Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Desde Inglaterra

Una historia de espías (I), segunda parte

Melita Norwood en una imagen de 1999. reuters

Melita Norwood fue la agente femenina británica más importante en toda la historia de la KGB, así como la más longeva de todos los espías en Gran Bretaña. Ahora su historia se ha visto ficcionalizada en La espía Roja con Dame Judi Dench.

Lo que Melita hizo exactamente es un gran interrogante. Su confesión ese soleado sábado fue una sorpresa para todos, pero principalmente para su hija, quien no sabía que su madre había sido la James Bond rusa. En la película se la describe como la mujer que definió las bombas atómicas como un elemento de disuasión y no como un arma. En la cinta, Joan también tiene la idea de enriquecer uranio para hacer energía nuclear. La verdadera historia es muy diferente. Norwood no era físico y abandonó los estudios de Latín. Sus motivaciones no eran tan puras como sugiere la película. En la vida real, Norwood fue comunista desde joven como también lo era su familia, quien había vivido en Rusia una temporada. Su trabajo continuó después de la guerra y no hay duda de que fue útil para los soviéticos. Todo esto se muestra en La espía roja, pero lo que falta es su otro "trabajo": también fue reclutadora.

Norwood trabajó sin descanso contra Gran Bretaña durante cuatro décadas antes de retirarse del Servicio Secreto ruso en 1972. Parecía que se había salido con la suya hasta que su cara apareció en todos los periódicos de Reino Unido. Cuando finalmente fue desenmascarada, confesando en su jardín, el público pidió que la procesaran pero el secretario de Interior dictaminó que arrastrar a una anciana a la corte sería inapropiado y poco ético. Fue una muestra de compasión que los rusos no habrían mostrado.

Norwood murió el 2 de junio de 2005 sin haberse enfrentado a un juicio por sus crímenes.

[Continuará, con otro espía...]".

Compartir el artículo

stats