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Oblicuidad

Las mejores (y las peores) películas de 2018

Las mejores (y las peores) películas de 2018

La regularidad cinematográfica garantiza diez películas excepcionales al año, pero no demasiadas más. Ahí van:

Una razón brillante. Los solitarios cascarrabias son una apuesta infalible, en especial si se coloca dentro del protagonista a un impecable Daniel Auteuil, socavando la corrección política.

Yo, Tonya. Dura y rugosa, Margot Robbins invade el alma de la patinadora Tonya Harding para asumir el liderato de las actrices de su generación con toda la banalidad del mal.

Los papeles del Pentágono. El mérito de Spielberg, arropado por Tom Hanks y Meryl Streep, consiste en dar aroma del gran Hollywood a una película sobre documentos.

Custodia compartida. Al fin y al cabo fueron los franceses quienes redescubrieron a Hitchcock, ahora traducido al terror del macho en familia.

Todos lo saben. Mientras los Goyas desvarían con Campeones, aquí está la película que Almodóvar ya no puede rodar, con Bardem de campeón.

Molly's Game. Bastaría dar el nombre de Aaron Sorkin, que se estrena de director. Es una película sin pausa, de la estirpe de Yo, Tonya y que crecerá con el tiempo.

Sin amor. He dudado si este escaño le corresponde a la danesa The guilty, tan provocadora como La caza, pero la cinta rusa de pareja desenamorada sin niño hereda dignamente a Leviatán.

The Party. Breve, insolente, británica, digna de Oscar Wilde.

El insulto. La fábula soñada por todos los cineastas que nos aburren. La mejor introducción al conflicto arabeisraelí. O catalán.

El Cairo Confidencial. No sabíamos que Philip Marlowe vivía en Egipto, corrompido pero veraz.

El año quedaría incompleto sin sus diez peores películas. Obligan a dominar el disgusto para recontarlo, plantean un fracaso ante el que nadie puede quedar indiferente: Vengadores: Infinity wars (demuestra que los superhéroes no mejorarían la gestión del planeta a cargo de los políticos), Tres anuncios en las afueras (una teleserie abreviada), El instante más oscuro (un Churchill verboso), El hilo invisible (es tan placentero llevar la contraria), Todo el dinero del mundo (tiene mérito aburrir con la familia Getty, devolvednos a Ridley Scott), La última bandera (huyendo de la Guerra Civil para caer en Vietnam), El club de los buenos infieles (el cine de hombres se ha hecho insoportable), ¡Déjate llevar! (increíblemente, Toni Servillo puede rodar una mala película), Climax (tan pretenciosa como Suspiria), Ola de crímenes (sería la peor si tuviera la mínima relevancia, bastaría decir que protagoniza Maribel Verdú).

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