Me quedo, sin duda, con dos momentos. El instante en que, a modo de presentadora de telediario y sabiendo la trascendencia de la frase, mira a cámara y pronuncia: "Monarquía parlamentaria". El segundo instante tiene que ver con ese lado humano, fuera de toda la rigidez del protocolo, que se le escapa a ella. Adiós corona, hoy soy madre orgullosa. Sí, me refiero, como habrán adivinado, al ya momento histórico -no sé cuántos de estos hemos vivido en el último año- en el que la princesa Leonor hizo su primera intervención pública leyendo el artículo 1 de la Constitución. 55 palabras, 36 segundos, que nos dejaron muchísimos detalles para comentar. Y no puedo dejar de hacerlo.
Primero, la elección de vestuario. Doña Letizia, consciente de dónde iban a apuntar los focos, escogió un diseño gris de Felipe Varela que no era sólo gris por el color. No quería llamar la atención. Leonor, para tal día -cumplía 13 años y esperamos que le hicieran después una fiesta como merecen las chicas corrientes de su edad- optó por un vestido azul cerúleo que, según me explicó mi amiga, la estilista Lorena Fernández, es el tono ideal para propiciar el diálogo y la comunicación. La infanta Sofía fue de rojo, quizás un guiño, un "no eres hoy la protagonista, pero siempre llamarás la atención". El rey Felipe VI, sobrio, pero con un brillo especial en los ojos. El orgullo paterno.
Hemos comentado en otras ocasiones lo perfeccionistas que son los reyes. La dicción del Jefe de Estado ha cambiado mucho desde que conoció a la reina consorte -recuerden, periodista de profesión- y se prepara mucho todos los discursos, ensayando con su gente de confianza y mirándose al espejo. Y algo así debieron hacer con su primogénita. Una adolescente ya que, sin olvidarse de la dulzura de su voz y la inocencia de sus gestos, pareció durante la lectura que estaba dando una noticia. Levantó la vista del texto más veces que su padre; miró a su madre, como buscando su aprobación, otras tantas. Y le salió muy bien. Nada hay de improvisación en esta Familia Real salvo la dificultad de poder esconder las emociones. Al borde de la lágrima estuvo la reina consorte. Por cierto, ¿no echaron ustedes de menos a los eméritos? Para una ocasión así, y siendo el 40 aniversario de la Constitución, creo que Juan Carlos y Sofía debían haber ocupado un lugar privilegiado.
Y ya que hablamos de celebraciones. El viernes, la reina de Mallorca -por el cariño que se le tiene en esta tierra y que es recíproco-, cumplió 80 años. Doña Sofía, que ha vivido una vida llena de altibajos -como todos, la verdad- parece que ya ha asumido su realidad y, sin olvidar sus obligaciones, empieza a estar más relajada en actos públicos. Más allá de que sigan apareciendo nombres de las supuestas amantes del que sigue siendo su esposo, la reina emérita es el miembro de la familia más cercano y querido. Y ahora que parece que se intenta recuperar la unidad, se le organizó el viernes una fiesta de cumpleaños por todo lo alto; el emérito no ha tenido una igual. La idea, de su hijo. A la mesa, las infantas Cristina (vuelve a casa por Navidad tras Nóos) y Elena, los hijos de éstas, familiares y amigos cercanos, como la diseñadora Margarita Nuez o Tatiana Radizwill, una habitual de Marivent. Para el recuerdo, la imagen familiar facilitada por Casa del Rey de todos posando juntos y otro detalle. Leonor de la mano de mamá.
Claqueta
Ha sido esta semana que dejamos muy cinematográfica. Como les hemos ido contando, el Evolution! Mallorca International Film Festival ha traído hasta la isla a nombres ilustres del séptimo arte. Conferencias, talleres, estrenos de cartelera y mucha fiesta, como la de clausura, que no nos quisimos perder. Tuvo lugar en la Galería Gerhard Braun y nos llevamos sorpresas agradables, como la aparición del actor Peter Vives: le conocerán porque interpretó a Marcus Logan en la televisiva El tiempo entre costuras.
Ni la lluvia ni el frío empañaron la entrega de premios, donde la ópera prima de Mia Spengler, Back for Good, logró el premio a la Mejor Película. Background, de nuestro Toni Bestard y The Most Beatiful Hell I Know, cinta de Cesc Mulet y el fotógrafo Pep Bonet fueron galardonadas respectivamente como Mejor Cortometraje y Mejor Cortometraje Documental en el apartado de producciones con sello cinematográfico Made in Baleares.
Uno de los momentos más emotivos tuvo lugar cuando la fundadora y directora del Festival, Sandra Seeling, le entregó el Evolutionary Award al director danés Tobias Lindholm.
Más nombres propios en la fiesta: los de los cineastas Jaume Carrió y Laura Gost; la directora del museo Es Baluard, Nekane Aramburu; el director del Institut d´Estudis Balearics, Francesc M. Rotger; Luisa del Valle, Sandra Umbría, Paco Magaña, José Yebes o la actriz Kathleen Bendelack, que nos recordó que a finales de este mes de noviembre sube a las tablas del Auditòrium de Palma la versión en inglés de Alicia en el País de las Maravillas.
Lujo en Cap Adriano
¿A ustedes no les pasa que creen que han nacido para ser ricos? A mí el deseo se me aviva cuando me invitan a eventos como el que organizó Minotti, Engle & Völkers y Terraza Balear con el objetivo de presentar un proyecto de interiorismo con vistas al mar Mediterráneo y que nos explicaron Alessandro Minotti, Hans Lenz y Mariana Muñoz. Hubo puesta de sol, concierto a cargo del dúo formado por Carme Garí y Gabriel Fiol, Voicello, y un showcooking de la chef con estrella Maca de Castro y cóctel de Rafa Martín. No se lo perdieron Ana Ferrá, Jaime Revuelta, Antoni Gurrera o Guillermo Reynés.
Doble cita solidaria
Arrancamos la semana en la Seu, en el concierto solidario que ofreció la OrquestraSimfònica de les Illes Balears, dirigida por Pablo Nielgo junto a la Coral de la UIB, bajo la batuta de Joan Comapny; la soprano Lisa larsson y el barítono Enric Martínez-Castignani. Una velada musical a beneficio de los damnificados por las inundaciones del Llevant y que, una vez más, demostró la solidaridad de los mallorquines. La Catedral, llena para escuchar obras de Brahms, Racine o el Réquiem de Fauré. Allí vimos, entre otros, a la familia Ballester-Noguera; a María Bestard, Trini Pareja y Corina Núñez o a Toni Company, Catalina Prohems o Rosa María Garau.
El día anterior, en pleno diluvio dominical, el GPRO Valparaíso Palace & Spa inundó su restaurante de color rosa y ofreció un brunch a beneficio de la Asociación Contra el Cáncer de Mama. Se colgó el cartel de no hay entradas en un desayuno en el que, de nuevo, participaron las chefs Margalida Alemany y Ana Pons, así como el chef titular del establecimiento, Carlos Botella, arropado por el pastelero Carlos Serrano. Vimos muchas caras conocidas, como la de Maria Adelina Zabel, Mauricio Rovira, Ana Kellner, Max Bellán o Margalida Ferrando. Y por supuesto a Toni Ferrer, director del Valparaíso, siempre atento.
La lluvia cancela el IV Torneo Lux-Valparaíso pero no el sorteo de regalos
Al mal tiempo, buena cara. Eso debió pensar Alicia Polo, editora de la revista Lux, y su equipo cuando supieron que, debido a las malas condiciones meteorológicas, la IV edición del Torneo Lux-Valparaíso no iba a poder disputarse en su totalidad. Así que, junto a Luis Manuel Fernández, director deportivo del Golf Santa Ponsa, decidieron aplazarlo para otra fecha pero no renunciar al cóctel y al sorteo de regalos. Así que todos los participantes disfrutaron de un ágape servido por el GPRO Valparaíso y regalos de firmas como Llongueras, Lottusse o Golfino.
Cóctel en son caliu
Nos vamos con dos últimos apuntes. Queremos agradecer desde aquí a Ramón Sánchez, director general del hotel Son Caliu y a todo su equipo -Cristina Blanco, directora comercial; Anabelle Jaerisch y Germán Darder, subdirectores, por mencionar solo a unos pocos de ellos- la invitación al cóctel fin de temporada. Una cita agradable, rodeada de amigos y clientes como María José Pomar, Mercedes Fuentes, David Mulet, Fernando Calafell, Nuria Gil o Maite Mesas.
No nos queremos despedir sin hacer una mención a la fiesta de Halloween. Para ello nos fuimos hasta Tito´s, donde nos recibieron catrinas y zombies. ¡Hasta el domingo!
