Este es un plato muy antiguo que posiblemente fuera una imitación o sucedáneo de la greixonera de requesón, ingrediente del que no disponía todo el mundo. Otras familias optaban por el boniato porque aportaba, además, su dulzor natural, consumiendo menos azúcar. Nos contó la receta Joana Orell Bauçà (Pollença, 1925) que vivía entonces y desde hacía años en Porto Colom.
Ingredientes: 500 gramos de patata cocida, media libra de azúcar (200 gramos), siete huevos, ralladura de piel de limón y canela.
Preparación:
-Coceremos las patatas con la piel, las pelaremos y machacaremos hasta dejarlas convertidas en una pasta.
-Aparte, montaremos las siete claras a punto de nieve.
-Una manera para que queden bastante sólidas es batirlas inicialmente con un tenedor hasta que estén algo esponjosas. Después, utilizaremos las varillas y, cuando casi están en su punto, añadiremos una pizca de sal y quedarán mucho más firmes, como para hacer un buen merengue.
-En una greixonera del tamaño adecuado al plato que pretendamos realizar, colocaremos todos los ingredientes: la patata machacada, las yemas de los huevos, el azúcar, la canela en polvo y la ralladura de limón y mezclaremos bien,
-Mezclaremos las claras montadas con el resto de ingredientes.
-Introduciremos la greixonera en el horno hasta que por su color entendamos que está en su punto de cocción. Al final se parecerá bastante a la de brossat, no siendo más que una imitación.
