¿Qué tal, don Judas?
Bien. Luchando contra los prejuicios.
¿Qué prejuicios?
¿Pero dónde ha vivido usted todos estos siglos?
Perdóneme, pero es que uno no es demasiado religioso.
Una cosa es no ser demasiado religioso y otra ser un inculto que no lee ni el precio de los sellos.
Le entrevisto porque está usted muy de moda en España últimamente.
Nunca ha dejado de estar de moda, pero le entiendo.
¿Cómo funciona eso de vender a los tuyos?
A los míos, a los míos€ que yo solo vendí a uno.
¿No hizo usted una operación un poco cutre, solamente por treinta monedas?
So ignorante, eran treinta monedas de plata, no como las moneditas de níquel esas que tienen ustedes ahora. ¡Sextercios de plata! Al lado de una de aquellas monedas un billete de quinientos euros me sirve a mí de papel higiénico€ y necesitaría más de un papel.
¿Y qué hizo usted con la pasta?
La devolví. Yo no soy como los bancos españoles. Yo sí tengo una dignidad.
Fue el único apóstol que no llegó a santo€
Alguien tenía que hacer el trabajo sucio.
¿De qué sería usted patrón?
No tenga dudas: San Judas Iscariote, patrón de los políticos.
¿De los políticos?
Soraya Rodríguez, Joanet Mesquida, Joserra Bauzá, Toni Cantó€ todos son traidores a sus anteriores partidos. Como yo.
¡Todos de Ciudadanos!
Y no se olvide de Girauta, que estuvo antes en dos: en el PSOE y en el PP.
Ya ya, pero todos son de Ciudadanos€
No se olvide usted del mulero de Santiago Abascal —Santiago se tenía que llamar—. Casi todo Vox son tránsfugas, se lo digo yo.
O sea, todos en partidos de derechas€
No se olvide usted del niño Errejón. Que aquí hay para repartir a todos. Un patrón debe ser, como se dice ahora, transversal.
En resumen, ¿usted de qué partido sería?
Le voy a decir una cosa: me gustan todos. Soy su santo patrón.
En definitiva, que se siente usted rehabilitado.
Absolutamente. Si se está rehabilitando Jaume Matas ¿cómo no voy a rehabilitarme yo?
