Melquiades —o lo que quiera que signifique esa M— Rajoy ha hecho un mal servicio. Las tradiciones están para cumplirlas. Los fundadores de su partido (Fraga, Silva Muñoz, López Rodó, Licinio de la Fuente, Fernández de la Mora en resumen, lo más granado del tardofascismo español) tenían claro que lo de votar era algo que no quedaba más remedio que tolerar, pero elegían a sus dirigentes a dedo. Fraga designó a Aznar para sustituirle, después Aznar ejerció sus prerrogativas señalando a Mariano —o como se llame— Rajoy; y éste, desoyendo la tradición, se marcha sin designio alguno. Y así tenemos al PP dando un espectáculo, porque los pobres no están acostumbrados a estas cosas. Y llámenme agorero, pero me da en la nariz que no les va a salir bien. Y lloro.
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