Los funcionarios de Cort y los del Ayuntamiento de Calvià se preguntan cuándo hicieron sus respectivas oposiciones, Xisco Antich en Cort y Joan Mesquida en Calvià. Los más antiguos de sus trabajadores públicos no recuerdan que los inicios de ambos sabios estuvieran avalados por algo ligeramente próximo al mérito y la capacidad, aunque no lo ponen en duda, no vaya a ser que el regalo hubiera sido completo. Los políticamente hoy desahuciados Ramón Aguiló y Margarita Nájera podrían dar alguna explicación sobre el significado exacto del desagradecimiento. Digamos que las cosas no fueron exactamente recíprocas, y Nájera y Aguiló fueron amablemente defenestrados e ignorados por sus agradecidos, y sabios, excamaradas. Camaradas de sí mismos, claro.
Oferta Flash
Suscríbete a Diario de Mallorca durante nueve meses por tan solo 9,99 euros
Los puntos sobre las uves