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Medio ambiente

Un nuevo vecino

El cambio climático, los movimientos de la población y el cambio del paisaje, los motivos principales de la llegada de especies invasoras

Lugar donde se detectó el mosquito en Asturias.

El mosquito Aedes japonicus ha llegado por primera vez a España y al sur de Europa. Así lo confirma un primer informe de Evaluación Rápida de Riesgo emitido por el Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias este mes de julio.

A principios de junio, la plataforma de ciencia ciudadana Mosquito Alert, coordinada por el CREAF, el CEAB-CSIC e ICREA impulsada por la Obra Social La Caixa y cofinanciada por Dipsalut (Organismo de Salud Pública de la Diputación de Girona) y el Departament de Salut de la Generalitat de Cataluña, recibió una foto de un mosquito sospechoso a través de la App, enviada desde la zona del concejo de Siero, en el Principado de Asturias. Tras recibir esta primera notificación, se solicitó a la persona el envío por correo de ejemplares de adultos y larvas, sobre los cuales se confirmó la sospecha.

Posteriormente, se realizó una inspección de campo en el lugar del hallazgo liderada por los entomólogos de Mosquito Alert junto a miembros del equipo entomológico de la Universidad de Zaragoza y responsables del proyecto de Vigilancia Entomológica del ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social. Según las declaraciones del jefe del equipo de entomólogos de Mosquito Alert, Roger Eritja, "después de revisar la zona hemos podido encontrar todas las fases biológicas del vector en varios puntos alejados entre sí, lo que sugiere que el mosquito está ya establecido en un área que puede ser mucho más amplia, aunque se necesitarán más estudios para confirmarlo".

La mayor preocupación de la llegada del mosquito Aedes japonicus es que, aparte de causar molestias con sus picaduras similares a las de los demás mosquitos, tiene la capacidad de transmitir varios virus entre los cuales el más relevante en España sería el del Nilo Occidental. En condiciones de laboratorio también se ha comprobado que es capaz de infectarse con dengue y Chikungunya. No obstante, los expertos y las autoridades remarcan que en este momento el riesgo de que este mosquito pueda transmitir enfermedades de forma autóctona en España es muy bajo. "Hay que considerar que el riesgo de transmisión de estas enfermedades depende de la cantidad de mosquitos presentes y de si el virus está circulando entre la población. Por otro lado, hay otros factores como el contacto que puede haber entre el vector y hospedador. En este momento la cantidad de mosquitos no creemos que sea muy elevada y tampoco se dan las otras condiciones en Asturias", explica Roger Eritja.

En la situación actual, Mosquito Alert anima a las personas en Asturias y comunidades limítrofes a descargarse la App y colaborar activamente con esos estudios de delimitación, enviando tantas imágenes de mosquitos como les sea posible. "Este hallazgo demuestra una vez más la utilidad de la plataforma Mosquito Alert como herramienta de vigilancia precoz de mosquitos invasores. Recordamos que más allá del mosquito tigre y de haber encontrado ahora al Aedes japonicus, seguimos buscando al mosquito de la fiebre amarilla", explica Frederic Bartumeus, director de Mosquito Alert.

¿Cómo es el ´Aedes japonicus´?

Aparentemente, el mosquito Aedes japonicus puede recordar al mosquito tigre o al mosquito de la fiebre amarilla por sus rayas, pero son realmente distintos. El Aedes japonicus es bastante más grande que ellos, es de color marrón y como rasgo característico tiene varias líneas de color dorado en el tórax. Puede volar largas distancias y es muy resistente al frío. Cría en espacios inundados, como neumáticos, envases, cubos incluso charcos en las rocas y su actividad picadora se nota durante el día y al crepúsculo. A diferencia del mosquito tigre no es un insecto tan urbano ni tan agresivo para las personas y a menudo se le encuentra en zonas boscosas. Es originario de Corea, Japón, Taiwán, Sudeste de China y Rusia, pero se ha ido expandiendo a nuevas áreas geográficas de todo el planeta desde la década de 1990 en gran parte debido a la actividad comercial humana. En el año 2000 de detectó por primera vez en el norte de Francia, de done se logró eliminar. Pero posteriormente se detectó en varios países del centro y norte de Europa, siguiendo las zonas climáticas continentales, como Suiza, Alemania, Holanda, Eslovenia, Hungría e Italia. También está presente en los Estados Unidos desde los años 90 y en el sur de Canadá.

El 10 % de las especies

En una investigación publicada en 2016, el Departamento de Territorio y Sostenibilidad de la Generalitat de Cataluña y el CREAF presentaron la primera base de datos abiertos de las especies exóticas presentes en Cataluña, clasificadas según su estado de invasión. Esta base de datos, que tiene más de 1.100 especies exóticas registradas, forma parte del proyecto EXOCAT que publica informes desde 2012.

No todas las especies exóticas son invasoras. Hay que recordar que, para que una especie exótica se convierta en invasora es necesario que se establezca con éxito en el territorio, es decir, reproducirse en él, y luego tendrá que extenderse y aumentar en efectivos. A menudo, que esto ocurra es sólo cuestión de tiempo. Por ello, los expertos advierten que la respuesta rápida y la prevención son clave y casi la única estrategia para evitar la expansión de estas especies y sus impactos sobre la biodiversidad, la economía o incluso la salud humana.

El 38% de las 1.100 son especies que no han llegado todavía a formar poblaciones estables. Sin embargo, hay detectadas 111 (un 10 % del total) que han logrado extenderse por el territorio y que están catalogadas como invasoras.

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