Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Medio ambiente

Un nuevo vecino

El cangrejo azul es de las últimas especies invasoras que se ha tenido conocimiento de su presencia en Balears. El impacto de su introducción, desconocido

El cangrejo azul es muy voraz.

Tiempo atrás, la introducción de especies invasoras (aquellas que se introducen exitosamente en un medio que no es el suyo) era muy bajo, casi nulo. Sin embargo, la situación ha cambiado radicalmente; la población viaja más al igual que es más fácil comprar productos del otro lado del mundo a tan solo un click. Estos son solo algunos de aspectos que influyen, junto al limitado control de mercancías y productos en puertos, aeropuertos, trenes y otros vehículos hace que nos tengamos que enfrentar a un fenómeno que, a este nivel, es totalmente nuevo: la introducción en el medio de nuevas especies.

Una de las últimas especies a ser detectadas en Mallorca es el cangrejo azul (Callinectes sapidus). Fue en 2017 cuando se encontró por primera vez en el parc natural de s’Albufera y, un año más tarde, en la reserva de s’Albufereta. Voraz, sin depredadores conocidos y con alta tasa de fecundidad y supervivencia, el cangrejo azul americano es una especie exótica invasora que se ha expandido por todo el Mediterráneo. Y es que a Mallorca ha llegado más tarde que en otros puntos de la península. De hecho desde el año 2012 apareció por primera vez en el Delta del Ebro. Desde entonces este cangrejo originario del Atlántico americano se ha expandido por mar, ríos y humedales hacia el sud, hacia la Comunidad Valenciana. Las noticias sobre su incidencia en nuestras costas no paran de sucederse.

Carmen Barberá, investigadora del Centro de Investigación Marina (Cimar) de la Universidad de Alicante, informa que actualmente existe una colaboración entre la comunidad científica y los organismos de gestión para definir medidas de control, “pero su expansión va más deprisa que la actividad científica y los esfuerzos de la Administración. Este cangrejo tiene, potencialmente, unas tasas elevadas de fecundidad y supervivencia, lo que podría justificar también su éxito en el establecimiento en esta zona”.

La flota pesquera artesanal es uno de los sectores más afectados, ya que el cangrejo destroza las redes cuando son capturados, de forma accidental. El estudio nace a raíz de la demanda de la Cofradía de Pescadores de Guardamar (Alicante). En la zona de Guardamar y Santa Pola se pesca en verano y con trasmallo langostino y sepia. En este sentido, una de las medidas de control de su expansión, sugiere la investigadora, “podría ser la autorización de su pesca con nasas más específicas y que sustentara una modalidad pesquera, como sucede en el Atlántico americano, de donde procede el cangrejo. Estamos trabajando con los pescadores para que prueben diferentes tipos de nasas”.

La problemática es parecida en otros puntos geográficos. En La Albufera de Valencia y en el Mar Menor está causando problemas todo el año “porque pescan también en invierno”, aclara.

Seguimiento

El Centro de Investigación Marina de la Universidad de Alicante-Ayuntamiento de Santa Pola, colabora activamente con el Parque Natural de las Salinas de Santa Pola en el seguimiento sobre la distribución de esta especie invasora en este humedal protegido, lugar donde se capturó por primera vez en el año 2014. “En estos momentos la investigación se ha centrado en conocer las migraciones que realiza el cangrejo desde el mar hacia aguas dulces y viceversa, con motivo de su reproducción”, asegura la científica.

Se conoce su patrón de comportamiento en el área de distribución natural en zonas litorales y estuáricas: en verano las hembras se desplazan al mar para realizar las puestas. Los huevos necesitan cierta salinidad para eclosionar y que salgan las larvas. A principios del otoño las hembras migran junto a los juveniles a masas de agua dulce. Barberá precisa que uno de los objetivos es “definir muy bien donde está en cada momento”.

La investigadora indica que, a nivel oceanográfico, es difícil justificar cómo se ha expandido del Delta del Ebro hacia el sur, “porque las corrientes no van en este sentido. Hay que pensar más en un vector humano, como puede ser las aguas de lastre de los barcos”. Una causa extensible a Mallorca.

A nivel ecológico “el impacto puede ser más elevado en los humedales y salinas, ya que son ecosistemas más cerrados donde cualquier cambio afecta con más intensidad. En el mar existe un mayor problema socio-económico, ya que afecta a los pescadores al destrozar las redes y hacerles perder días de faena”.

Objetivo del estudio

El objetivo del estudio es conocer su ecología en estas nuevas áreas geográficas y ambientes que ocupan como especies exóticas o alíen, donde, y es lo más peligroso, podría ocurrir que no tengan factores limitantes al crecimiento de sus poblaciones, como puede ser la competencia, depredadores, temperatura, etcétera. Para ello, se ha diseñado un plan de muestreo simultáneo en diferentes ecosistemas conectados, como son las aguas dulces del humedal del Hondo de Elche, los canales de aguas salobres e hipersalinas de las Salinas de Santa Pola y en las aguas estuáricas-marinas de la desembocadura del Segura en Guardamar. Los resultados de la investigación se publicarán próximamente, al tiempo que los investigadores siguen trabajando en ello.

Para tratar de responder a preguntas como son ¿qué come?, ¿quién se lo come?, ¿qué limita el crecimiento de sus poblaciones?, ¿cuándo y cómo es más eficiente su captura?, ¿es rentable su comercialización y, serviría como medida de control? desde el Cimar se ha solicitado al Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades un proyecto nacional “Ecología e impacto del cangrejo atlántico azul en lagunas y zonas costeras del Mediterráneo español”. En este proyecto nacional participan también la Universidad Politécnica de Valencia y el Instituto Español de Oceanografía (Centro Oceanográfico de Murcia), y será coordinado por la investigadora Silvia Falco Giaccaglia, de la Universidad Politécnica de Valencia. El resto de investigadores principales son Elena Guijarro García, del Instituto Español de Oceanografía, Centro Oceanográfico de San Pedro del Pinatar, en Murcia); Alfonso Ramos Esplá, del Cimar-UA; y Francisca Giménez, de la UA. Además, los científicos cuentan con el apoyo del sector pesquero, para estudiar el impacto ecológico y socio-económico de la proliferación del cangrejo en diferentes ecosistemas de humedales y ambiente marino de la Comunidad Valenciana y Región de Murcia. Este proyecto está incluido en la línea de Proyectos de I+D de Generación de conocimiento y Proyectos de I+D+i Retos investigación, que concede la Agencia Estatal de Investigación del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, dentro de las Convocatorias 2018.

Características del cangrejo

2014 fue el año de su detección en la provincia de Alicante, tanto en Guardamar como en Santa Pola. Antes, en el año 2012, se vio en el Levante mediterráneo, en el Delta del Ebro. Sí se tiene conocimiento en la zona de Túnez; en Turquía, desde los años 40 del siglo XX. Pero este cangrejo es americano, originario del Atlántico Norte. En EE UU es una pieza más de pesca. Claro que, precisa Carmen Barberá, “allí se pesca con un arte de pesca especial”. A día de hoy se desconoce cómo llegó al Mediterráneo aunque los investigadores piensan que lo más plausible es que haya llegado en las aguas de lastre de los barcos. Pero también se sabe que se experimentó con su cultivo de Turquía. El hecho es que ahora mismo está por toda la zona mediterránea y estrecho de Gibraltar.

El cangrejo azul se caracteriza por ser muy agresivo, tener las pinzas muy duras y cortar con mandíbulas fuertes con las que devora, pudiendo comerse otro cangrejo. Los investigadores han llegado a la conclusión, analizando contenidos estomacales, que estos cangrejos se comen entre ellos. Por contra, al ser de metabolismo muy acelerado y hacer la digestión muy rápida, se dificulta el análisis del contenido. “Todo lo que han digerido anteriormente al cebo es difícil de detectar en los contenidos estomacales”, afirman Carmen e Isabel. “Todavía no sabemos de qué se están alimentando en agua dulce; en el mar, parece ser que fundamentalmente de langostino”, aclaran.

Algunos de estos cangrejos pueden llegar a medir más de veinte centímetros de extensión, de extremo a extremo de sus patas, y pesar más de 450 gramos de adulto. Están camuflados de día y pescan de noche. Los científicos no han notado interacción con otras especies objetivo de pesca, pero está siendo difícil analizar esto porque los pescadores evitan las zonas donde hay más cangrejo.

Si bien en la zona de Alicante se han extraído, como mucho, diez cangrejos de una vez atrapados en las redes, en el Delta del Ebro están sacando, con arrastre, diez kilos todos los días, a unos doscientos gramos de peso por cangrejo. En la zona de la Albufera de Valencia, que es de aguas salobres, están dentro en invierno, mientras en verano se trasladan a zona marina. En Murcia, los cangrejos están en el Mar Menor, que es hipersalino. En esta zona también están teniendo muchos problemas los pescadores, al pescar langostino y las redes son muy finas.

Compartir el artículo

stats