Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Ciudad, campo y nostalgia del mar

Bremen es una ciudad comercial con un gran pasado marinero y Bremerhaven concentra muchas leyendas

Ayuntamiento de Bremen.

Las dos ciudades juntas conforman el estado federado más pequeño de toda Alemania. Estas dos ciudades ofrecen todo un mundo de experiencias: son cosmopolitas, hospitalarias, agradables, abiertas a lo nuevo a la par que preservadoras de las viejas tradiciones.

Bremen cuenta con más de 1.200 años de historia palpables en el impresionante conjunto barroco-renacentista de la Plaza del Mercado, con el Ayuntamiento declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y la estatua de Rolando, sus elegantes casas patricias y el edificio Schütting, la Cámara de Comercio de Bremen que cuenta con una larga tradición. Para recorrer los puntos de interés más importantes de la ciudad no hace falta ni siquiera un mapa, ya que 2.000 tacos de acero y latón nos conducen desde el cementerio Liebfrauen-Kirchhof, pasando por la Plaza del Mercado hasta la calle Böttcherstrasse, antiguo callejón de artesanos convertido hoy en día en centro cultural y artístico, además de un hito en la historia cultural europea.

Los bremenses entienden de placeres: en preciosas tiendas que parecen pertenecer a otros tiempos, se puede encontrar café de fama mundial, el chocolate más delicioso, las especies más exóticas, exquisitas especialidades con pescado y excepcionales cervezas internacionales. Asimismo, también se puede seguir disfrutando de la ciudad en sus más de 1.000 tabernas y cafeterías, restaurantes, bistrós y bares. En cambio, Bremerhaven, situada a tan solo 60 kilómetros de distancia río abajo y fundada en 1827, está más bien relacionada con la historia más reciente: lo último que vieron los millones de emigrantes fue su puerto, una última imagen de Europa que divisaron antes de partir hacia América en busca de un futuro mejor.

Muchos lo encontraron, otros no. En el Centro de Emigración Alemana (Deutsches Auswandererhaus®) se pueden revivir los destinos de estos emigrantes en su gran viaje trasatlántico, con emocionantes puestas en escena e instalaciones multimedia. En plena actualidad, encontramos la vida portuaria del Puerto Nuevo y del Puerto Viejo, que ofrecen tres puntos de interés de primerísima categoría: el audaz ATLANTIC Hotel SAIL City, el Klimahaus® Bremerhaven 8° Ost y el Museo Alemán de Navegación.

Muy cerca de este museo hallamos una fuente con un hombrecillo, prácticamente un enano. Se trata del Klabautermann. Según la leyenda, este duende de apenas dos pies de alto que vive en los barcos de madera es el espíritu de un hombre muerto cuya alma ha decidido residir en un árbol. Si este árbol se corta para servir de mástil, el espíritu se transforma en el Klabautermann, considerado el protector del barco y de la tripulación, si bien a veces es un poco bromista y cascarrabias.

Es una bonita historia mitológica muy típica de la vida dedicada al mar de Bremerhaven. Ubicado en el rincón más bello de la ciudad, rodeado de paz y naturaleza, a pesar de su centralidad, con una arquitectura osada y visionaria, encontramos el Museo de Historia que nos habla de la vida en el mar y del pasado, presente y futuro de toda la región. De regreso a Bremen, el visitante encontrará otra sala de exposiciones extraordinaria: el castillo Weserburg, emplazado en medio del río, que actualmente alberga el Museo de Arte Moderno de Bremen.

En cuatro antiguas casas granero se aloja el primer museo de coleccionistas de Europa. Con una superficie de exposición de 6.000 metros cuadrados, constituye uno de los museos de arte moderno más grandes de Alemania y goza de fama internacional. También destaca por su modernidad el Schlachte, el antiguo paseo marítimo de Bremen completamente remodelado. Situado a tan solo unos minutos del centro, este paseo se llena de vida entre las acogedores cervecerías y terrazas al aire libre con unas espléndidas vistas sobre el río. Si se quiere regresar en dirección a la Plaza del Mercado, no debe perder la oportunidad de rendir homenaje a los músicos de Bremen, los personajes del cuento de los hermanos Grimm conocido en todo el mundo.

Dicen que trae suerte tocar las patas del asno. Pero, ¡ojo!, se debe hacer con las dos manos porque, si solo se tocan con una, los habitantes de Bremen interpretan que son dos asnos los que se están saludando. Y esta fama no se la merece nadie que visite Bremen.

Compartir el artículo

stats