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Oblicuidad

Francia nacionaliza a un escalador de Mali

Francia nacionaliza a un escalador de Mali

Un héroe viene definido por la situación a la que se enfrenta. Ni por su personalidad, ni por la radicalidad de las ideas que defiende, ni mucho menos por sus sermones. Mamoudou Gassama salvó con una agilidad de pantera a un niño a punto de precipitarse desde un cuarto piso de París. Al tratarse de un inmigrante ilegal, suscitó la flagrante incomodidad de los enemigos de los sin papeles.

Emmanuel Macron resolvió el rompecabezas naturalizando a este inmigrante ilegal. El presidente filósofo certificaba que, en circunstancias extremas, todas las personas son iguales, pero solo en esas situaciones de plusmarca atlética o de hombre en la Luna. En el lenguaje inclusivo a que está habituado el deporte, Francia nacionaliza a un escalador de Mali. Otro gladiador. Excepcional, porque pocos finalistas de la Champions ascenderían cuatro pisos por la fachada vertical en apenas medio minuto. Benzema renunciaría en la planta baja.

El mundo ha asistido asombrado a una hermosa secuela de la película francesa Intocable. El presidente de un país de paralíticos físicos y emocionales, que ni siquiera podrían afrontar la escalada, sucumbe a la gracia bajo presión de un felino musculado. Omar Sy despertaba en la ficción una simpatía en la onda de Gassama.

Sin embargo, Francia también estaba interesada en recalcar que el pasaporte se concedía de modo excepcional. No existe una distancia insalvable entre Macron y los portavoces del Frente Nacional, que apostaban generosos por la "regularización, dado su acto de bravura". De nuevo se extirpaba la condición de Gassama para premiar un comportamiento singular, o redentor en la jerga de la extrema derecha. De ahí que los portavoces del FN se apresuraban a remachar que la largueza con un individuo ha de conciliarse con "la expulsión de todos los clandestinos". Salvo que exhiban habilidades atléticas suficientes para ser contratados por el Paris Saint Germain.

Las volteretas ideológicas pecaban de superfluas. La solución no consiste en someter a los irregulares a pruebas físicas que criben a los superhéroes. Macron y el FN estaban obligados a reparar en que Mali no debería engrosar la lista de los países fallidos, si dispone de ciudadanos que muestran una acusada sensibilidad hacia sus semejantes en peligro. Con esas virtudes, hoy apreciadas incluso entre los escualos de las grandes finanzas, la prosperidad tendría que infectar a África. Sin embargo, expulsa a su mejor capital, véase Gassama.

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