio que ha hecho la reserva puede disfrutar del uso coche en exclusividad durante el tiempo que necesite.

De un problema personal a un problema social

¿Cómo surge este proyecto? La iniciativa nace de una situación cotidiana, "tras la crisis y ante la imposibilidad de acceder a la compra de un vehículo privado, mi mujer y yo nos planteamos otras opciones para cubrir nuestra necesidad de movilidad. Empezamos a investigar y, después de vivir en otros países europeos, nos dimos cuenta de que en el resto de los países de Europa ya funcionaban sistemas de coche compartido y pensamos que sería interesante intentar ponerlo en marcha también en Mallorca", comenta Duran. Y así fue.

"Con el deseo de ser soberano en las decisiones que afectasen a nuestra movilidad, iniciamos en Mallorca aquello que ya existe en otras ciudades de Europa y el mundo: el coche compartido, también conocido como carsharing", explica Duran. Después de comentarlo con varias asociaciones y personas concienciadas con el medio ambiente y el consumo responsable, constituyeron la cooperativa el 20 de febrero del 2016 y, después de unos meses, consiguieron adquirir el primer vehículo después de una campaña de micro mecenazgo gracias a la cual cubrieron casi la totalidad de los gastos de la compra del coche eléctrico.

"Pensamos en recurrir a una plataforma de crowdfunding para buscar apoyo financiero para nuestro proyecto. Colgamos nuestra iniciativa en la web y en poco tiempo conseguimos cubrir el 80% de los gastos totales", apunta Duran. El crowdfunding, también llamado micromecenazgo, es un tipo de financiación colectiva a partir de la cual un grupo de personas financia iniciativas de otras personas u organizaciones porque tienen algún interés económico o simplemente porque simpatizan con la causa en cuestión. Duran comenta que, en el caso de Ecotxe, agradecieron a las personas que hicieron posible el proyecto con donaciones de micro mecenazgo haciéndoles pequeños regalos o facilitándoles horas de servicio de coche compartido. Para Duran fue el mejor sistema para conseguir una financiación que les permitiera dar el primer paso de forma rápida, sólida y segura.

Ese mismo año la iniciativa Ecotxe fue galardonada con un premio a la innovación social para la transición energética del Germinador Social de Somos Energía y Coop57. "La plataforma tuvo una gran acogida desde el primer día y, aunque podía parecer una idea para la que muchos no estaban preparados, poco a poco fuimos consiguiendo más y más apoyos y reconocimientos", confiesa el presidente de la cooperativa. Desde entonces Ecotxe no ha dejado de crecer.

Creación de la aplicación

Aunque los inicios fueron algo rudimentarios, una vez conseguido el primer coche eléctrico, Ecotxe fue cogiendo forma rápidamente. Lo primero que necesitaba la cooperativa era un sitio en el que poder estacionar y cargar el coche. "Éste ha sido uno de los mayores problemas que nos hemos encontrado con nuestra iniciativa. Teníamos el coche, teníamos los socios, pero no teníamos donde aparcar el vehículo. Tras varias reuniones con la Administración y, después de presentarles el proyecto, accedieron a cedernos un espacio en los aparcamientos públicos", indica Duran y añade "ahora mismo tenemos un coche el aparcamiento del Parc de la Mar y el otro en Via Roma".

En esas plazas de aparcamientos, los coches pueden cargar sus baterías y esperar a que los socios pasen a hacer el registro, que se realiza de forma sencilla en la aplicación de Ecotxe. La tecnología ha facilitado la puesta en marcha de este proyecto, ya que a través de la aplicación los socios pueden ver un calendario de reservas con la disponibilidad de ambos coches, pueden realizar la reserva e incluso abrir y cerrar el coche. Rápido, sencillo y sostenible.

Una vez finalizado el mes, los socios reciben una factura con el cargo por el número de horas que han utilizado el coche. Esta alternativa ya no es solo una buena opción para salvaguardar el futuro medioambiental del planeta, sino que, a su vez, es una opción cada vez más rentable para el bolsillo de los socios, que ya superan las 150 personas.

Todos los gastos como el IVA, la energía, el mantenimiento técnico, el aparcamiento, el seguro, o la limpieza están incluidos en las tarifas y los usuarios no tienen que preocuparse de nada más. Las tarifas actualmente son 2,25 € por 30 minutos o 4,50 € por una hora y el precio cerrado de 35,00 € por día. "Si tienes en cuenta el precio de la gasolina y de todos los impuestos y gastos imprevistos que tienes que pagar por el coche, es mucho más rentable utilizar la opción de coche compartido", explica Duran y añade, "cada vez más empresas están dándose de alta en Ecotxe para hacer recorridos de muchos kilómetros porque por el pago de un día entero, puedes recorrer cientos de kilómetros por el mismo precio".

Son muchas las ventajas que plantea Ecotxe. Otra de ellas es que, cada socio, después de efectuar el primer y único pago retornable de cien euros, tiene derecho a designar dos personas que puedan hacer uso del servicio de alquiler por horas del coche compartido. "Cuando una persona se convierte en socia, tiene la posibilidad de elegir a dos personas más que podrán hacer uso de los coches con los mismos derechos y garantías de un socio", destaca.

A por el tercer coche compartido

En sus inicios Ecotxe contaba con un único vehículo que los socios de la plataforma se iban turnando en función de sus necesidades. Hoy en día, con un segundo coche en propiedad, ya se encaminan a conseguir el tercero.

"No hay saturación de peticiones porque, por norma general, los socios de Ecotxe son personas concienciadas con el medioambiente que utilizan el coche solo en caso de que no sea posible usar otro medio de transporte, lo que hace que el número de peticiones por persona sea relativamente bajo", explica Duran.

Entre sus prioridades a la hora de moverse está el ir a pie, en bicicleta o en transporte público. "Es cierto que la red de transporte público en Mallorca podría mejorarse, pero, en líneas generales, es bastante completa". Desde la plataforma lamentan que la movilidad no sea una prioridad política. "La movilidad tiende a ser uno de los temas que menos preocupan a los políticos y, por ende, una política bastante descuidada", denuncia Duran y añade, "el transporte es caro y, sin lugar a duda, podría mejorar sus frecuencias y conexiones".

En este sentido, desde la plataforma quieren animar a la sociedad a entender que hay reales alternativas al coche. "Tenemos que hacer un cambio de mentalidad porque este parque automovilístico no puede sostenerse. No es normal que vayamos en coche hasta a comprar el pan. Hay que cambiar la mentalidad porque esta tendencia no es sostenible ni lógica. Todos deberíamos hacernos la pregunta de si realmente necesitamos el coche para vivir", afirma.

"No podemos esperar a que los políticos empiecen a tomar cartas en el asunto, cada uno de nosotros podemos poner nuestro granito de arena", afirma Duran. ECOTXE

A principios del 2018 el número de vehículos por cada mil habitantes en Balears llegó a la cifra de 881 vehículos y se ha incrementado hasta los 913 vehículos en la actualidad. Estos datos son, con mucha diferencia, los más altos de cualquier Comunidad Autónoma de España, que se colocaría como el tercer país del mundo en número de coches solo por detrás de San Marino y Estados Unidos. Aunque los datos son abrumadores, Duran tiene la esperanza de que avanzamos hacia un futuro más sostenible y respetuoso con el medioambiente.

"Las nuevas generaciones ya no están tan obsesionadas con el hecho de poseer cosas como una casa, un coche, un barco o un trabajo fijo para conseguir tales metas. Estamos evolucionando, aunque queda mucho camino por delante, hacia la idea de utilizar las cosas en función de nuestras necesidades, en lugar de tenerlas en propiedad de por vida", afirma y añade, "no hay suficientes recursos para todos y nos estamos cargando el planeta por mantener nuestra comodidad. Debemos encaminarnos hacia un cambio de paradigma".

Es cierto que, aunque las cifras del número de vehículos van en aumento, a los chicos de entre 18 y 25 años cada vez les parece menos importante tener un vehículo en propiedad. Tanto es así que, aunque en el descenso de permisos de conducción en esta franja de edad influye un claro factor demográfico, más de la mitad de esa disminución se debe a otras causas. En total, la disminución en los últimos diez años ha sido de más del 40% hasta llegar a la cifra de 252.000 permisos sobre una población en esa franja de edad de 2.183.000. Según varias encuestas, incluidas las del Instituto Nacional de Estadística, el coche y el carné de conducir ya no son una prioridad para los jóvenes.

Los motivos que justifican esta tendencia tienen que ver con el elevado precio de los vehículos, con la falta de utilidad y con el hábito en el uso de los transportes públicos que convierten la propiedad de un vehículo en algo innecesario y secundario. Si echamos la vista atrás 15 años nos damos cuenta de cómo ha cambiado esta percepción, ya que, por aquel entonces, un elevado porcentaje de los jóvenes de 18 años consideraban el permiso de conducir una clara prioridad. Hoy en día, la necesidad de tener un coche ha sido substituida por la necesidad de tener un smartphone, ya que disponer de un teléfono móvil con conexión a Internet permite a cualquier persona cubrir prácticamente cualquier necesidad que le pueda surgir: puede alquilar una habitación, pedir comida y también reservar un coche. Esta realidad es solo el principio de lo que vendrá.

Desde Ecotxe se pretende fomentar y acelerar este cambio de mentalidad y, por ello, apuestan por una movilidad sostenible, que prioriza el transporte público, la movilidad ciclista, el uso del espacio público en favor de las personas en detrimento de los vehículos para que no se contamine el aire de las ciudades y del planeta y las calles sean lugares agradables por los que pasear y disfrutar de los espacios públicos.

En este sentido, la cooperativa valora positivamente iniciativas como la de Madrid Central, puesta en marcha por el ayuntamiento de Madrid, que pretende convertir el centro de la ciudad una zona de bajas emisiones que favorece al peatón, la bicicleta y el transporte público, que gana en protagonismo y espacio convirtiendo el centro en un pulmón para la ciudad en pleno corazón de Madrid. "Debemos ir hacia este tipo de modelos que son respetuosos con el medioambiente y que ponen a las personas en el centro de las ciudades, en detrimento de los coches, que deben quedar cada vez más alejados del centro. Cada vez más ciudades europeas se están sumando a promover estas medidas y, ya no es solo por una cuestión medioambiental, si no que es una medida para preservar la salud de los habitantes de las ciudades quienes a diario soportan niveles de contaminación muy elevados".

Ecotxe es el claro ejemplo de cómo, desde una iniciativa nacida de las necesidades de la ciudadanía, se pueden intentar cambiar las cosas. "No podemos esperar a que los políticos empiecen a tomar cartas en el asunto, cada uno de nosotros podemos poner nuestro granito de arena para favorecer a crear un mundo mejor, más sostenible y respetuoso con los demás".

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