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La casa

Un pedazo de mar en forma de restaurante

El arquitecto Vicenç Mulet ha diseñado Sa Llotja, el nuevo restaurante con ambientes diferenciados y una identidad mediterránea única

En la Marina de Cala d'Or se encuentra un nuevo espacio estiloso y luminoso con tres atmósferas diferenciadas desde las que se puede disfrutar de unas estupendas vistas al mar. Este lugar es Sa Llotja, un restaurante diseñado por el arquitecto Vicenç Mulet, que respira el glamour de los años 50 con unos colores muy mediterráneos que le dotan de una identidad única.

La primera zona destacada es la más elevada y rompe con la imagen de una sala grande y rectangular para aportar así un ambiente mucho más íntimo y agradable. Esta parte de Sa Llotja, al igual que el resto del restaurante, está decorada con materiales nobles como la madera maciza de castaño del suelo, que conecta a la perfección con la pintura blanca de las paredes y las sillas y sofás de terciopelo turquesa, ofreciendo un ambiente marino, cálido y acogedor.

Uno de los puntos fuertes de este lugar es que desde cualquier ubicación se podrá contemplar el mar, incluso si se encuentra de espaldas a él gracias a un espejo colocado de punta a punta de la pared del fondo. Al final de esta zona, destaca una pared de cerámica de color verde azulado en forma de escamas, donde se localiza la barra del bar. Además, en el techo se distinguen dos esculturas de latón que representan a la posidonia, nuestra característica planta acuática, y que aportan el toque mediterráneo.

El resto del comedor está en un nivel más bajo y dispone solo de sillas y mesas. Este espacio mantiene los mismos materiales y colores para continuar ofreciendo el favorable y tranquilo entorno. Únicamente unas grandes cristaleras lo separan de la terraza (al mismo nivel), que otorgan continuidad a ambos espacios. La distribución de las zonas de la terraza tiene distintos tratamientos en el mobiliario, todas ellas con sillas de color arena pero con diferentes mesas, que al estar separadas por espacios ajardinados, consigue que una terraza de grandes dimensiones pueda ser percibida como ambientes distintos.

La gama cromática que proyecta cada material -incluida la selección de mobiliario- genera una atmósfera característica de un restaurante cercano al mar y con una elegancia propia, sin utilizar recursos excesivos.

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