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La casa

Ca'n Berga Ladària

Reformado por los arquitectos Jaime Martínez y Patrícia Domínguez, el casal ahora es un espectacular hotel boutique de Palma

El edificio gótico abandonado desde hace más de cuarenta años, de la propiedad de la Familia Vich, ha sufrido una reforma integral gracias a la cual ha obtenido el premio de la Asociación catalana de escritores y críticos turísticos a la renovación de patrimonio histórico. La reforma, realizada por el estudio de arquitectura Homeart, liderado por Jaime Martínez y Patrícia Domínguez, y la constructora Construye Capital, transforma el edificio en un hotel boutique de cinco estrellas que preserva los elementos significativos e históricos junto a una actuación moderna para proporcionar al establecimiento una oferta turística de calidad y atractiva.

Ca'n Berga Ladària es un edificio situado en la ciudad de Palma en la que los arquitectos han respetado todas las construcciones originales del casal, como el suelo empedrado, las puertas originales o las fotografías antiguas de cómo era el edificio. Sus interiores, de carácter señorial y palaciego, han sido diseñados por la interiorista Elvira Blanco, quien ha querido combinar lo clásico con una distribución moderna y toques de impacto, dentro de una gama de colores neutros con mezclas meditadas para evitar grandes contrastes.

En la planta baja están ubicadas la mayor parte de las áreas públicas y de servicio del establecimiento, donde se encuentra una glamurosa y espaciosa recepción, con escalera imperial de mármol, en la que predomina el color gris, negro y blanco. El hall está presidido por un sofá de diseño redondo acompañado con unos altos arcos que dan lugar al restaurante, que anteriormente era las antiguas caballerizas, de paredes de piedra y con un inmobiliario sencillo y oscuro que da el toque elegante junto al dorado.

Además, tiene una lounge-terraza en el patio interior que mantiene los mismos colores oscuros y tierra que el restaurante. Este espacio está decorado mediante hiedras trepadoras que cuelgan desde la escalera para generar un ambiente relajado. La dotación de áreas comunes del sótano se completa con la zona de spa, cabinas de masaje y gimnasio.

A partir de la segunda planta se encuentran los alojamientos, en los que hay que destacar la Suite Parietti, donde se ha mantenido en el techo un fresco de mediados del siglo XIX del artista mallorquín Francesc Parietti Rigo, que se aprecia fácilmente gracias a sus anchas puertas acristaladas. Incluye una mezcla con elementos decorativos modernos de mármol, colores blancos, rosa pastel y líneas rectas que simula una habitación de época equipada con todas las comodidades actuales.

Finalmente, y para mejorar la calidad del hotel, se plantea la instalación de un solarium y un pequeño jacuzzi para uso de los huéspedes en la azotea del edificio.

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