Esta semana les presentamos esta vivienda, realizada por el arquitecto Raimundo Reus y Sara Rossi, que han llevado a cabo la reforma de esta pequeña vivienda entre medianeras de poco más de cien metros cuadrados, con un pequeño patio orientado a sur en la zona posterior.
Se trataba de una construcción que llevaba años abandonada, lúgubre, húmeda, sin baño interior y con unas dimensiones interiores bastante reducidas. Los grandes retos de la reforma eran varios: intentar recuperar en todo lo posible todos los elementos característicos y originales de la arquitectura tradicional que la casa ofrecía; llevar la máxima luz del exterior al interior de la casa; adaptar los espacios a los usos y necesidades de una vivienda actual; reutilizar elementos de otras obras o piezas de derribo y utilizar elementos naturales en la decoración.
Para ello, se han descubierto todos los arcos y bóvedas de marés, dejando un planta baja prácticamente diáfana. Se han proyectado grandes cristaleras en la fachada del patio, aprovechando los arcos existentes, a fin de que la luz penetre lo máximo posible en la planta baja. Gran parte del mobiliario de la casa es de obra. Tanto el sofá como la cocina como armarios, y estanterías son de obra . El revestimientos de muros de piedra se han realizado con mortero de cal. El blanco predomina en el interior de la casa, creando una gran luminosidad. Se han practicado claraboyas en el tejado, captando una luz cenital que inunda y crea una interesante atmósfera en los interiores de la primera planta.
En el patio posterior, pese a sus reducidas dimensiones, se ha proyectado una pequeña piscina con fuente incorporada. Una vez más, afirma Raimundo Reus, "uno debe sentirse privilegiado de poder realizar actuaciones en edificios como este, que nos hacen apreciar la riqueza y sencillez de la arquitectura tradicional mallorquina". Todo ello hace de esta vivienda una pequeña joya para ser disfrutada por los cinco sentidos.
