Las dietas milagro hacen su agosto durante el mes de enero. Tras los excesos navideños, perder peso se convierte en uno de los principales objetivos para muchas personas. "Los primeros meses del año, junto a la primavera, con la conocida operación bikini, son los períodos en los que más gente toma conciencia sobre sus hábitos nutricionales y, por tanto, es el momento en que más personas se deciden a empezar una dieta para perder peso", comenta Manuel Moñino, presidente del Colegio Oficial de Dietistas y Nutricionistas de las Islas Baleares.

Los principales motivos por los que se inician las dietas son variados. En ocasiones se trata de conseguir una mejora en los hábitos para llevar una vida más saludable, otras veces el comienzo del régimen se deriva de un problema de salud, como la obesidad o el sobrepeso, pero en la mayoría de casos, las personas que se embarcan en la aventura de adelgazar es por una cuestión meramente estética relacionada con el aspecto físico. "Una dieta recomendable debe adaptarse a la rutina de la persona que busca perder peso para ser duradera en el tiempo y adherirse plenamente y de forma gradual a su estilo de vida, sin embargo, lo que solemos encontrarnos en la consulta son pacientes que quieren perder peso de forma inminente y sin que les cueste demasiados esfuerzos, lo cual es prácticamente imposible e insalubre", explica Moñino.

Ante este capricho impaciente de perder peso de forma rápida y sencilla, las empresas que comercializan productos alimentarios o estéticos enfocados hacia las dietas milagro encuentran su perfecto nicho de negocio. "El paciente tiene que tener claro que perder peso no es, en ningún caso, una cuestión a corto plazo y que ningún producto "milagro" puede sustituir una alimentación saludable para bajar unos kilos en la báscula". Balears es junto a Madrid y Andalucía una de las regiones españolas en las que más dietas se realizan. De hecho, durante el año pasado 23 de cada 100 habitantes en las islas se pusieron a régimen, según el I Estudio de Salud y Estilo de Vida de Aegon.

El "milagro" de las dietas

Las dietas milagro prometen perder esos kilos de más en tiempo récord, por lo que, muchas personas se deciden a aplicar sus reglas nutricionales en su rutina alimenticia. Actualmente, estas dietas "mágicas" constituyen uno de los mayores problemas de nutrición en la sociedad, ya que seguir sus recomendaciones pueden dar lugar a situaciones patológicas, en ocasiones, irreversibles. "Este tipo de remedios adelgazantes contradicen las recomendaciones sanitarias, ya que pueden ser muy perjudiciales para la salud por múltiples motivos", alerta el nutricionista mientras enumera algunos los principales riesgos que se derivan de este tipo de prácticas nutricionales. En primer lugar, las "dietas milagro" agravan seriamente el riesgo cardiovascular, en la mayoría de ocasiones, muy elevado en algunas personas con exceso de peso u obesidad. Además, provocan déficits nutricionales de vitaminas, producen una sobrecarga renal y hepática, a la vez que favorecen el temido "efecto rebote", ya que la inducción de continuos cambios metabólicos produce a largo plazo una fuerte resistencia a la pérdida de peso, por lo que, "tras someterse a este tipo de dietas, al paciente le será más fácil recuperar el peso perdido y más complicado volver a perderlo", confirma el experto. Por último, "cabe recordar que este tipo de dietas incrementan la frustración y disminución de la autoestima, efectos psicológicos que pueden desencadenar en trastornos del comportamiento alimentario, por ejemplo, la bulimia".

¿Cómo detectar las dietas milagro?

Los nutricionistas coinciden en que hay algunas claves para saber si, entre toda la información contradictoria que encontramos en Internet, estamos ante una dieta "mágica". La pista más evidente es que si los resultados que nos prometen son demasiado buenos para ser ciertos significa que estamos ante una dieta milagro. "Por ejemplo, si el eslogan del régimen es: resultados rápidos, definitivos y sin esfuerzos". También debemos fijarnos en si se prohíben algunos alimentos, generalmente ricos en hidratos de carbono como el pan, la pasta, las legumbres o las patatas o si, por el contrario, se pone el foco en un alimento determinado del que se exageran sus propiedades. "Es el caso de dietas que se centran en un solo producto, como la dieta de la alcachofa o la del sirope de savia, tratamientos que sospechosamente siempre llevan detrás una gran empresa comercializando sus productos", acuña. Otra de las claves que debemos tener en cuenta para detectarlas es si contradicen recomendaciones médicas basadas en la evidencia o si algún personaje famoso publicita el régimen en anuncios de televisión o revistas. "Hay muy pocos fármacos efectivos para la pérdida de peso en el mercado y sus efectos son muy limitados. En cualquier caso, deben estar prescritos por un médico y sus efectos supervisados por un profesional sanitario, por lo que no debemos fiarnos demasiado de la publicidad que vemos sobre estos remedios dietéticos", sentencia.

Un capítulo aparte se merecen los productos sustitutivos de comida, como los "sobres de comida adelgazantes" o las bebidas sustitutivas como los batidos. "Muchas de las dietas milagro incluyen algún complemento alimenticio al que se le atribuye un efecto adelgazante, "quemagrasa" o fortificante, que suelen venderse en parafarmacias, tiendas de homeopatía o fitoterapia". Tal como asegura Moñino, "los preparados alimenticios sustitutivos a alguna comida solo deben tomarse si se integran en un plan de adelgazamiento planificado y supervisado por un profesional sanitarios porque, de no ser así, terminarán mermando la economía y la salud de los consumidores".

Obesidad, la epidemia silenciosa

La realidad es que cada vez más la sociedad está concienciada con llevar un estilo de vida saludable, aunque, paradójicamente, la obesidad se erige como uno de los principales problemas de salud pública en España. Un informe de la Organización Mundial de la Salud alerta de que en el año 2030 el 30% de los españoles padecerá obesidad mientras que el 70% tendrá sobrepeso, problema de salud que está detrás del 55% de los casos de hipertensión arterial, del 35% de cardiopatía isquémica y de más del 80% de la diabetes tipo 2. "Muchas veces llevar un ritmo de vida acelerado y los problemas de conciliación de la vida familiar y profesional nos tientan a llevar una alimentación poco saludable que puede desembocar en este tipo de problemas de peso. Por ejemplo, si no tenemos tiempo de hacer a nuestro hijo un zumo natural, le daremos uno envasado, aunque no es un buen sustitutivo de la fruta porque contiene unos niveles de azúcar altísimo", explica el nutricionista y añade, "hay veces que las familias optan por comidas preparadas o no dedican a las comidas el tiempo necesario debido a las prisas del día a día. Tenemos que remarcar la importancia de la familia para que los niños adopten un estilo de vida saludable. Si no les inculcamos buenos hábitos de pequeños, es muy difícil que cambien sus rutinas alimenticias cuando son adultos, lo cual irá claramente en detrimento de su salud".

A pesar de las alarmantes previsiones, los datos sobre obesidad infantil en Balears dan lugar a la esperanza. "La tendencia en obesidad y sobrepeso infantil durante los últimos años ha ido ligeramente a la baja", explica el nutricionista. Según un estudio que realiza anualmente la Conselleria de Salud entre la población escolar de 6 a 15 años, el número de niños con sobrepeso ha disminuido del 30% en el año 2015 al 25% en 2017. "Tenemos que seguir apostando por desterrar alimentos como la bollería o las bebidas azucaradas de la dieta de los más pequeños para seguir disminuyendo la cantidad de obesos y de jóvenes con sobrepeso", acuña. Además, desde el Colegio de Dietistas y Nutricionistas insisten en la necesidad de apostar por el etiquetado frontal evaluativo de los productos, la educación nutricional y el aumento de precio de productos nada saludables como las bebidas azucaradas. "Tenemos que fomentar el consumo de frutas y hortalizas como base de la dieta Mediterránea", reivindica Moñino y subraya que, "no hay ningún secreto ni ningún remedio milagroso a la hora de perder peso, al final se resume en disminuir el consumo calórico en relación con el gasto que realiza cada persona hasta alcanzar el peso adecuado para, a continuación, mantener una alimentación saludable durante toda la vida".

Al final, lo realmente importante es tener una dieta variada basada en el consumo de alimentos frescos, dejando de lado los alimentos procesados y disminuyendo la ingesta de carnes. "Si una persona con sobrepeso no es capaz de establecer estos hábitos por sí mismo, debe acudir a un nutricionista o dietista", explica. El problema es que el Servei de Salut cuenta aproximadamente con unos 20 dietistas que prestan servicio asistencial en alguno de los hospitales de las islas, a excepción del Hospital Mateu Orfila, el Hospital de Formentera y el Hospital General, en Palma Además, en las consultas de Atención Primaria no trabaja ningún profesional nutricionista. Su incorporación a la oferta de servicios que ofrece el Ib-Salut es una de las principales reivindicaciones del Colegio de Dietistas y Nutricionistas, "hemos explicado nuestros motivos a la Conselleria de Salud. Creemos firmemente que la incorporación de la figura del nutricionista en Atención Primaria será vital para prevenir futuros problemas de salud que nos amenazan, como es el caso de la obesidad", afirman. Actualmente, la mayoría de los nutricionistas trabajan en el ámbito privado, lo cual supone un alto coste para los pacientes que precisan un tratamiento nutricional personalizado.

"Los nutricionistas no nos cansaremos de lanzar continuos mensajes de salud y de explicar que el secreto para adelgazar reside en la constancia y sobretodo, en la paciencia. Los cambios en la alimentación son difíciles de integrar en nuestro día a día, pero no es imposible y en ese cambio se esconde el éxito", sentencia.

Dietas absurdas y peligrosas

Dieta de la orina

Se basa en beber la propia orina o la de una embarazada por la mañana con la teoría de que mejora la digestión, ayuda a eliminar toxinas y quita el hambre.

Comer bolas de algodón

Comer bolas de algodón mojadas en zumo para engañar al cuerpo por la sensación de saciedad. Muy peligrosa porque puede causar bloqueo intestinal.

Comer barro

También dicen que lo siguen algunas famosascon la teoría de que la arcilla ayuda al cuerpo a eliminar lo que no necesita.

Dieta de las 8 horas

Comer con normalidad, pero sólo durante 8 horas al día y la última comida antes de las 6 de la tarde. Las 16 horas restantes, nada.

Dieta de la Bella Durmiente

Dicen que la hizo Elvis Presley. Se basa en pasar muchas horas durmiendo usando somníferos porque, mientras duermes, no comes.

Dieta de las cinco cucharadas

Comer de todo menos dulces cinco o seis veces al día, pero poca cantidad. Solo el equivalente a cinco cucharadas soperas.

Del jamón y el vino

Contempla una dieta ligera que incluye una copa de vino para las mujeres o dos para los hombres y jamón ibérico varias veces al día.

Dieta de la tenia

Esta práctica que se dio a conocer a principios del siglo XX es especialmente repulsiva. Se introducía un parásito intestinal en el cuerpo para que se comiera las grasas y, cuando se alcanzaba el peso deseado, se echaba el bicho con medicación.

Malla en la lengua

Coser una malla en la lengua para no poder comer nada sólido durante varias semanas hasta que la malla se disuelve.

Dieta de la mochila o sonda

Consiste en administrar menos de mil calorías al día por una sonda por la nariz que va al estómago.

Dieta del delfín

Basada en ingerir agua de mar. Puede provocar deshidratación.

Potitos

Alimentarse sólo de potitos de bebé durante varios días.

Dietas de un producto (la de la alcachofa, el pomelo, la manzana, la piña, el limón, sirope de savia...) Todas se basan en el consumo masivo de un producto en ocasiones acompañado de otros alimentos.

Dieta de la sopa de col

Durante siete días tomar básicamente sopa de col junto a unos pocos alimentos.

Pastillas mágicas

Hay en el mercado pastillas que en teoría bloquean el apetito o aceleran la quema de grasa. Los expertos alertan de los riesgos de usarlas sin vigilancia médica.

Dieta Ken

Comer muchos productos grasos, pocos carbohidratos y muy poca fibra.

Dieta detox

Dietas desintoxicantes basada en sustituir comidas por zumos o batidos detox.

Atkins

Comer solo proteínas y grasas y nada de carbohidratos. (Nada de pasta ni legumbres, ni verduras ni fruta ni azúcar).

Party IV

Incorporar al organismo una solución que incluye vitaminas B y C, magnesio y calcio por vía intravenosa en sustitución de la comida.

Dieta Dukan

En una primera fase se basa en tomar sólo proteínas para luego combinarlas con verduras en una segunda fase y con otros alimentos en una tercera fase.

Dieta Fletcher

De moda a principios el siglo XX proponía

que cada bocado se masticara al menos 30 veces y luego escupirlo.

Dieta 5.2

Comer cinco días y ayunar dos.

Dieta de la alcorexia

Consiste en limitar el consumo de calorías durante la semana para el fin de semana poder