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Oblicuidad

Joaquim Maria Puyal, el maestro distante

Joaquim Maria Puyal, el maestro distante

Joaquim Maria Puyal es el Iñaki Gabilondo catalán, dos símbolos inasequibles. En contra de la palabra que define a los comunicadores, no han superado a sus rivales porque tenía algo que exponer, sino algo que preservar. Han sido maestros distantes, con un porte aristocrático que nunca sometían a la voluntad de sus oyentes y espectadores. Desde la negativa a cimbrearse, han establecido una conexión irrepetible dada la atomización de las audiencias.

He acomodado mis horarios a Puyal y a Gabilondo en sus sucesivas reencarnaciones, algo que solo ocurre con los monstruos. Es agradable reconocerlo cuando ambos se mantienen pletóricos de proyectos, y aprovechando que el primero de ellos deja las retransmisiones radiofónicas de los partidos del Barça, después de medio siglo en antena. Un teórico de la comunicación y el lenguaje se impone en la narración del más repetitivo de los deportes, lo cual implica que no solo podía haber emprendido cualquier iniciativa, sino que hubiera triunfado en todas ellas.

Puyal siempre ha volado muy por encima de las críticas, otra vez la distancia. Los dardos llegaban en especial del flanco que le reprochaba su nacionalismo.También a Gabilondo se le acusaba de crispar, cuando presentó a principios de los ochenta en TVE el mejor telediario realizado nunca en España. En ambos casos, la elegancia no puede confundirse con aquiescencia. Su estilo les impedía aparecer como revoltosos, pero su aureola de gravitas disipaba las tentativas de domesticarlos.

El periodismo no es un arte, la profesionalidad se impone a cualquier otra consideración. Virtudes pedestres como la puntualidad o la constancia se imponen a la genialidad. Es decir, Gabilondo y Puyal han tenido que someterse a una feroz disciplina. Después de miles de partidos, el catalán mantenía este año el latido de su trabajo. Era la voz del Barça sin mostrarse nada complaciente con el club de sus desvelos, ni con los figurones que vestían la camiseta con caprichos de adolescentes. La excelente factura de las retransmisiones garantizaba su independencia.

El periodismo es la repetición en busca de la excepción, a veces llamada noticia. Los maestros distantes han ejercido un liderazgo sin pretensiones de obediencia. A menudo he puesto a Gabilondo como ejemplo de un periodista con ideas propias al margen de sus empleadores. En cuanto a Puyal, despidió la Liga ganada por el Barça constatando que era un fracaso por la abrupta eliminación en la Champions ganada por el Madrid.

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