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Medio ambiente

Transparencia y coherencia

Balears se erige como pionera en Europa con una legislación en materia de residuos que limita los productos de un solo uso, el reciclaje y la prevencióN

Residuos abandonados. ll. amengual

La primera Ley de Residuos y Suelos Contaminados de las islas fue aprobada hace unas semanas por el Parlament balear con medidas pioneras a nivel estatal, que pretenden luchar contra una problemática que causa estragos ambientales, como el abandono de residuos en el medio natural. Así, la Ley 8/2019, de 19 de febrero, de residuos y suelos contaminados de las Islas Baleares establece objetivos ambiciosos en el campo del reciclaje, la reutilización, la prevención de residuos, el despilfarro alimentario, eliminación de los artículos de un solo uso…

“Los objetivos que ha marcado la normativa van más allá de los establecidos por la Comisión Europea y se pretende que, con su aplicación, en 2021 se haya reducido un 10 % de los residuos generados respecto de 2010, y un 20 % en 2030. Para ello, será necesario sustituir con alternativas más sostenibles muchos de los productos de plástico de un solo uso, como las vajillas de plástico, las pajitas para bebidas, los bastoncillos de las orejas y los palillos para caramelos”, explica Vicenç Vidal, conseller de Medio Ambiente, Agricultura y Pesca del Govern de les Illes Balears. A estos productos se han añadido -teniendo en cuenta, así, algunas de las más de 800 aportaciones que ha tenido el Anteproyecto de Ley durante el periodo de exposición pública- las bandejas destinadas a empaquetar productos alimentarios, que deberán ser compostables a partir de 2021, o los aros de plástico que sujetan paquetes de latas o botellas de bebidas, que deberán ser de material biodegradable a partir del mismo año.

La desaparición de las bolsas de plástico de un solo uso, recogida en la ley, también ha sido avalada por la Estrategia del plástico presentada por la Comisión Europea. A partir del 1 de enero de 2021 sólo se permitirá la distribución de bolsas de plástico compostables muy ligeras, siempre que se destinen únicamente a productos alimentarios para prevenir el desperdicio y/o por cuestiones de higiene o seguridad. A partir del mismo año se deberá evitar la venta de productos que contengan micropásticos o nanopásticos y las versiones no reutilizables de encendedores, maquinillas de afeitar, cartuchos y tóners de impresora y fotocopiadora.

En el mismo horizonte de 2021, las cápsulas desechables de café, infusiones, caldos y otros utilizadas en cafeteras se deberán fabricar con materiales compostables o fácilmente reciclables. Además, los fabricantes o distribuidores de toallitas que se ofrecen en el mercado en Baleares deberán incorporar información sobre los efectos de estos productos en el medio ambiente. Asimismo, las ordenanzas municipales deberán incorporar medidas de prevención y minimización del abandono de residuos en las playas, como las colillas de tabaco o los envases.

Para cumplir los objetivos, la Ley prevé también una racionalización en el uso de los envases, por lo que se deberán implicar tanto las instituciones públicas como los establecimientos privados. Así, se promoverá la instalación de fuentes de agua potable o el suministro en envases reutilizables y se prohibirá la distribución de bebidas en envases de un solo uso en las instituciones públicas. En los eventos públicos que cuenten con apoyo de las administraciones deberán implantar alternativas a la venta y distribución de bebidas envasadas y de vasos desechables. Por otra parte, los establecimientos de hostelería y restauración siempre ofrecerán a los clientes la posibilidad de consumir agua no envasada apta para el consumo humano, de manera gratuita y complementaria.

Estos objetivos de reducción en la generación de residuos se medirán basándose en los kilogramos por habitante y año, que se calcularán de acuerdo con el índice de presión humana y no con la población de derecho, como hasta ahora.

Otros conceptos

La Ley también establece un límite máximo del 5 % en la fracción orgánica de residuos municipales (ampliable al 10% en municipios más grandes como Palma) así como la obligatoriedad que tienen las tasas y tarifas de costear el 100% del coste efectivo de la recogida, tratamiento, tareas administrativas, comunicación, todo ello relacionado con los residuos. Todo ello encaminado a desarrollar un sistema de pago por generación, es decir, quién genere más residuos pagará más. En las ordenanzas fiscales que regulan las tarifas a aplicar, deberán tener en cuenta sistemas para incentivar la recogida selectiva en alquiler vacacional; tarifas diferenciadas y reducidas para el impulso de compostaje y en casos de compostaje doméstico y/o comunitario; buenas prácticas de preparación para la reutilización.

Para poder ayudar a los consistorios de las islas, el Govern balear convocará en breve un paquete de subvenciones de 1,4 millones de euros. El objetivo será el de implantar proyectos de reciclaje, prevención de residuos y reducción, con la finalidad de facilitar a los ayuntamientos lleguen a los objetivos establecidos en la diferente normativa. Además, subvencionarán la adaptación de los puntos limpios al Real Decreto 110/2015, de 20 de febrero, sobre residuos de aparatos eléctricos y electrónicos así como a la normativa de residuos peligrosos. Además, apuesta por la recogida capilar de residuos especiales y peligrosos mediante la financiación de puntos limpios móviles.

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