Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Oblicuidad

Milos Forman, la vida como obra de arte

Milos Forman, la vida como obra de arte

Milos Forman redondea el triunvirato de grandes creadores checos de la segunda mitad del siglo XX, junto a Vaclav Hável y Milan Kundera. Este último es el único superviviente, pese a ser el mayor del trío generacional, y tal vez porque su esposa Vera oscila un péndulo sobre cada una de sus comidas antes de autorizarle a ingerirlas. Las relaciones entre estos tres titanes de la creación y la revuelta distan de ser fraternales, pero a menudo se han intercambiado una educada definición aforística, "su vida fue una obra de arte".

Gente poco fiable, los checoslovacos, aunque los tres citados compartan la lucidez de quienes sobrevivieron a los nazis, a los estalinistas y a los occidentales. Dado que desplegaron sus habilidades en política, literatura y cine, el mayor mérito corresponde a Forman, que logró imponer sus criterios en la jungla de Hollywood. Conquistó todos los Oscars imaginables con dos películas sobre perdedores, Alguien voló sobre el nido del cuco y Amadeus, aunque los entusiastas del director elijamos a Ragtime como su gran obra infravalorada.

Hável es un revolucionario educado, Forman un intelectual reservado y Kundera un disconforme hermético. Cartas a Olga, Alguien voló... y La insoportable levedad del ser se erigen en las aportaciones respectivas que sacudieron la cultura mundial. El director contó con la complicidad de otros dos genios, el productor Michael Douglas y Jack Nicholson interpretándose a sí mismo. La obra resultante puede considerarse la mejor película de todos los tiempos, y figura inevitable en las listas que engloban a las cien mejores.

Taking off fue la primera película de Forman para los desconocedores de la producción checa que le costó el exilio. El despegue le concedió autonomía de vuelo después de Alguien voló... Cuesta imaginar que un ejecutivo hollywoodiense percibiera en el Amadeus de Peter Shaffer una de las obras capitales de la historia teatral. El director ahora fallecido la tradujo al cine en Praga, el retorno a su país natal tras casi dos décadas de exilio.

F. Murray Abraham también se interpretaba a sí mismo en el Salieri de Amadeus. A saber, un actor superdotado, pero obligado por su físico a capitular ante galanes chillones con los ingredientes del mito. Y Forman manejando los hilos de los sucesivos manicomios, que desembocarían en el pornógrafo Larry Flynt de Hustler, donde catapultó a Edward Norton. Sin discursos, previno contra la tentación dictatorial. Pudo concluir con Montaigne que "mi oficio y mi arte es vivir".

Compartir el artículo

stats