—¿Qué tal, don 2019?
—Concentrado antes de arrancar.
—¿Espera hacerlo usted bien?
—Pues no tengo ninguna intención de hacerlo mal, pero con ustedes nunca se sabe.
—Su antecesor se cargó a Rajoy...
—Pues agárrense, que vienen curvas.
—A ver, no me asuste
—Si no eligieran ustedes a tanto descerebrado para dirigir sus cosas... luego no me echen las culpas, que al pobre 2018 ya le han puesto a parir y el pobre no tiene la culpa de nada.
—¿Cómo que elegimos mal?
—A ver, Sánchez es un ñoño, Casado un hooligan, Riverita que cada día cambia de ideas, y el Iglesias con todas sus posturitas y sus prejuicios de progre.
—¿Y Abascal?
—Ese sí que da yuyu. Si no fuera porque esa gente tiene su peligro, serían hasta divertidos. Cada vez que abren la boca le dejan a uno boquiabierto, y valga la rebuznancia.
—¿Y aquí en nuestras islas?
—Sembrados también. La presidenta, que parece que se quiere jubilar pisando moqueta, como su amigo Antich; el del PP, que cuánto más lo escuchas más alucinas; el Pericay, que debió hacerse filólogo catalán solo para fastidiar; los de Més a cuestas con su religión; y los de Podem, que aún están aterrizando y mal.
—¿Usted a quien votaría?
—Los años no estamos en el censo y no podemos votar, afortunadamente.
—Algo habrá bueno, digo yo...
—Los músicos, los artistas, Rafa Nadal, el Barça, el Madrid, los libros, el humor€ Todo esto es lo realmente serio.
—Algún deseo tendrá usted. Algo que quiera que ocurra.
—Pues mire, sí. Me encantaría que los machistas desaparecieran y dejasen de ser un problema. Pero me temo que, como todos los terroristas, tardarán los hijoputas.
—¿Y Cataluña?
—Ya le digo, que yo en cuestiones religiosas yo no me meto.
—¿Qué tal se encuentra su antecesor?
—Pues se está dejando ir. Está al final de la prórroga.
—¿Algo más?
—Pues para todos: felices fiestas y próspero yo.
