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Agroturismos: Hacia un futuro sostenible

La familia Barceló ha logrado situar la finca ´felanitxera´ de Son Menut como uno de los agroturismos con más encantos del Llevant gracias a su dedicación y esfuerzo

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Agroturismos: Hacia un futuro sostenible

La fusión con la naturaleza, disfrutar de un tiempo de paz y tranquilidad alejado del bullicio de la ciudad y la búsqueda de un trato familiar son algunos de los motivos por los que los viajeros que eligen Mallorca como destino para sus vacaciones, se fijan en los agroturismos como opción principal de alojamiento, en detrimento de otras opciones cercanas al turismo de masas. Para los visitantes es quizás una de las partes más desconocidas -y que más sorprenden- de la isla, muy alejada del tópico de "sol y playa" al que muchos viajeros todavía relacionan con Mallorca.

Este tipo de hostelería que, en muchos casos, está regentado por familias mallorquinas, ofrece al visitante un valor añadido más allá del alojamiento. Esa es la clave de su éxito.

Es el caso de la familia Barceló, que con mucho esfuerzo y dedicación ha logrado situar su finca como uno de los agroturismos con más encanto del Pla de Llevant. La pequeña de la familia siempre había soñado con dirigir el negocio familiar y ahora que lo ha conseguido no se lo cree demasiado. Con tan sólo 23 años, Pilar Barceló gerencia el agroturismo felanitxer de Son Menut y asume con entusiasmo e incertidumbre los desafíos que presenta un sector que nunca duerme.

Pilar decidió coger las riendas del negocio familiar tras finalizar sus estudios de Dirección Hotelera en la Escuela de Hotelería de Balears hace dos años. "Mis padres nunca me dijeron qué carrera tenía que estudiar, pero yo tenía claro que quería trabajar en Son Menut", confiesa Pilar. Antes de asentarse definitivamente en la isla, Pilar estuvo trabajando en un hotel en Alemania, donde pasó por diferentes departamentos y aprendió el oficio que había visto siempre practicar a su padre. "Son Menut está muy ligado a mi familia. La parcela pertenecía a mi tátarabuela, pero fue mi padre, Toni Barceló, quien convirtió la finca en un agroturismo en 1993", explica la joven.

La historia de Son Menut como agroturismo comienza en 1981 cuando el padre de Pilar compró una trotona para montar y disfrutar de la hípica en su tiempo de ocio pero, poco a poco, lo que era un mero hobby se fue convirtiendo en una fuente de ingresos para la familia. "Mi padre comenzó a domar caballos por amor a la hípica pero, casi sin darse cuenta, empezó a dar clases y los turistas que visitaban el pueblo se empezaron a interesar por esta actividad", relata Pilar. Entonces, prácticamente no había instalaciones y Son Menut era una casa de campo con un sencillo establo para los caballos, pero paulatinamente se fue adaptando a las necesidades de sus visitantes. "Se habilitaron algunas habitaciones y una especie de restaurante. Mi padre hacía también de cocinero y preparaba algún plato sencillo para los turistas que se alojaban en Son Menut. ¡Hasta se apuntó a un curso de cocina!", bromea la joven.

Así nació la Escuela de Equitación de Son Menut, alrededor de la cual gira el resto de la oferta complementaria del agroturismo. En la finca cuidan, actualmente, de más de 90 caballos con los que se imparten las clases particulares y se realizan las excursiones por las cercanías. "El 90% de clientes vienen especialmente para montar a caballo. Es el principal reclamo del agroturismo", confiesa Pilar. No es para menos porque el entorno de Son Menut es de ensueño y cabalgar por sus paisajes se convierte en todo un lujo para los amantes de la hípica.

Negocio familiar

Aunque Pilar tiene unas ganas frenéticas de comerse el mundo, hay algo en su interior que no le permite estar en otro lugar. Trabaja codo con codo con su padre, Miquel Barceló, quien se encarga, principalmente, del jardín, los caballos y el huerto, mientras que la joven asume las tareas relacionadas con la gerencia. "Para mí Son Menut es más que un negocio, es mi hogar. En esta finca hemos crecido mi hermana y yo. Esto genera en mí un sentimiento y un compromiso que no se puede explicar con palabras", confiesa la mallorquina.

A diferencia de Pilar, su hermana mayor, Francina Barceló, ha decidido labrarse su futuro lejos de Felanitx, pero la influencia de Son Menut se desvela cuando habla de su profesión. "Me dedico a la cirugía equina en Alemania. Mi amor por estos animales está estrechamente relacionado con el agroturismo. Crecí entre animales que eran tratados como parte fundamental de la familia y ahora no sabría vivir sin los caballos", relata Francina. La primogénita de la familia Barceló no descarta volver en un futuro a trabajar en el negocio familiar, pero de momento, prefiere que sea su hermana pequeña quien dirija Son Menut.

En este agroturismo de Felanitx trabajan unas quince personas que se encargan de los caballos, la limpieza, la recepción o el restaurante, entre las que se encuentra Maria Antònia Pascual. Esta mallorquina lleva trabajando más de 10 años en la finca y tiene muy claro cuál es la esencia del lugar: hacer sentir a los huéspedes como en su casa. "Son muchos los turistas que vienen cada año a pasar unos días en la finca. Vienen a montar, a disfrutar de la naturaleza y de las tradiciones mallorquinas. Se interesan por la gastronomía y la cultura del pueblo. Es un cliente muy amable y respetuoso", afirma la camarera. Aunque muchos son los países de los que llegan, destacan los nórdicos, alemanes e ingleses.

"La mayoría de los turistas no esperan encontrar una Mallorca tan natural y rural. Muy pocos se imaginan que hay cultura tan arraigada de equitación y viñedos. Cuando lo descubren se quedan gratamente sorprendidos", comenta Maria Antonia.

Cada vez son más difíciles de encontrar, pero aún existen en Mallorca muchos rincones donde el turismo convive amablemente con el entorno y la tradición. Sitios en los que la sobreocupación parece no hacer estragos ni alterar el natural transcurrir de la vida de los locales. Es el caso de los agroturismos.

Agroturismo

En Balears el éxito de los agroturismos es una tendencia al alza: los últimos tres años han hospedado un 47,3% más de viajeros y han registrado un 43,6% más de pernoctaciones, según datos que ofrecidos en el último informe del Moment Económic de les Illes Balears que publica mensualmente el Govern Balear.

"El tipo de turismo que practican los visitantes de nuestro agroturismo es muy cercano al slow travel, un movimiento que se ha puesto muy de moda los últimos años", argumenta Pilar, y añade, "los turistas buscan alejarse de las prisas y de las masificaciones, por lo que encuentran en alojamientos como el nuestro el refugio adecuado para sus vacaciones".

Es una nueva forma de viajar en la que el turista busca mimetizarse con el destino. No se trata ya de recorrer los lugares emblemáticos de las ciudades, si no de ir más allá y empaparse de la cultura y la forma de vida de los lugareños. Los agroturismos se convierten en los enclaves perfectos para ello, ya que organizan actividades que permiten conocer la gastronomía local y las tradiciones de sus habitantes. "En Son Menut producimos nuestro propio vino y lo servimos en nuestro restaurante. A los turistas les encanta y suelen llevarse botellas como recuerdo", apunta Pilar. "El turista se interesa por el origen de los productos que utilizamos en la finca y les gusta saber cómo es el proceso de producción e incluso quieren participar en el mismo", comenta Maria Antònia. Gracias a este interés, se crea en el agroturismo una energía especial entre la casa, los animales, los dueños y los viajeros, que se sienten tratados de una forma más personal y especial.

Un agroturismo implica mucho más que hospedar a gente en una zona rural. Así lo explica la directora de Son Menut. "El edificio tiene que ser muy antiguo y como actividad principal tiene que tener la agricultura o la ganadería, no el alojamiento en sí. Además, debe abastecerse principalmente de su propia producción. Actualmente se están promocionando muchos alojamientos como ´agroturismos´, pero realmente no lo son. No basta con estar en el campo y tener habitaciones. Hay que tener un huerto, ganado€ si no les así, hablaríamos de hotel rural, no de agroturismo", apunta.

Se trata de un turismo respetuoso con el medioambiente que tiene como motor principal el contacto y disfrute de la naturaleza. Es el denominado ´turismo ecológico´, que continúa ganando impulso entre los turistas de todo el mundo. Tanto es así que, en el caso de España, una amplia mayoría de viajeros (88%) afirma querer viajar de manera sostenible y casi 4 de cada 10 (33%) confirma que lo consigue siempre o con frecuencia, según el Informe Global que ha publicado recientemente Booking.com. Sin embargo, el 55% de los españoles asegura que nunca, rara vez o solo a veces logra viajar de esta forma, lo que significa que, si bien se están dando pasos prometedores hacia un futuro más verde, todavía queda mucho camino por recorrer.

Son muchos los perfiles de turistas que llegan a Son Menut: familias, parejas, grupos de amigos, pero si hay uno que destaca por encima de los demás -y de forma llamativa- es el de mujeres que viajan hasta la isla para disfrutar en solitario de unos días de relax y caballos.

Las mujeres son más valientes y atrevidas que los hombres a la hora de viajar en solitario y los huéspedes de Son Menut son un claro ejemplo de ello. "Nuestro principal cliente son mujeres europeas -de entre 35 y 65 años- que vienen a Mallorca a estar en contacto con la naturaleza, a montar a caballo, a disfrutar de la gastronomía en un lugar especial y a conocer gente", explica la directora. A lo que Maria Antònia añade, "muchas mujeres vienen solas y al final de la semana, hacen un grupo. Algunas no pierden el contacto y vuelven años después juntas para repetir la experiencia."

Solo Travellers

A este movimiento de personas que deciden viajar en solitario se le conoce como solo travellers. Las nórdicas son las que más practican este tipo de turismo. "En España aún no se practica demasiado esta modalidad turística, pero creo que cada vez más serán las españolas o españoles que se decanten por esta opción. Los complejos y miedos de viajar solo van a ir desapareciendo con el tiempo.", comenta Pilar.

Las razones para viajar en solitario son muchas: no coincidir con pareja o amigos en las fechas de vacaciones, gustos, la necesidad de una desconexión total o querer disfrutar de un hobby concreto, en este caso, de la hípica. El término single no tiene nada que ver, en este caso, con el estado civil de las personas, si no con la elección de viajar en solitario. Viajar solo no es una opción orientada en exclusiva a los solteros, sino a todo aquel que busque vivir nuevas experiencias. Es una alternativa cada vez más demandada por los consumidores, por lo que continuamente están surgiendo nuevos portales y agencias de viajes que se especializan en este tipo de turismo.

Se trata de un turismo experiencial que sitúa las emociones y la autenticidad de los destinos por encima de cualquier otro factor. "Hemos tenido que reinventarnos. Nuestro modelo se había quedado obsoleto. El cliente cada vez es más exigente y no se conforma con lo típico. Los viajeros de hoy en día buscan algo más y Son Menut puede ser un punto de encuentro para este tipo de turista que viene, al fin y al cabo, a disfrutar del entorno natural y a practicar su mayor hobby", afirma Pilar.

Programa venta directa

Por ello, en Son Menut no dejan de impulsar proyectos para reinventarse y atraer a nuevos visitantes. El último, y uno de los más exitosos, ha sido adherirse al Programa de Venta Directa que ha puesto en marcha la conselleria de Agricultura, un proyecto que busca potenciar la comercialización agraria y dar un valor añadido a los productos de los agricultores y ganaderos de la comunidad. "Conseguimos acortar distancias entre productores y consumidores. Es muy enriquecedor porque puedes vender las materias primas que se han producido en tu explotación, teniendo un contacto directo con las personas que vienen a comprar. Esto nos permite enseñar al cliente el proceso de elaboración de los productos. Es una iniciativa que hemos aprovechado y nos ha permitido estrechar lazos con nuestros clientes", explica Pilar.

En Son Menut venden su propio vino tinto (producen unas 200 botellas al año) y su propia carne de res, que crían en el mismo agroturismo. "Tanto el vino, como la carne nos sirve para abastecer el restaurante. También cuidamos un huerto que nos permite utilizar la mayoría de frutas y hortalizas que necesitamos para elaborar los platos de la carta", comenta la camarera. "Los clientes desayunan el zumo de los naranjos que pueden ver desde la terraza. Para ellos eso no tiene precio. Es muy especial", añade Maria Antònia.

Turismo sostenible

"Las metas son infinitas", confiesa Pilar y añade, "la clave está en no parar de reinventarse". Pero la filosofía debe seguir siendo la misma: ofrecer al cliente un servicio cercano y de calidad, un trato exclusivo en un entorno natural y, sobretodo, una oferta ecosostenible.

El turista demanda, cada vez más, experiencias inolvidables en destinos originales no masificados que preservan su singularidad e identidad, por lo que la oferta turística se verá obligada a orientarse hacia esta tendencia. Los lugares "sobreexplotados" se están convirtiendo en los peor valorados por los viajeros, lo que va en claro detrimento de la imagen de unos destinos que, a largo plazo, acabarán fuera del mercado si no cambian su filosofía.

De cara al futuro, más de dos tercios de los viajeros -según Booking- apostarán por un alojamiento ecológico. Si realmente se confirma esta tendencia, será una muy buena noticia para el planeta. El futuro será sostenible o no será.

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