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Medio ambiente

Ecodiseño para evitar la contaminación

Esta semana ha fallado el premio de la Fundación James Dyson 2018. Es uno de los certámenes más esperados del sector

El envase lleva incorporada la pajita y está hecho todo del mismo material. James Dyson

De un tiempo a esta parte ha habido una creciente sensibilidad social por la proliferación de plásticos en el medio terrestre y marino. Calificado de plaga global, los plásticos, microplásticos y nanoplásticos se han detectado hasta los rincones más remotos del planeta transportados por las corrientes marinas.

Pese a los grupos de presión y otros lobby que ven en la prohibición de los plásticos de un solo uso un impedimento inaceptable en su actividad empresarial, todo parece indicar que bolsas, pajitas, vajillas de un solo uso y otro material de usar y tirar tiene los años (o meses) contados. En esta línea se han pronunciado la Unión Europea y el Govern de les Illes Balears, con la Ley de Residuos y Suelos Contaminados que quieren poner coto, entre otros, al uso de este tipo de objetos.

Pero no son los únicos; investigaciones, empresas y diferentes colectivos están trabajando para mejorar el diseño de los envases. Y hacia la dirección de la reducción de plásticos de un solo uso ha fallado el premio James Dyson 2018, un concurso organizado anualmente por la fundación que lleva el nombre de su fundador, conocido por sus aspiradoras. El objetivo es apoyar a los jóvenes estudiantes de diseño e ingeniería. En esta convocatoria se habían presentado 62 proyectos españoles.

Este año han resultado ganadoras Sofía Cabrera y Audrée d'Anjou, estudiantes de diseño de producto en el Istituto Europeo de Design (IED) con el proyecto SIP! En líneas generales, se trata de un envase que reduce el impacto ambiental mediante la aplicación de ecodiseño y al estar fabricado todo con el mismo material.

Tras meses de investigación, las dos estudiantes encontraron alternativas para las tapas y las pajitas convencionales de polipropileno, las de bambú, comestibles... todas ellas buenas opciones pero con serios problemas a la hora de desecharlas y reciclarlas.

El envase, que ya lleva integrada la pajita, supone, entre otros, que no se puedan dispersar por el vieno y terminar en el mar. Y es que las pajitas están hechas de polipropileno que, dependiendo del tipo, son aceptadas en las instalaciones de reciclaje o no. Cuando sí lo son, la mayoría se pierden por el camino debido a su ligero peso y tamaño.

Utilizando un papel cubierto con una capa de polietileno, Sofía y Audrée han logrado reducir significativamente la cantidad de plástico utilizado por pajita. Además, se han eliminado los problemas en la cadena de reciclaje ya que, al ser monomaterial, no hay necesidad de separar cada parte (tapa, pajita, envoltorio de pajita y vaso). "Con este enfoque, también pudimos adaptar la longitud de la pajita al tamaño de vaso reduciendo así una cantidad generosa de plástico en cada pajita: respectivamente 77 %, 81 % y 85 % para el tamaño de vaso grande, mediano y pequeño", explica Sofía. Y es que solo en Estados Unidos se utilizan más de 500 millones de pajitas desechables cada día y la gran mayoría terminan en vertederos o en los océanos.

"Después de encontrar una forma de integrar la pajita en el vaso para que fuera apilable, nos encontramos con otro problema: la tapa. Parecía fantástico que estuviéramos eliminando un paso de separación combinando la pajita y el vaso, pero no parecía lógico dejar la tapa como otro objeto hecho de un material diferente para separarlo cuando se tratara de reciclar o de utilizarla para abonar"afirman las estudiantes.

Las diseñadoras quieren demostrar que "pequeños cambios tienen un gran impacto" y hablan de su producto como un "todo en uno". En una sociedad en la que que cada vez disponemos de menos tiempo para sentarnos tranquilamente alrededor de una mesa y la comida rápida o para llevar está a la orden del día, SIP! pretende hacerse un hueco e implantar su nuevo concepto de envase de bebidas.

Ahora, el proyecto diseñado por estas dos estudiantes pasará, junto con el resto de ganadores y finalistas de los 23 países participantes, a la siguiente ronda de valoración para competir por el premio final de 35.000 euros. Se fallará el premio el próximo 15 de noviembre.

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