Diario de Mallorca

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Desde Francia

"La vida en Mallorca es muy cómoda"

"La vida en Mallorca es muy cómoda"

"La vida en Mallorca es muy cómoda". A quién no le han hecho esa reflexión alguna vez... Y con razón.

Yo nací y crecí en Palma centro; una chica de ciudad, sí. Ahora que dejé Sa Roqueta por otras ciudades francesas (bien del norte, o bien del suroeste) soy la primera que me digo a mí misma "qué fácil era vivir en Palma de Mallorca".

Hablemos de movernos. De acuerdo, Mallorca es una isla y para ir a cualquier otro sitio dependemos del avión o el barco. ¿Pero qué es del día a día? Mallorca cuenta con una red muy extensa de transporte público entre autocares, buses de línea, taxis, trenes y hasta metro. No tener coche no es un hándicap y podemos ser autónomos para desplazarnos de una punta a la otra de la isla. Además, cuando hay que coger el avión podemos apurar el tiempo porque para los palmesanos son unos escasos 15 minutos hasta el aeropuerto y algo más según donde vivas. En el peor de los casos, coges el ferry (con o sin coche) para llegar a la Península lo cual ya absorbe más tiempo pero es posible.

Por lo contrario, aquí en Francia no vivimos la misma suerte. El mes pasado viajé a Mallorca desde Dax (avión en Bilbao) solamente

moviéndome en transporte público: me pasé desde las 7. 00 hasta las 00:20 del día siguiente trotando por el mundo cuando por fin aterricé en el aeropuerto de Palma. A menos que te establezcas en una de las ciudades más importantes como París, Nice, Lyon, Toulouse, Bordeaux... tienes la sensación de estar aislado. Dentro de la población aún sobrevives para realizar las compras e ir al trabajo a menos que vivas en los alrededores en los que el coche, moto y/o bicicleta es imprescindible. El transporte público (buses y trenes) existe pero sus horarios son muy limitados y solo unen poblaciones importantes por lo que para llegar al destino a veces es necesario hacer magia y tener mucho tiempo y paciencia. Por eso muchas veces recurres a servicios como compartir coche con otras personas que van allí mismo. En estos cinco años en Francia he vivido en tres sitios diferentes y en todos ellos los aeropuertos de referencia para viajar estaban entre una hora y quince minutos y dos horas y treinta minutos de mi ciudad, eso en el mejor de los casos cuando no había tráfico. Es durante estas odiseas cuando te das cuenta de lo afortunada que eras estando en Mallorca y que, a pesar de ser una isla pequeña, todo estaba al alcance. Es por esto que, si tenéis algún conocido de la Península o del extranjero y se ríe cuando decís que ir de Palma a Pollença es "ir a la otra punta del mundo", haced un esfuerzo por entenderle.

Para muchos, aquí en Francia al igual que gente en la Península, esa distancia es solo la mitad o un tercio de lo que deben hacer cada día para ir a trabajar.

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