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Mallorquines por el mundo

Francia es un país inmenso y diverso

Francia es un país inmenso y diverso

Muchas veces nos cuestionamos la dirección en la que dirigimos nuestra vida y la incertidumbre y miedo se apodera de nuestras decisiones. Pero algo está claro, mejor vivir habiendo arriesgado que ni siquiera haberlo intentado.

Y ahí estaba yo, a finales del 2015 en la pequeña ciudad norteña de Cambrai sufriendo un bloqueo emocional: el trabajo no cumplía mis expectativas; en mi pasión deportiva del triatlón la motivación era casi nula; me sentía lejos de mis orígenes y de mi isla... pero el punto más duro era ese cielo que seguía siendo gris, siempre gris y un verano que apenas duraba dos meses. No mentimos cuando decimos en voz alta que Mallorca es un paraíso en cuanto al clima se refiere y en ese momento me hacían falta esos diez grados de más.

Pese a esos dos años mágicos que me había regalado el norte, no tenía los pies sólidos y me encontraba en un punto de inflexión. ¡Debía reaccionar! Así que dicho y hecho. Esta vez éramos yo y mi compañero de vida los que decidíamos a dónde. Francia es un país inmenso y diverso (casi 650.000 kilómetros cuadrados entre su zona continental y las regiones de ultramar) y todavía no queríamos usar nuestro billete de vuelta a España. Nuestra primera elección fue la región de Provence-Alpes-Côte d´Azur porque era muy completa, es decir, mar y montaña y clima mediterráneo. No obstante esta opción tenía un bemol, no tendríamos a nadie de la familia cerca. En el norte teníamos familia en Bélgica pero si ahora marchábamos lejos, ganaríamos en todo pero estaríamos aislados de los nuestros y cuando uno vive fuera se da cuenta de que la familia es un punto de apoyo muy importante. Así que optamos por la opción B: Nouvelle Aquitaine. Para los que no conocen Francia es la región del suroeste justo al otro lado de la frontera con Euskadi. En este caso seguíamos teniendo mar (bueno... Océano Atlántico) y montaña (los Pirineos), meteorología variada (mucha lluvia o mucho sol) y ante todo, la familia de mi pareja cerca, en Amurrio (Álava, entre Bilbao y Vitoria).

Si en 2013 trazamos una recta entre Barcelona y el Norte de Francia con nuestro pequeño Opel Corsa; en 2015 rehicimos el camino al revés con el mismo coche pero el doble de lleno, un camión de 12 metros cúbicos, más un nuevo compañero de viaje canino. Y es que 2 años de independencia dan para guardar muchos trastos.

Y así es como cambiamos un departamento empapado de historia por uno turístico. Nuestro nuevo hogar tenía nombre y apellido: Dax - la ville du thermalisme. Una ciudad de origen romano de alrededor de 21.000 habitantes con su propio sistema vascular: las aguas termales naturales. "Cuenta la leyenda que un legionario romano, antes de marchar en campaña lanzó su perro enfermo de reuma a las aguas lodosas de la laguna. Cuando este volvió su perro seguía vivo y se había curado." De allí la fama de las curas termales en Dax.

A nuestra llegada fue como si volviéramos a empezar de cero en el extranjero: si el dialecto del norte era el Ch´timi y te saludaban con un "Salut bilout" (¡Buenas amigo!) aquí en el suroeste es el Gascon y te llaman "Ça va pichoune" (Que tal pequeña); cambiamos el deporte popular del norte "char à voile" (coche de vela) por el surf de las landas; al igual que la braderie (manifestación típica en el norte) por las Féria et corridas (fiestas locales y toros); arriba te servían bière (cerveza) y las comidas era ricas en patata, salsas y quesos, pero abajo tomas Pastís (bebida de anís) y los productos estrella son el pato y las ostras. Si vais al mercado del Olivar en Palma preguntad de dónde vienen, seguramente os digan que de Hossegor (a 30min de Dax). Esta transición fue mucho menos agresiva a nivel emocional puesto que ya conocíamos el sistema y sobretodo el idioma.

Al día de hoy seguimos en este trocito del mapa, otro paraíso discreto lleno de vida. Me doy cuenta que nunca hay decisión buena o mala; todo enriquece. Lo más importante no es el final del camino, sino todas las paradas que hay en él. Próxima parada...

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