Posiblemente de origen judío la ensaimada resulta el más emblemático de nuestros dulces, el más exportado y el más catastróficamente imitado. Nos dio la receta una mujer que se dedicó a labores del campo hasta su jubilación: Margalida Riera Llull (Manacor, 1927).
Ingredientes: 500g de harina de fuerza, 4 onzas de azúcar, onza y media de levadura (masa madre), dos de azúcar, 4 huevos, medio vasito de agua, manteca y azúcar fino.
Preparación:
-Diluiremos la levadura en medio vaso de agua tibia. Mezclaremos con la harina y dos onzas de azúcar.
-Agregaremos los huevos, trabajaremos la masa y la dejaremos reposar hasta que haya leudado.
-Cuando haya aumentado su volumen empezaremos a trabajarla, zurrándola y estirándola una y otra vez, añadiendo poco a poco el azúcar restante, aplanando la pasta con el rodillo hasta convertirla en una capa muy fina.
-La untaremos con manteca de buena calidad.
-Recogeremos la hoja finísima de pasta (puede tener cerca de un metro) y la iremos enrollando formando un largo cilindro. Dejaremos reposar.
-Colocaremos esta larga tira de pasta de forma cilíndrica sobre una llauna en forma de espiral, como si dibujáramos un caracol, empezando de dentro hacia fuera y dejando espacio entre las vueltas, porque aumentará mucho su volumen.
-Introduciremos en el horno muy caliente y bajaremos enseguida la potencia.
-Hornearemos unos quince minutos.
-Una vez fuera del horno, la espolvorearemos con azúcar fino.