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Desde Dinamarca: Åarhus

Desde Dinamarca: Åarhus

Madrid versus Barcelona, Lisboa y Oporto, Estocolmo y Malmoe, Copenhague y Åarhus. Todas las grandes capitales europeas tienen una ciudad que aspira a disputarles la supremacía, si no política si al menos en lo que se refiere a las preferencias de los visitantes. Åarhus está situada a unos 150 kilómetros de Copenhague. A diferencia de la capital, Åarhus no se encuentra en una isla sino en una península llamada Jutlandia; con una población de poco más de 300.000 habitantes es la segunda ciudad más poblada de Dinamarca.

Hace unas semanas tuve el placer de visitarla y, aunque se puede ir en avión, nosotros optamos por viajar hasta allí en tren, lo que supone unas tres horas de viaje. Lo preferimos así ya que se puede contemplar mientras viajas el paisaje de Dinamarca, ya que no me había alejado mucho de Copenhague desde que estoy aquí. Además, por el camino se cruzan dos puentes, el primero desde la isla de Selandia (donde se encuentra Copenhague) hasta la isla de Fyn (donde se encuentra Odense) y finalmente desde esta última a la península de Jutlandia.

Lo primero que me llamó la atención de Åarhus es que se nota que es mucho más pequeña que Copenhague. En gran parte de la ciudad se tiene la sensación de estar en un pueblo, con sus calles empedradas y donde las casas solo tienen una o dos alturas.

Otra sensación que tuve en Åarhus es que se nota que la ciudad es mucho menos internacional que la capital. Hay muchos menos extranjeros y eso se ve hasta en la fisonomía de las personas, ya que casi todo el mundo que ves por la calle es rubio.

Hay varias atracciones turísticas que visitar en Åarhus. El museo de arte moderno tiene varias exposiciones bastante interesantes, con obras como figuras humanas gigantes, un Lamborghini rayado y la más famosa es una especie de círculo en la parte más alta del museo donde se puede ver la ciudad a través de unas paredes de cristal con los colores del arcoíris. La que más me sorprendió fue la visita a una reconstrucción de un poblado, donde tienen diferentes casas y edificios de varias épocas, de 1700 / 1800 / 1900, etcétera. Puedes ver cómo eran las casas de esas épocas ; por ejemplo me llamó la atención la recreación de una y ver cómo desde la caldera/chimenea salía una tubería que pasaba por las habitaciones para calentar toda la vivienda.

Åarhus tiene también playa y puerto. En la playa, a quince minutos caminando, encontramos un puente con forma de círculo al que llaman puente infinito. La pasarela empieza en la arena y pasa por encima del agua, puede causar un poco de vértigo ya que no tiene ninguna barrera, aunque es verdad que no está muy elevado y había varios niños tirándose al mar desde él.

La casualidad hizo que nuesta visita coincidiera que cuando estábamos allí se celebraba un evento llamado la carrera real. El motivo es que se celebraba el 50 aniversario del príncipe heredero y para conmemorarlo se corrían cinco maratones en varias ciudades de Dinamarca durante ese día y una de ellas era Åarhus. Obviamente, el príncipe no corría los cinco maratones, sino una parte en cada uno. Una cosa impensable de ver en España es ver al Rey corriendo en medio de la calle, con un montón de gente a su lado, la mayoría niños y algún personal de seguridad. Para ver la diferencia con los reyes de España, incluso suele llevar a los hijos al colegio en bicicleta, algo típicamente danés.

La red de transporte se basa en un tranvía y en líneas de autobuses que funcionan bastante bien. Un dato curioso es que en Dinamarca la misma tarjeta de transporte se usa en todo el país, así que pudimos utilizar nuestra tarjeta en este viaje. Una excusa más para conocer otras ciudades de este país, como Odense o Bilund, la cuna de Lego, pero eso queda para otras crónicas.

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