No me he equivocado. Sé que la capital de Dinamarca es Copenhague, aunque no siempre fue así. Desde el siglo XI hasta el XV Roskilde fue la principa metrópoli del reino de Dinamarca. Era la capital del reino vikingo, una época que está muy presente en esta ciudad, situado en un fiordo desde donde zarpaban numerosos barcos de este pueblo nórdico a la conquista del mundo. Es cierto que el fiordo no es como los que hay en Noruega y que os podrán venir a la cabeza, con acantilados y montañas alrededor. Dinamarca es un país completamente llano; el punto más elevado (Møllehøj) está solo a 170 metros sobre el nivel del mar.

He visitado Roskilde durante un día con mi familia. Está a unos treinta minutos de Copenhague y se llega fácilmente en tren. El principal objetivo de la visita fue el museo vikingo, que es una de sus atracciones. Al entrar vemos como hay varias réplicas de barcos vikingos de hace unos mil años perfectamente funcionales. El mayor de ellos es de unos 30 metros de eslora y puede albergar unas sesenta personas a bordo. Se pueden contemplar asimismo otras reconstrucciones de barcos más pequeños y varios talleres sobre cómo construir un barco vikingo. Incluso hay varias personas construyendo barcos en ese momento, lo que nos permite ver cómo van avanzando en su trabajo, los planos, y los métodos que usan. Esos barcos luego son utilizados para navegar.

Otra de las exposiciones se encuentra dentro de un edificio y contiene los restos de cinco barcos rescatados del fondo del mar. Podemos ver los restos colocados en un esqueleto de color negro, ya que hay que tener en cuenta que esos barcos tienen unos mil años y han estado hundidos casi todo ese tiempo en el fiordo, así que es casi un milagro encontrar algún resto, sobre todo pensando que están hechos de madera.

Por último, la parte que creo que vale más la pena de la visita, es pagar por la vuelta en barco que hay aproximadamente cada hora y que es singular. No penséis que os vais a meter en un barco y os van a llevar a dar un paseo. Vosotros tenéis que hacer navegar el barco. Con esto me refiero a que, con ayuda del personal de allí, todos los pasajeros tienen que contribuir a que la embarcación salga del puerto. Esto incluye, subir la vela, ir girándola para hacer seguir el rumbo y una última parte, posiblemente la más difícil, remar. En nuestro barco éramos unos 16 y os puedo asegurar que no es sencillo hacer remar a ocho personas por lado de forma sincronizada.

Una vez salimos del museo nos dirigimos al centro de la ciudad, a pasear por su casco antiguo, donde podéis ver las típicas casas danesas y la gran catedral de Roskilde (la mayor de Dinamarca), donde desde la edad media se entierran a todos los reyes de Dinamarca. Roskilde es bastante distinto a Copenhague, esta última con ambiente metropolitano y con muchos edificios modernos, es un lugar tranquilo y un poco congelado en el tiempo, donde se puede disfrutar de la auténtica Dinamarca, la de los vikingos. Vale la pena.

* De Alaró, es Ingeniero en Electrónica Industrial y trabaja en una empresa tecnológica danesa. A 2.386 kms. de Mallorca.